Hay cosas que no cambian nunca, cuando te lo cuentan, no te crees que la vida es cíclica, pensamos que somos diferentes y nos choca descubrir rasgos que nos revelan que no es así. Un día nos damos cuenta de que los papeles se han invertido y nos oímos repetir frases de nuestros mayores mientras que los jóvenes reproducen actos de un comportamiento pasado que alguna vez fue el nuestro, y que casi habíamos olvidado. Me hace gracia ver todas estas cosas reflejadas en mis sobrinas.
Aunque ya es una adolescente completa, y el perfecto prototipo de lo que son los adolescentes tanto de antes como de ahora, con sus historias de chicos, de instituto, sus ganas de fiesta, y su adicción enfermiza a la tecnología, mi sobrina mediana todavía hace honor a su alias de infancia y cuando sale cada mañana al instituto, según informes telefónicos de hermanísima, deja su habitación como si hubiese pasado por allí un tornado. En ese cuarto solo duermen ella y el gato, pero ya se sabe que los leones también son felinos y la fama que tienen las leoneras, así que no creo que toda la culpa sea de la chiquilla, seguro que la naturaleza del minino contribuye a que el dormitorio no presente el aspecto que hermanísima desearía. De todos modos, contentar a hermanísima en cuestiones de orden no es tarea sencilla, lo sé por experiencia. Ni siquiera la convivencia conmigo moderó sus instintos, ni los míos (a pesar de que aquello fue toda una terapia de choque para ambas).
El que el gato haya escogido al Ciclón como compañera de cama, a pesar de todas las perrerías que le hace, tiene su explicación: mi sobrina es la alegría en persona. Posee una alegría despreocupada, sabe relativizar la importancia de las cosas (un don que en ella es casi innato, y que por desgracia otros nunca aprenden) y se ríe hasta de su sombra. Es optimista y positiva. Le encanta sacar punta a las cosas, y lo hace con mucha naturalidad, y aún más guasa. Además del animal, la otra víctima de sus bromas es su hermana mayor. Ambas son como el perro y el gato, Ciclón no puede resistirse a tomarle el pelo a sobrinísima, y eso que sabe que a la otra le falta tiempo para entrar al trapo y tomarse la ofensa a pecho. Hermanísima se pasa el día oyendo sus quejas, y a veces les hace más caso del que merecen, parece que se hubiese olvidado de lo que era ella a esa edad (y el hermano no le iba a la zaga, aún recuerdo con pavor algunas comidas familiares en las que nadie tenía reparos en airear las vergüenzas de los otros).
Esto me devuelve al principio, hay cosas que nunca cambian, y espero que la alegría de Ciclón y su modo de ver la vida sea una de ellas para que sea siempre muy, muy feliz.
5 comentarios:
Muchas gracias tita, me ha encantado lo que has escrito. A parte de que me ha hecho mucha gracia, por fin alguien me entiende, ahora, que lo lea mi madre, a ver si consigue entenderme ella también jajajaja.
Besoooos titaaa.
Feliz Cumpleaños!!! Que algún día seas tú la que hace los comentarios y los demás podamos leerlos.
Un beso.
Je, je, je. A ver si te crees que tu madre ha perdido su sentido del humor. Lo malo es que contigo me toca ejercer de madre y no de colegui. De momento el cumpleaños va según lo esperado: se han levantado tarde, ciclón un poquito más vaga de lo normal y sobrinísima de un poquito peor humor ¡Una delicia!
Después de llevarme el primer bufido de la mañana, ya he puesto el consiguiente castigo y así seguiré durante los próximos años.
Los regalos iniciales han sido, por supuesto, del gusto de ciclón y el cuarto parece que va a quedarse en el mismo estado de todos los días ¡Menos mal que hoy viene el ángel a limpiar! ¡Y menos mal que no tengo que hacer comidas porque se las llevan los abuelísimos a comer!
Bueno, otro cumple más para disfrutar y para juntarnos a leer el blog. Gracias.
Felicidades con retraso...con tanto trabajo no me da tiempo ni a mirar los correos. Me ha gustado mucho la entrada, y cuanta verdad en lo que dice tu tía. Un beso muy grande y espero que nos veamos pronto.
Sole
Yo también tarde, pero no me quedo sin poner mi reseña. Ciclón es también mi ahijada y, aunque siempre he disfrutado de mis sobrinas por igual, en estos momentos cumpleañeros me gusta presumir un poco de mi condición especial. Los vírus familiares no nos han dejado achucharlas en el día del cumple, menos mal que pudimos disfrutar mucho la comida familiar y compensarlo! Hoy haremos la segunda ronda, porque tocan los regalos!!!!
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