miércoles, 17 de noviembre de 2021

Uniendo Pedazos

La entrada de hoy es de hermanita en un triste aniversario. 

Llevaba tiempo queriendo sentarme y obligarme a hacer ese paréntesis de reflexión que te impone la escritura. En los últimos meses he tenido que pisar de nuevo el acelerador de mi vida y los momentos de pausa son casi paradas en boxes para coger energía y seguir corriendo. Sin embargo, llega este día y viene la muerte a recordarme que ella es invencible. Que las heridas que ella hace no tienen cura y se abren cuando menos te lo esperas. 


La vida, la muerte o el destino se unieron un día para romper y acabar con la vida que tenía y dejarme solo pedazos que reconstruir. Algunos son pilares en mi vida, tan grandes e importantes que me han sujetado en momentos terribles. Otros son recuerdos que creía insignificantes y que ahora custodio como tesoros irremplazables, piezas de un pasado irrepetible que se convierte en eterno. Y pones los vídeos, revives las fotos o escuchas los mensajes tratando de recrear esos momentos en los que no sabías que eras tan feliz y dabas por hecho que sería para siempre, sin saber que siempre es un concepto relativo cuando toca con la vida.


Y van pasando los días, los meses y ahora incluso los años. Y echas la vista atrás y piensas que no has avanzado nada, que lo echas de menos tanto como ayer y que has vivido un mal sueño que te ha llevado hasta ahí, te parece mentira que haya podido pasarte y que hayas podido seguir adelante. 


Mi psicóloga decía que el duelo es un tablero lleno de cartas y que de vez en cuando se levanta una, otra…a veces la misma… que no hay fases ni reglas, es lo que cada uno viva. Yo he aprendido que no es algo lineal, que no hay una meta al final ni me espera nadie para decirme que lo he superado, he aprendido que eso no pasa, y que no quiero que pase porque el dolor y la soledad son parte de la pérdida de lo que he sido y de lo que soy.  


Decía Serrat que “son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas, en un rincón en un papel, en un cajón.”  


Eso es lo que me ha dejado la muerte invencible, los pedazos de mi pasado en los que me apoyo para seguir adelante, aunque me “hagan llorar cuando nadie me ve”. Y tengo que aprender a encajar las piezas que llegan nuevas con las que tenía, y muchas veces me dan rabia o me hacen darme cuenta de que no las he elegido yo, pero ahí están buscando su sitio, y a veces hasta consiguen hacerme reír y se acoplan, sin darme cuenta, en mi vida.


lunes, 10 de mayo de 2021

Un recorrido complicado

Aquí está la clásica felicitación de la Señora por mi cumple:

Entre la felicitación del año pasado en plena pandemia y la felicitación de este año en plena vacunación han pasado doce meses que se podrían calificar por lo menos de difíciles, sobre todo para los que desempeñáis algún tipo de trabajo y en menor medida para los que estamos jubilados; pues todos hemos tenido que habituarnos a vivir de otra manera, no siempre fácil, por el peligro de contagio. 

Restricciones de movilidad, cierre perimetral o aforo restringido son algunos conceptos que reflejan el recorte que desde la administración se impuso a la actividad diaria y que obligaba a un aislamiento necesario de los demás. Esta lejanía obligada te protegía del Covid pero provocaba un fuerte desgaste anímico. En mi caso supuso no salir en un tiempo y luego poder dar algunos paseítos por el entorno, poca cosa esto último, pero mucho mejor que lo anterior. Para sobrellevar esas restricciones, Elvira y los niños en cuanto pudieron se vinieron a vivir a la urbanización, de modo que todo les resultara más llevadero y los pequeños tuvieran la posibilidad de salir y jugar al aire libre. Claro que no todo el mundo estaba en condiciones de hacer algo parecido, pero como  la capacidad de adaptación de los seres humanos es mayor de lo que uno pueda pensar, de forma más o menos consciente, buscamos otros modos de estar en contacto y de no sentirnos lejos.  Así los aperitivos del domingo en Tres Cantos se vieron sustituidos por visitas mañaneras, por encuentros en algún parque (en los momentos de confinamiento extremo, como el día de tu cumpleaños el año pasado) o por los pollos asados del tito Pacuelo, que o bien él nos traía a las distintas casas o bien en los momentos de cierta apertura nos los tomábamos en  su terraza. Durante meses para ver a Carmen me tuve que conectar a los videos de sus clases (y así de paso aprendía inglés), pues no estaban permitidos los desplazamientos; desde entonces ha quedado como costumbre su llamada telefónica todas las mañanas camino del colegio, en la que me pone al día de las distintas peripecias de sus alumnos, algunas para enmarcar.

Pero esto ha sido muy largo, mucho más de lo que se nos decía en un principio y la sensación de desgaste se fue acrecentando sobre todo en las fases más agudas de la pandemia. Se notaba mucho ese desgaste en los últimos meses del año, aunque como la Navidad siempre ayuda, en este caso trajo más que nunca un rayo de esperanza. Afortunadamente, a las reuniones familiares, con aforo limitado pero siempre proclives al optimismo, se les añadía la llegada casi inminente de la vacuna, el único remedio posible contra el virus.

Sin embargo,  como en el circo,  esto ha sido el más difícil todavía: a principios de año la nevada de Filomena nos recluyó sin paliativos en la casa durante dos semanas, pues además de contraer el virus te podías romper cualquier hueso según estaba la calle de escurridiza y de ese modo la implantación de la vacuna se retrasaba otro tiempo más. Menos mal que la presencia cercana de los pequeños me permitía incrementar mi actividad  y pasar las tardes abajo con ellos mientras jugaban; otras veces compartía tiempo con Elvira y  aprovechábamos  para pasear y charlar por la explanada. Pero quizá lo más variado y divertido  solía llegar los viernes, cuando los chiquillos se venían a dormir y cenar con el tito Pacuelo: hacían peleíllas y jugaban a todo lo que se les ocurría hasta que se ponían como motos y había que parar porque luego no había quien los acostara. Para mí ese rato era más reconfortante que una película de los hermanos Marx.

Fue en febrero cuando por fin el panorama empezó a clarear. Entonces la vacuna se convirtió en un hecho real (con buen criterio y para tranquilidad de muchos las primeras que llegaron fueron para el personal sanitario) por lo que podría decirse que hubo casi un paralelismo entre la extensión de la vacuna y los primeros brotes de la primavera. Parecía una señal inmejorable. Y fue por esos días, en una de esas tardes de viernes, cuando Raquel, boca arriba sobre la cama del cuarto del pasillo, con la cabeza cerca de la ventana, me llama y me dice: -Abuela, mira qué cielo tan bonito. No estaba la tarde con uno de esos atardeceres deslumbrantes y luminosos tan frecuentes en Madrid allá por Gredos, sino que las nubes tapaban la línea del horizonte y el gris se imponía a la luminosidad  propia del momento. Me acerco adonde ella estaba y sobre nuestras cabezas descubro lo que ella veía:  un enorme  piélago de nubes cuyas blandas siluetas quedaban recortadas por la luz naranja del atardecer oculta en el fondo, y que en otro plano se proyectaba hacia nosotras. Producía un contraste  gris y rosáceo de una belleza espectacular   

Me quedé tan sorprendida......

¿Quizá era una metáfora? Era todo tan hermoso.....  Ojalá, pensé.

Termino este recorrido con la gente en la calle celebrando a todo trapo el final del estado de alarma.

En el recuerdo de tus atardeceres veraniegos y con el deseo de un cumpleaños muy muy feliz

viernes, 19 de marzo de 2021

Potingues

Hermanísima no necesita comprarse cremas, le paso todas las que no tolera mi piel sensible, a ella nunca le dan problemas. En mi adolescencia, con mi acné de paella, la piel sensible era una tortura, los tratamientos de acné me irritaban y me salían aún más granos, en un círculo vicioso y doloroso. Probé de todo, y aunque los dermatólogos no lo recomiendan, una de las cosas que mejor me ha ido siempre para bajar la inflamación de los comedones es la pasta de aspirina: nada más simple que humedecer una aspirina hasta convertirla en una pasta, ponerla encima del grano inflamado y dejar que seque el mejunje antes de retirarlo (ya sea sacudiendo el polvillo o con agua). 

Supongo que el acné y la piel sensible despertaron mi interés por la dermatología, un interés más personal que profesional. Dado mi trabajo, no está de más tener nociones de otras especialidades, en medicina todo tiene relación y la piel está en casi todas partes. No sé si por esas nociones, y por toda la información de internet, asumo que todo el mundo tiene un conocimiento básico sobre el cuidado de la piel, pero solo tengo que echar la vista atrás y recordar lo qué sabía en mi adolescencia para darme cuenta de mi error. Hermanísima me ha hecho ser consciente:

- Esto se pone por la mañana y esto otro por la noche- le explico tras contarme que lo hacía al revés.- Hay productos que se degradan por la luz. 

- El protector solar va encima del hidratante, es el último paso antes del maquillaje, se supone que crea una película para proteger la piel del sol y el resto va debajo.

-¿Y esto otro? ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Y esto?...- me pregunta hermanísima, perdida en un sinfín de muestras (mea culpa).

En fin, mejor escribo un post

El primer paso del cuidado básico de la piel es la limpieza. El limpiador no va a estar mucho tiempo en contacto con nuestra piel, por lo que no se necesita un producto caro que luego se van a llevar las tuberías. Si se tiene acné va bien uno con ácido salicílico, en el resto algo suave que no deje la piel como un pergamino, NADA DE JABÓN, el pH es muy agresivo. Si se usa agua micelar, hay que aclararla. Los dermatólogos recomiendan mucho el limpiador de CeraVe, personalmente me gusta el paño de microfibra que solo necesita agua templada y se lleva todo con apoyarla en la piel. 

Tras la limpieza y con la piel ligeramente húmeda, se usan los activos, habitualmente el serum , aunque también se incluyen productos antiacné (sin retinoides por la mañana y con por la noche), antioxidantes y tratamiento de la pigmentación (aquí irían la vitamina C, que tiene ambas funciones, por la mañana, y los derivados de la vitamina A, o sea retinoides, por la noche). 

Después de los activos, se puede aplicar una capa de ácido hialurónico que sella esos activos y los vuelve más potentes. Hay que tener cuidado cuando lo que hay debajo pueda ser irritante, como los retinoles, en ese caso es mejor dejar el hialurónico de lado. 

Sobre el hialurónico se pone una crema hidratante, más o menos ligera según el tipo de piel. Sin la hidratante encima, el hialurónico puede extraer agua de la piel y resecarla, así que no hay que olvidarse de la hidratante. Las hidratantes suelen contener ceramidas, que restauran la función barrera de la piel, ácidos grasos y otros emolientes como urea (en porcentaje menor al 10%, si no es exfoliante e irrita), alantoína...

Durante el día, no hay que olvidar el protector solar, FUNDAMENTAL, los que tienen pigmento también protegen de la luz visible y la luz azul de los ordenadores (aunque es mínima comparada con la solar). Esta luz visible también se ha visto que daña la piel. La cantidad es importante, más o menos el tamaño de una moneda, hay que cubrir bien la piel, no se trata de maquillarla sino de protegerla, si se pone menos, el índice de protección se reduce (también se reduce por el uso de aceites).

Esta sería la rutina básica, a veces la crema hidratante ya viene con activos y se pueden unir esos pasos en uno, o el protector solar es hidratante y también funciona como paso conjunto. 

Ahora, la pregunta sería cuales son los principios activos y como combinarlos. El tema tiene su ciencia, cuando vienen mezclados en un producto, el laboratorio se ha encargado de estabilizarlos en la fórmula, cuando se juega a los boticarios en el baño, hay que tener en cuenta varios factores. 

La vitamina C, cuando viene como ácido ascórbico (y también el etil-ascórbico, más estable, menos irritante y con mejor absorción), es un ácido, y se inestabiliza a pH más altos y con la luz. Es antioxidante, antimanchas y estimula la síntesis de colágeno, pero puede ser irritante y es difícil de combinar porque se neutraliza y neutraliza activos con pH más neutro o básico, como retinoides y niacinamida, con el uso combinado con otros ácidos los vuelve más irritantes, como los exfoliantes químicos o el azelaico. Una vez abierto, se recomienda usar en 3 meses, si se oxida y se vuelve marrón, deja de ser eficaz. Hay derivados más estables a pH más combinables, aunque no está claro si son igual de potentes. Combina bien con otros antioxidantes. Skynceuticals tiene una fórmula con ferúlico más estable y combinable, aunque también carísima. Un truco es poner la vitamina C al levantarse, a los 15 minutos ya se ha absorbido y se puede limpiar la cara con una toalla húmeda y poner otros activos (por ej. niacinamida en caso de acné). The Ordinary tiene el Etyl-ascorbic acid a un precio más que razonable.

La niacinamida es calmante y ayuda al acné y al tratamiento de las manchas. En este caso más no es mejor, se recomienda al 5% porque si no es irritante. Se puede usar antes o después que otros activos, es indiferente. Salvo con ácido ascórbico o etil-ascórbico, se puede combinar con casi todo. Está presente en muchas cremas hidratantes. 

El retinol, ADEMÁS DEL PROTECTOR SOLAR, es la molécula antiedad por excelencia, y es el tratamiento de elección en el acné. Se presenta con distintas moléculas desde el retinil que se transforma en retinol y de ahí en retinaldehido y luego en retinoico que es la molécula activa. Para el acné, el adapaleno, un derivado del retinoico, se tolera mucho mejor. El retinoico es de prescripción médica en muchos países pero en España es barato y se compra en farmacia con el nombre de Retirides, por supuesto hay que empezar con dosis de 0.025 y a días alternos o cada 3 días, se puede tardar meses en poder aumentar a 0.05 y años en llegar a 0.1% (o nunca). El efecto antiedad depende de la constancia, no de la concentración que se use, así que lo importante es usarlo e insistir durante años. Se inactiva con la luz solar por lo que debe ponerse solo de noche. El Retinaldehido de Avene es excelente y se tolera mejor que el retinoico. Hay una versión para el contorno de ojos, más suave. Todos los retinoles están CONTRAINDICADOS en el embarazo.

Las noches que no se use retinol, se puede usar un exfoliante químico (no uno de partículas que además de arañar la piel, dañan el medio ambiente). En este grupo están el ácido glicólico, el láctico (más suave), el mandélico (todos estos hidrosolubles por lo que no se recomienda su uso con aceites), el salicílico (que al ser liposoluble penetra más en profundidad en el poro y se recomienda en acné). Si la piel es sensible, dejarlos actuar un rato y luego retirar e hidratar. Cantabria labs tiene un producto combinado de Retinol y Glicólico, excelente antiedad para el que lo tolere (no es mi caso), con el nombre de Retincare. 

Los péptidos son moléculas hidratantes que se supone contribuyen a la síntesis de colágeno y algunos tienen efecto botox (como la argirelina). Salvo con ácidos (exfoliantes y ascórbico) se pueden usar con cualquier otro activo. 

El ácido azelaico (Finacea en farmacias, además de estar en muchas cremas despigmentantes o acné) se puede combinar con casi todo salvo otros ácidos, como exfoliantes y vitamina C. 

La alfa-arbutina es una molécula despigmentante derivada de la hidroquinona pero más suave y sin los problemas de esta última (cuyo uso debe ser controlado por un dermatólogo). Además tiene la ventaja de que se puede combinar con todo. Los aceites, de los que hable hace tiempo, también combinan con todo, excepto protectores solares, y van especialmente bien con los retinoides. En caso de pigmentación, se deben evitar los que contengan ácidos grasos saturados. Se pondrían como último paso, su efecto es emoliente-hidratante. Cuando se necesite un oclusivo para proteger una zona, antes de poner un activo, o cuando se quiera potenciar, habría que recurrir a la vaselina. 

En resumen:

Acné: ácido salicílico/glicólico, azelaico, niacinamida y retinoides. También peroxido de benzoilo (no más del 5% por la irritación), antibióticos (tópicos y sistémicos) y por supuesto isotretinoina y espironolactona (un mineralocorticoide) sistémico. E

Antiedad: protector solar, retinoides, vitamina C, péptidos, exfoliantes.

Antimanchas: vitamina C, azelaico, niacinamida, exfoliantes, alfa-arbutina (además de ácido kojico, raíz de regaliz, hidroquinona...)

SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE: PROTECTOR SOLAR, en todos los casos.