sábado, 28 de mayo de 2016

En la arena

No regresarán mis huellas, prefieren quedarse en la arena. Desean sentir en los dedos las caricias de la orilla, quieren saber qué es ser libres, poder caminar descalzas, y dejar atrás el tiempo en que fueron prisioneras del suelo gris de la acera.

Mis huellas ya no son mías, abandonaron mi cuerpo para marcharse al océano. Desean hundirse en el barro, excavar una oquedad en la profundidad de la orilla desde donde desafiar la fuerza del oleaje. No estarán en la playa cuando vuelva a buscarlas, se habrán disuelto en el agua, fundidas junto a la tierra, al ascender la marea. 

Puedo saber dónde andan, aún noto su cosquilleo y oigo su llamada en sueños. Corren junto a la tormenta, persiguen a las gaviotas y cabalgan sobre olas. Se zambullen en la bruma para jugar con las sombras que se esconden en las rocas. Caminan en pos del sol y, al llegar al horizonte, danzan hasta consumirse en el fuego del ocaso. Duermen bajo las estrellas y se internan en la espuma del reflejo de la luna. 

miércoles, 25 de mayo de 2016

Eristal


ERISTAL

Hay lágrimas de mar en la orilla,
lágrimas que lloró el alba
y que enjugaron las aguas
con una esponja marina.
Lamentos de luz que manan
del canto de las sirenas
en un llanto de burbujas
y un eco de brisa y agua.
Cristales de sal, diamantes,
arrancados de la sima
de las profundidades.

En el fondo del abismo,
Oceánida grita.
No llora, nunca volverá a llorar;
la bruja secó sus lágrimas,
la engañó con sus palabras
mientras guardaba su magia
en esferas encantadas.

Llora el agua que era libre
al verse esclava en el seno
de un globo de mesoglea.
Son sollozos prisioneros
en los que aún late con fuerza
un sol que se despereza.
Una campana que guarda
la esencia vital de Gaia,
y late al acariciarla
con memorias olvidadas.

En el litoral hay cuerpos
que ruedan entre las rocas.
Son reflejos de azul cielo
y mil destellos de aurora
que se bañan o se secan
al capricho de mareas;
son reliquias encantadas,
fragmentos de agua cautiva
que al luchar con su destino
flotaron hasta la orilla.
Celdas de lágrimas muertas
que navegaron a tierra
como una flor marinera.
Erizos de sal y cristal
aún yacen en el océano
inermes sobre su lecho.

Un fruto de mar parecen,
tiernos y jugosos granos
de la dulce gelatina
de una granada marina.
Al recogerla en la arena,
solo quise protegerla.
Le busqué un hueco en mi mesa
donde poder estudiar
mi hermosa fruta de mar.
Al mirarte, he de estrujarte,
como una gominola, morderte,
o colgarte en mi ventana
junto a la luz de otra gota
tallada en cristal de roca.

Noto un nudo en la garganta
y en mis ojos brotan lágrimas
salpicadas de nostalgia.
Debes volver a la orilla
antes de que llegue el día
que dejes de ser... un agua viva.

Si queréis conocer la historia del porqué de esta poesía y ver qué la inspiró, tendréis que visitar su origen:  http://viajeyfotos.blogspot.com.es/2016/05/seres-transparentes.html

lunes, 23 de mayo de 2016

El árbol cortado

Nací de una semilla enterrada, unido a la tierra que me dio vida y que también sería el nicho en el que un día moriría. 

El transcurso de los años grabó en mi interior sus ciclos. Me expolió el hermoso otoño después de teñirme de oro, soñé con el frío de invierno bajo una manta de hielo, me atavió la primavera con verdes hojas y yemas, y me refugié en mi sombra de los veranos de fuego.

Con mi raíz he hoyado las firmes rocas del suelo. He resistido los vientos que me arrancaban las hojas al ansiar quebrar mis ramas. He acariciado el cielo. He sido el hogar de pájaros que levantaban sus nidos en la trama de mi copa. Al extender mi follaje, he ofrecido cobijo a furiosas tempestades y un lecho fresco y mullido para dar reposo al sol. 

Lo último fue el dolor, el quejido de mi tronco bajo los golpes del hacha del hombre que me cortó.

Soy el vestigio de un bosque que ya no existe, recuerdos enterrados bajo un muñón y unas raíces.

domingo, 15 de mayo de 2016

A mitad de Mayo


Seguro que alguno agradece que espere a final de mes para escribir sobre libros pero, esta vez, no va a ser así, estamos a mediados y me apetecía hablar del tema. De todos modos el ritmo de lectura ha sido mucho más moderado que en otras épocas, por lo que esta entrada estará lejos de ser un catálogo de biblioteca.

El primer libro de mayo fue La escapada, de William Faulkner, la última novela de su autor y, al parecer, una de las más asequibles. Hace tiempo empecé El ruido y la furia y confieso que abandoné enseguida, sin embargo Faulkner es uno de los autores más admirados de Steinbeck y debía darle otra oportunidad. La escapada es casi una novela de enredo. El narrador es un niño de 11 años que, junto con el chófer y un polizón, aprovecha un viaje de su abuelo para hacer una escapada en el coche de éste. Su destino es Memphis. En un prostíbulo de esa ciudad es donde empiezan sus problemas. La trama es de lo más entretenida, y bastante imprevisible, se lía por momentos: un trueque, una pérdida, un caballo, un viaje en tren, una carrera, una apuesta... Más que a todas esas complicaciones, lo que a veces cuesta es seguir es el hilo de las larguísimas frases del escritor (un rasgo característico del estilo de Faulkner). La recreación del ambiente es estupenda, los personajes y sus motivaciones de lo más singulares y el final de lo más emocionante. Realmente muy divertido y, sin duda, de lo más recomendable para empezar con este autor.

Por supuesto, Steinbeck no podía faltar en mis lecturas y, uno de los libros que aún me faltaban era The Pastures of Heaven (Penguin Modern Classics). Un valle, cuyo nombre original en español es las Pasturas del cielo, es el nexo de unión entre los relatos que conforman esta novela; sus habitantes son sus protagonistas y sus secundarios. Con frecuencia, el episodio relatado no es más que un fragmento del día a día, alguna pequeña contrariedad, algo que no sale como se espera, pero ese algo tan simple basta para dotar de humanidad y naturalidad a los personajes y también para abrir el espacio del escenario: las granjas, el cielo, la llanura, los caminos de tierra, las colinas y las montañas que limitan el valle. Las historias de Steinbeck no se leen, se respiran.

Viajes Con Una Burra Por Los Montes De Cévennes, de Robert Louis Stevenson, es una de las novelas que Steinbeck menciona, además varias veces, en uno de los episodios de The pastures of heaven. Se trata de uno de mis capítulos favoritos, supongo que porque encontré que guardaba un cierto paralelismo con Cannery Row y porque también comparte con esa novela su delicado sentido del humor y la misma visión sencilla de la vida. Con semejantes alicientes, tenía que leer el libro de Stevenson, que es casi una Biblia para sus protagonistas.  El autor escocés narra su marcha por los montes Cevennes, en el Sudeste de Francia, acompañado de una burra, Modestine, que no le presta la ayuda con la que él contaba al hacer sus planes. La ruta no siempre es la trazada, la lentitud del pollino, la noche, la lluvia y la falta de guía hacen que pierda el camino más de una vez, sin embargo no deja que los contratiempos le desanimen y continúa con su vagabundeo por esos lares. Además de las descripciones del paisaje, Stevenson hace referencia a la historia, en concreto a las guerras religiosas, el levantamiento de los Camisards a principios del S XVIII contra un decreto de Luis XIV que prohibía el culto protestante. A pesar de la recomendación de Steinbeck, me resultó un libro agradable, sin más.

A flor de piel, de Javier Moro, fue un préstamo de la Señora, y cuenta la interesantísima historia de la Real expedición filantrópica para introducir la vacuna de la viruela en América y Filipinas, una expedición complicada no solo por las reticencias ante algo tan novedoso como esa vacuna, sino porque los vehículos para transportarla son un grupo de niños a cargo de una mujer. Es una cruzada llena de aventuras, desventuras, éxitos, esperanzas y sinsabores en la que los paladines no siempre encuentran la ayuda esperada sino que, con frecuencia, han de enfrentarse a la ambición y a los intereses personales de los encargados de ayudarles en su misión. El libro está muy bien documentado y, aunque con altibajos, mantiene el interés. Merece la pena.

De viaje en viaje, ya sea por la Provence o dando la vuelta al mundo, no hay que olvidarse de los del Quijote. En El viaje de Don Quijote, al igual que hizo Azorín en el 300 aniversario de Cervantes, Julio Llamazares, en el 400, realiza tres trayectos, correspondientes a las tres salidas del hidalgo. En la primera coincide con "La ruta del Quijote" de Azorín que, junto a la novela de Cervantes, le sirve de referencia a la hora de comparar el entonces y el ahora. Azorín no hizo más rutas, viajar no era fácil por aquel entonces, pero Llamazares, con su coche, llega hasta Sierra Morena en la segunda, y comenta los episodios correspondientes de la obra de Cervantes, y a Barcelona en la tercera (aunque, a diferencia del hidalgo, se detenga en Zaragoza, como el de Avellaneda). En cada capítulo ofrece un pequeño repaso, muy conciso, de las aventuras más significativas del caballero en cada lugar. Es un libro breve, que se lee con facilidad y que sirve para ubicar la gran obra de Cervantes.

Ladrones de tinta, de Alfonso Mateo-Sagasta, nos habla de otro Quijote, el de Avellaneda. Su aparición, y la investigación sobre su autor, lleva a Isidoro Montemayor, el protagonista, y aspirante a hidalgo, a ponerse en contacto con algunos de los personajes más relevantes del siglo de oro: Cervantes, Lope, Tirso de Molina, Quevedo... La ambientación, tanto en los barrios altos como en los bajos fondos, es muy buena, y las menciones al contexto histórico resultan de lo más entretenidas además de quedar bien imbricadas en la trama de la novela, con menciones a Felipe III y su valido, el duque de Lerma, y las aspiraciones al virreinato de Nápoles del duque de Osuna. Las prácticas médicas dan pavor, no sé cómo los enfermos sobrevivían a los matasanos de entonces. Sin duda una buena novela, de esas que, además, sirven para aprender y afianzar conceptos.

Marcellin Caillou (Folio), de Sempé, es un cuento para todas las edades narrado a base de ilustraciones sencillas, con algunas viñetas y pies de página. Es un precioso relato sobre la amistad, sobre cómo los amigos nos hacen felices al tiempo que consiguen que olvidemos aquello que no podemos controlar, una historia sencilla que deja buen sabor de boca, aunque para esta edición (de bolsillo) conviene gozar de buena vista porque algunas viñetas son muy, muy pequeñas.


El curioso mundo de Calpurnia Tate de Jacqueline Kelly, es la continuación de La evolución de Calpurnia Tate, del que ya hablé en su momento, hace unos seis meses. Estaba de oferta en Kindle Flash y no pude resistirme. Diría que me ha gustado incluso más que el primero. Corre el año 1900, Callie Vee, la protagonista, prosigue sus estudios sobre la naturaleza bajo la tutela de su abuelo. Su interés por la ciencia crece cada día, así como su afán de aprender y estudiar para labrarse un futuro. Sin embargo, se encuentra con que sus padres no comparten sus inquietudes hasta el punto de no recibir la misma consideración que sus hermanos varones. Sin embargo, a sus 13 años, se resiste a aceptar un papel de mujer convencional y está dispuesta a cambiar las tornas. Gracias a su prima, víctima de un huracán en Galveston, descubre que puede pedir una remuneración por llevar a cabo pequeñas tareas con las que, además, aprende, como la de ayudar al nuevo veterinario. La historia, narrada en forma de episodios, es muy entretenida, y no solo está bien escrita, sino que los personajes tienen encarnadura. Está claro que la saga continuará, al final del libro te quedas con ganas de más, y ya estoy deseando que salga el siguiente para descubrir cómo se perfila el futuro de Callie.

sábado, 14 de mayo de 2016

Estalactitas de tiempo

¿Piensas que soy tan solo una roca? No te equivoques, fíjate bien, es mucho más complicado que lo que ves. ¿Quieres acariciarme? Notarás bajo tus manos el tacto rugoso de mis estalactitas. Ven, te haré un hueco entre mis oquedades, para que puedas acoplar allí tus dedos. Deslízate hacia abajo, continúa hacia los lados, como si pretendieras modelarme de nuevo. ¿Sientes cada recoveco?

Descansa, ve con calma. Es un proceso lento, puedes preguntarle al agua si dudas de mi palabra, fue ella la que disolvió la cal de mi gruta, y lo hizo gota a gota. ¿Con paciencia? No, el universo no sabe qué es eso, para él todo se reduce a una cuestión de tiempo. Yo misma no soy más que una huella del tiempo. ¿Tiempo? Sí, aunque quizá ni eso exista, o quizá sea lo único que siempre ha existido. ¿Y el resto? Forma parte del tiempo. ¿Cómo? De un modo similar al que empleó para crear las estalactitas que ves ahora; fue el tiempo el que condensó la materia y formó el gas de las estrellas. ¿Y su origen? Esa es la pregunta para la que nadie tiene respuesta, yo no al menos. No sé cuál fue el principio, ni siquiera si existió en algún momento, tal vez no hubiera un principio y no haya nada más que un bucle infinito, un inmenso bucle de tiempo, regido por sus propias leyes, que controla el resto. Es difícil concebir un mundo así, sin un eje en el que remontarse, aunque ¿qué puede explicar que mañana nada sea igual?... ¿Nada? Nada salvo el mismo tiempo.

martes, 10 de mayo de 2016

Felicitación en el recuerdo de Cervantes (por la Señora)

Desde que tengo el blog, la Señora me escribe una entrada para el día de mi cumpleaños. Es un detalle que me encanta. En esta ocasión, como corresponde al centenario de Cervantes, ha salido a relucir mi mentalidad algo quijotesca y algunos de los gigantes a los que me enfrento. Un caballero andante, y más si es médico, debe aceptar los retos, aunque se le antojen dragones. 

Este año abril, el de las aguas mil, ha cumplido con lo que se esperaba de él y, durante bastantes días, nos ha obligado a recluirnos para no correr el riesgo de catarro por el remojón. Mientras nos resguardábamos de las inclemencias del tiempo hemos seguido las celebraciones y recuerdos en homenaje a Cervantes en el cuarto centenario de su muerte, lo que ha propiciado volver algunos ratos a  sus obras, especialmente a El Quijote. Y no sé si al refrescar la memoria con esta vuelta a las hazañas del caballero andante he notado que su presencia se proyectaba sobre bastantes elementos de mi entorno, tanto en la música, como en la televisión...... y como en este blog, en el que su autora parece haberlo tenido presente de modo constante. En esa presencia, por su especial significación, me voy a fijar.

Sueños de hidalgo está concebido para adentrarse en el interior del héroe, en una reflexión que lo lleva a su destino como ideal y es un texto totalmente poético y acertado sobre la dimensión de nuestro personaje. Esta entrada es un homenaje a don Quijote y como tal está concebida, como merecido tributo. Pero no era a la evocación del hidalgo a lo que quería referirme, sino a la proyección de su sombra en otros artículos o relatos recientes con temática propia. Por ejemplo, Entre Seinbeck, Murakami, Conrad y......  nos ofrece una relación casi inabarcable de las lecturas llevadas a cabo en un mes y cuando una llega al final de los numerosos títulos y autores, lo primero que se le viene a la cabeza es si a la autora no le habrá ocurrido como al hidalgo, "que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro , y los días de turbio en turbio". Pero no, no ha debido de ser así pues por esos días nos ofrecía un relato titulado El héroe, inspirado en un hecho familiar, que se convierte en una historia de claros tintes cervantinos, dada la magnitud de la empresa que se ha de acometer, la escasez de fuerzas y la necesaria presencia de ánimo para afrontar tamaña dificultad.

Es esta, la dificultad, junto con la incertidumbre y el valor los elementos que conforman una de las entradas más interesantes del pasado mes de abril. Me refiero a Pequeñas batallas y grandes satisfacciones. Aquí se nos muestra el devenir profesional de nuestra autora en la lucha contra el Rendu-Osler. Se trata de un compromiso personal por mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad, para la que de momento no hay solución y cuyo tratamiento genera no pocos problemas al médico que lo intenta. Esas "pequeñas batallas" no son tan pequeñas pues algunas veces hay "que echarle valor torero al asunto y atacar sin pensarlo demasiado (las comeduras de cabeza vienen después, y dan muchas, muchísimas vueltas)", sabiendo además que "Al final el médico nunca gana la guerra, pero sí consigue vencer algunas batallas". Coincidía en el tiempo esa reflexión con el comienzo por mi parte de la lectura de El camino estrecho al norte profundo, una durísima novela recientemente publicada,  cuyo autor nos presenta al protagonista, un médico australiano, viviendo una situación extrema en la que debe buscar una solución para su paciente. El pánico se adueñaba de él. Lo sabía y trató de tranquilizarse [...]No tenía motivos para creer que podía hacerlo, pero había otros convencidos de que sí podía. Y si él creía en quienes creían en él, tal vez consiguiera no perder los papeles"  Esta angustia, sin embargo, no es óbice para que afronte el problema con decisión y diga a su colaborador: Qué podía hacer [....] La única idea que he tenido nunca es seguir adelante y cargar contra los molinos de viento. Esa es muchas veces la imagen de la batalla, grande o pequeña, cargar contra los molinos de viento; una responsabilidad  que a algunos médicos les hace sentirse exigidos al máximo en el desempeño de su profesión y que todo lo que busca es el bienestar del enfermo. Aunque no se gane la batalla.

En general nuestro mundo valora los resultados, los triunfos, y no contempla al que lo intenta, al que trata de avanzar pero se queda a medio camino. Precisamente la segunda parte del título de ese artículo, ...grandes satisfacciones, nos muestra cómo todavía hay personas e instituciones que aprecian el esfuerzo de los que luchan por superar ese medio camino y quieren con su reconocimiento ayudar al médico a no sentirse tan solo frente a los molinos de viento. Corroboran así la máxima cervantina que dice: la buena opinión califica la acertada medicina, y así suele haber médicos venturosos como soldados bien afortunados.

Entre esos médicos venturosos creo que está  nuestra doctora-escritora, a la que en su cumpleaños le hago llegar una felicitación muy cariñosa y muy muy merecida.

lunes, 9 de mayo de 2016

La montaña sueña

Mi montaña sueña... Desea tocar las estrellas y alojarse en una de ellas. Saltar de planeta en planeta, sin verse atada a la tierra, sin quedarse nunca quieta. Pretende ser, por una noche, cola de cometa.

Mi montaña sueña... Quiere convertirse en nube, abrasarse con el sol, fundirse en rayo de fuego y volver con un destello que rasgue el cielo. 

Mi montaña se estremece. Es el temblor de una lucha, de un afán de rebeldía, de un ansia por libertad. Mi montaña es un volcán.

Aún sueño con mi montaña, veo la cumbre que resplandece antes de su despedida y no pierdo la esperanza de que un día regrese.

Sueño, aunque sueñe en vano y, al despuntar la mañana, cuando la luz despierte en el agua, tras el salto de mi cascada, no haya nada. 

viernes, 6 de mayo de 2016

Infinito

Dibujo con mi dedo el trazado del universo. Cuento uno a uno los astros y, con el roce de mi mano, los enciendo, o los apago, bruño la luz de sus rayos, o soplo para desterrar una mota de polvo estelar.

Sé que el infinito es un trayecto sin principio ni final, mas si hablamos de aventuras, no hay desánimo que valga, su impulso es irresistible. La curiosidad me vence y empuja mi marcha.

Descubro un punto, y me pierdo. Vago por el universo sin ceder al desaliento; un punto del infinito no ha de ser distinto al resto.

No sé qué haré cuando acabe mi escapada. Confío en que, llegado el momento, no me costará trazar el camino de regreso.

domingo, 1 de mayo de 2016

Día de la madre

Hay temas sobre los que es difícil escribir sin caer en tópicos y cursilerías, sobre todo porque esos tópicos se han ido cimentando con el tiempo y llega un punto en el que parece que todo está dicho. No obstante, eso no significa que no se esté de acuerdo con ellos, porque una buena madre es una de las mejores cosas que le pueden suceder a un hijo en la vida. Es alguien que siempre está ahí, aunque la mía tenga tendencia a volar del nido para pasear por la ciudad, que te conoce, que sabe aconsejarte, que te transmitió sus valores y te infundió coraje. Una madre así te corrige, te apoya, te anima, te consuela y es un ejemplo. El amor de una madre es de los que antepone la felicidad de sus hijos a la suya propia y, sin embargo, es feliz. Mi madre nos ha enseñado a ser positivos y de ella hemos aprendido el valor de la familia. 

La ventaja de los tópicos es que ya alguien ha dicho lo mismo antes, y de un modo mucho mejor, así que solo he tenido que recopilar las citas y buscar unas ilustraciones maternales y vintage para crear esta entrada. 

“A mother is the truest friend we have, when trials heavy and sudden fall upon us; when adversity takes the place of prosperity; when friends desert us; when trouble thickens around us, still will she cling to us, and endeavor by her kind precepts and counsels to dissipate the clouds of darkness, and cause peace to return to our hearts.”
Una madre es la mejor amiga que tenemos, cuando las dificultades repentinas y pesadas nos abruman; cuando la adversidad toma el lugar de la prosperidad; cuando los amigos nos abandonan; cuando los problemas se espesan a nuestro alrededor,  ella seguirá junto a nosotros, y tratará de disipar, con sus amables principios y sus consejos, las nubes de oscuridad, y de devolver la paz a nuestros corazones. Washington Irving"


“In a child's eyes, a mother is a goddess. She can be glorious or terrible, benevolent or filled with wrath, but she commands love either way. I am convinced that this is the greatest power in the universe.” 
A los ojos de un niño, una madre es una diosa. Puede ser gloriosa o terrible, benévola o llena de ira, pero de cualquier modo impone amor. Estoy convencida de que ese es el mayor poder del universo. N.K. Jemisin.


“The greatest heroes in life are those that never give up on someone. They stick it out and make it work. They sacrifice things in their life, in order to help others grow. They give up what they want because someone needs it more. They work hard and overcome adversity. They fail for a moment, but get back up on their feet to show others they don’t have to stay down. They show their loved ones that love is not “proved” by conformity. They teach others that having a voice is a sign of courage, and they will not stay silent to make people feel comfortable. They are fearless and will do whatever it takes to bring about the greatness in the ones they love because doing so brings them peace. Their name is---MOM.” 
Los grandes héroes en la vida son aquellos que nunca pierden la esperanza en alguien. Aguantan y hacen que funcione. Sacrifican cosas en su propia vida, con el fin de ayudar a otros a crecer. Ceden lo que quieren, porque otro lo necesita más. Trabajan duro para superar la adversidad. Si fracasan por un momento, se levantan para mostrar a otros que no hay que venirse abajo. Muestran a sus seres queridos que el amor no se "demuestra" con conformismo. Enseñan a otros que tener una voz propia es una muestra de coraje, y no se quedan callados para que el resto se sienta cómodo. No tienen miedo y harán lo que sea necesario para sacar la grandeza de aquellos que aman porque eso les proporcionará paz. Su nombre es--- MAMA. Shannon L. Alder"


“And also, one is a mother in order to understand the inexplicable. One is a mother to lighten the darkness. One is a mother to shield when lightning streaks the night, when thunder shakes the earth, when mud bogs one down. One is a mother in order to love without beginning or end. ” 
Y también, una es madre para comprender lo inexplicable. Una es madre para iluminar la oscuridad. Una es madre para proteger cuando el rayo golpea la noche, cuando el trueno hace temblar la tierra, cuando el barro empantana a uno. Una es madre para amar sin principio o final. Mariama Bâ.


“Being a mother is an attitude, not a biological relation.” 
Ser madre es una actitud, no una relación biológica. Robert A. Heinlein


“Sometimes the MOM who's always there for everyone else, needs someone to be there for HER.”
A veces, la MADRE que siempre está ahí para todos, necesita a alguien que esté ahí para ELLA.  Tanya Masse

“Just because you become a mother, doesn't mean you stop being a woman.” 
Solo por convertirte en madre, no significa que dejes de ser una mujer. Nicole A. Walker.


MADRE GUÍA 
¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva…
…¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre… Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos guía.
(Antonio Machado)