sábado, 29 de septiembre de 2012

Rutina vacacional

"Boundless"  Steve Hanks

"RUTINA VACACIONAL"

Madrugar, pero no mucho.
Despejarse, levantarse,
e ir al bufé a desayunar.
Pasear por la orilla del mar.
Nadar en el agua blanda, 
bucear entre burbujas
y nadar un poco más.
Leer un libro tras otro.
Relajarse, descansar...
o visitar algún lugar. 
Sentarse a comer en Las Dunas.
Conversar, beber y brindar. 
Dormir o no dormir siesta...
he ahí el dilema.
Disfrutar de cada instante. 
Hundir los pies en la arena,
con la puesta de sol en el mar.
Sacudirse la pereza,
trepar descalzos la escalera
y lanzarse a la piscina
caldeada tras el día. 
Nadar en la oscuridad
antes de arreglarse para cenar. 
Salir a buscar la luna,
cavilar sobre si habrá brujas
viviendo en su cara oculta. 
Tumbarse bajo la Vía Láctea
a contemplar las estrellas.
En el camino de vuelta
oír grillos en la hierba.
Regresar, abrir un libro
y antes de acabar la página,
cerrar los ojos y soñar.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Retratos del S. XX en la Fundación Mapfre

"Dédie"- Modigliani
Es dura la vuelta de vacaciones. El arte me reconcilia con el mundo por lo que he aprovechado que aún no tenía que trabajar para ir a visitar la exposición de Retratos-Obras Maestras del Centro Pompidou de la Fundación Mapfre. Llovía a mares al salir de casa. De camino para allá los cielos se han abierto y han derramado una verdadera cascada de agua sobre los que nos encontrábamos en las calles. Supongo que pocos estaban a la intemperie por gusto, pero la voluntad de ver los cuadros, mi gabardina, mi pequeño paraguas y las estupendas botas, compradas en un aguacero en A Coruña hace un par de años, que han superado con matrícula la prueba del agua, han bastado para que disfrutase del paseo a pesar de las adversidades meteorológicas.

La gran ventaja de este clima es que no he tenido que esperar ninguna cola al llegar y la sala estaba casi vacía. No todos están dispuestos a enfrentarse a los elementos por unos cuadros. En los colegios, los críos estaban calentitos y secos en sus aulas, sin excursiones escolares. Esto me ha permitido detenerme en cada pintura con tranquilidad, sin nadie alrededor que me atosigase. En esta ocasión he cogido la Audioguía, que me ha resultado instructiva e interesante, además de útil porque no había mucha información en las paredes.

"Rousseau"- Robert Delaugny
La exposición es amplia pero la visita transcurre en un suspiro. Cuenta con 80 obras de arte, distribuidas entre dos plantas, y repartidas en 5 secciones según su estilo y cronología.  Comienza con una serie de retratos de figuras relevantes del París de principios del S. XX. En esa época, la influencia del psicoanálisis afecta también a la pintura que busca transmitir a través de la expresión y la fisonomía del rostro el mundo interior del retratado, la cara oculta del alma humana. En palabras de Portalis: "Estamos hechos de mil otros. La ilusión es el yo que pretende ser uno". Entre las obras de la primera sala destacar el 'Portrait du Douanier Rousseau' de Robert Delaugnay. El rostro de Henri Rousseau (pintor naif de finales del XIX-XX) transmite su cálida humanidad y en sus ojos se refleja el cariño que unía al pintor con el modelo.

En la segunda sala la ruptura con el mimetismo se lleva más allá y la forma exterior del cuerpo se transforma por el cubismo. Picasso diseca su retrato de mujer como si de una lección de anatomía se tratase para descomponerla en figuras geométricas que convierten el retrato en algo genérico, sin identidad específica. Un poco más adelante, hay una escultura de Brancussi: una cabeza de mujer recostada de líneas escuetas y muy simples, casi como una máscara: dos arcos para la nariz y las cejas, un par de hendiduras para los ojos y otra para la boca. Al ser catalogado como cubista, Brancussi se definió como realista. Según su opinión: "Lo que es real es la idea. Es imposible que nadie exprese nada esencial imitando su superficie exterior."
Matisse "Odalisque"

Brancussi comparte espacio con una odalisca de Matisse: un torso recostado de mujer de piel nacarada que contrasta con el rojo de sus ropajes y de la alfombra, rodeada por cortinajes con motivos árabes al estilo de la Alhambra y de las Mil una noches. No es un retrato ya que Matisse afirmó: "Yo no pinto un retrato, pinto un cuadro. Una obra de arte debe ser armoniosa en su totalidad. Un detalle superfluo debe ser sustituido por uno esencial."

Uno de mis cuadros favoritos se encuentra en la tercera sala, el retrato de Dédie de Modigliani. Me encanta su sencillez, la suave manera de entrecruzar las manos, la dulce expresión con la que mira, la boca que parece ir a esbozar una sonrisa, el modo de inclinar la ovalada cabeza hacia un lado, como si le prestase atención al espectador, lo que le confiere una cualidad de cercanía y ternura. Pese, o quizás debido, a ser el cuadro que posee los colores y el gesto menos agresivos de toda la habitación, es el que me ha dejado mayor huella.

"Autorretrato" Gino Severini
Una de las secciones está dedicada al Autorretrato, aunque también hay ejemplos de estos en el resto de las salas. Vincent van Gogh en una carta a su hermano, aludió a la complejidad de la práctica de esta técnica: "Se dice, y yo desde luego lo comparto, que es difícil conocerse a uno mismo, pero tan difícil como eso es pintarse a sí mismo". La indagación introspectiva para representar no la propia imagen, sino la propia esencia, la personalidad con sus miedos y sus temores supone uno de los mayores retos para el artista. Bacon, aunque pintó numerosos autorretratos, declaró "odiar su propio retrato" y que con frecuencia se veía abocado a pintarse a sí mismo al morir los que le rodeaban y dejar de disponer de otros modelos. En el autorretrato de Gino Severini las facciones se descomponen en fragmentos en los que se refleja la complejidad de la personalidad, como si se viese a través de un prisma, al tiempo que resalta algunos rasgos (los ojos, el monóculo), y se vale de la geometría para dotarlo de movimiento. De esa manera el espectador siente que el artista ha girado la cabeza mientras se retrataba.

En el piso superior el arte contemporáneo reclama lo imperfecto, en contraposición a la belleza perfecta del clasicismo. En palabras del surrealista Giacometti  "Cada vez que veo, que miro, quedo maravillado, porque ya no puedo creer en la realidad -¿cómo calificarla...?- material, absoluta. Todo es apariencia y sólo apariencia, ¿no? Y si la persona se acerca, dejo de mirar, pero ella casi deja de existir también. O si no, todo se vuelve afectivo, me entran ganas de tocarla, ¿no es cierto? La visión ya no tiene interés". Giacometti aísla sus esculturas en un mundo propio, las dota de movimiento y vida al tiempo que llama la atención sobre su carácter perecedero.

Tamara de Lempicka "Kizette-au balcon"
 La última sección toma como tema la influencia entre fotografía y pintura. La inmediatez de la fotografía, la naturalidad del posado, su generalización, la aparición de nuevas técnicas son factores que han desarrollado nuevos puntos de vista y de experimentación en la pintura. Así en el cubismo suave de Tamara Lempika se combina la figura con la geometría. El pop-art se sirve de pinturas acrílicas para lograr colores de otro modo imposibles que contribuyan a transmitir las sensaciones, no sólo visuales, que el artista pretende reflejar en su obra. Los gestos atrapados en un instante, de naturaleza efímera, marcan el paso del tiempo. El retrato busca inmortalizar al modelo, al tiempo que deja patente su mortalidad.

La exposición es mucho más que lo que se puede contar aquí. Los cuadros hablan por si solos y, en este caso concreto, la intención se los artistas era precisamente que así lo hicieran. La complejidad del ser humano, su personalidad, su consciente y su inconsciente, sus temores, sus sueños, su poder y su fragilidad por encima de su belleza, su evolución y su mortalidad se plasman en las pinceladas que conforman cada uno de los lienzos y en las líneas y textura de las esculturas.

jueves, 27 de septiembre de 2012

"Andresito"

Desde siempre la Baronesa sentía verdadera debilidad por su "Andresito", su hijo mayor. Al verle se le iluminaba la cara y le brillaba un poco más la mirada. Fue su voz la que le hizo abrir los ojos por última vez. Esa reacción, de apenas unos segundos, calmó un poco la ansiedad del resto de los presentes. Para él fue su última sonrisa, aquella maravillosa sonrisa suya gracias a la cual conquistó primero a mi abuelo y después a toda la familia. Con ese gesto de felicidad pintado en el rostro, mi abuela se durmió de nuevo.

Hablar del tito Andrés implica hablar de su numerosa familia, de la que es la piedra angular. Cuando mi tío conoció a mi tía Pepi, por aquel entonces la chica con fama (y méritos) de ser la más guapa de Linares, tuvo muy claro que ella era la mujer de su vida. La cortejó con silenciosa perseverancia y, por supuesto, logró su objetivo y se casó con ella. Mi tío estaba dispuesto a ser él el que perpetuase el linaje del apellido con un chiquillo que compartiese sus aficiones y le acompañase en sus salidas de caza y pesca. Sin embargo sus planes se torcieron, pese a su empeño y constancia, y tuvo que conformarse con hacer esas cosas con su sobrino, dado el plantel de niñas que invadió su casa. Eso sí, mi hermano, que pese a ser el sexto nieto de la estirpe fue el primer y único varón durante unos cuantos años, estaba siempre encantado de irse con él de madrugada a sus excursiones por el monte. Mi tío fomentó en él la pasión por la naturaleza y aquel fue el principio de su vocación, que posteriormente ha desembocado en su profesión.

El ansiado niño no llegó. En su lugar la naturaleza le regaló, una tras otra, seis hijas guapísimas. Cito textualmente al orgulloso padre que afirma que "cuando se hace algo, hay que hacerlo bien" e, indiscutiblemente, lo hizo muy bien. Claro que al llegar la adolescencia, y las hormonas, el asunto se complicó. ¡Ironías de la vida! Él, que siempre había sido un aficionado a la juerga y que, según me han contado diversas fuentes en su época de soltería se escapaba por las noches como un ratero a través de los tejados de la granja, cogía su moto y no regresaba hasta que despuntaba el alba, se encontró, de repente, ejerciendo el papel de padre de seis preciosas muchachas. Me imagino que le temblaría todo el cuerpo cuando sus "pequeñas" empezaron a querer salir socialmente. Se podría pensar que su experiencia le convertiría en un padre estricto y dominante, aunque eso estaría muy alejado de la realidad. Le bastaba una palabra firme para dejar claro a qué atenerse. Su vigilancia se limitaba a encargarse de recogernos tras nuestros paseos. Nos esperaba con el coche, durante un tiempo un AX en el que entrábamos 6 ó 7 primas apretadas como sardinas, en la Plaza del Ayuntamiento. Allí debíamos estar a las 21 h en invierno y a las 21:30 h en verano, antes de la hora de la cena. La puesta de sol estival se veía ya de vuelta en la granja. En la invernal los mayores pretendían que siguiese siendo así, pero no les fue posible: el astro no se dejó y sus hijas, que habían heredado en parte la rebeldía de la que él mismo había hecho gala en su juventud, se mostraron incluso más reticentes que la estrella a adelantar, aún más, el horario.

Incluso la adolescencia de seis niñas llega a su fin, momento en el que mi tío descubrió que ahí no se terminaban sus problemas. Empezó entonces su papel de abuelo. Su primer nieto fue una nieta, para continuar con la tradición. Luego empezaron a llegar los varones. Las niñas no se iban a dejar arrebatar el protagonismo y ganaron un par de puestos. De abuelo pasó a patriarca y, como bien dice su hija Sole, siempre ha estado ahí y ha sido la roca en la que se han apoyado en los tiempos difíciles que, por desgracia, han sido muchos y muy duros. Los asumió con gran estoicismo y los capeó con paciencia y moderación, sin quejarse ni hundirse en ningún momento. También ha tenido grandes satisfacciones y ratos muy buenos de los que ha sacado lo mejor para disfrutar de ellos y ser feliz con lo que tiene. Sigue adorando a su bella esposa como el primer día y tanto ella como sus seis hijas y todos sus nietos le quieren, y le han querido, con locura. Está siempre ahí, sin hacer ruido, y es digno de admiración.

¡MUCHAS FELICIDADES TITO!

lunes, 24 de septiembre de 2012

El hada azul de la tita Mercedes

Sophie Anderson "Head of a Nymph"
Hay cosas que nunca deben perderse. Recuerdo el encanto que rodeaba siempre la historia del hada azul de la tita Mercedes. Los primos no nos cansábamos nunca de escucharla y ella no se negaba a nuestras peticiones. La recitaba con su voz dulce, a veces cuando estábamos todos los chiquillos reunidos en el porche y, otras veces, en la penumbra del dormitorio cuando subía a darnos un beso de buenas noches. Sus suaves palabras sonaban a modo de canción de cuna. En el caluroso sopor de las noches del verano linarense, la brisa hacía ondear las cortinas de los balcones abiertos, como si formasen parte de la túnica de tul del hada que deseara colarse a escuchar el musical poema. Nuestra imaginación reproducía cada escena de la historia y nuestra mente guardaba celosamente cada susurro. 

EL HADA AZUL

Cierta vez el hada azul
quiso a la tierra bajar
y se mandó preparar
su gran carroza de tul.
Al montarse en el carruaje
dijo el hada para sí:
A cada mujer
de las distintas naciones
le he de otorgar tantos dones
como pueda conceder.

Bajó aquí sin dilación,
tocó su cuerno Amarante
y reuniéronse al instante
una de cada nación.

Llamó y dijo a la italiana:
Tú tendrás ardientes ojos
y tendrás labios tan rojos
que parecerán de grana.
Por tu cutis nacarado
-le dijo a la inglesa- serás, 
un tesoro codiciado
entre todas las demás.
Por tus nacarados dientes
-díjole a la austriaca luego-
verás quemar en el fuego
de amor a tus pretendientes.

A la mujer parisién
le dio suma distinción,
elegancia, corrección ...
¡y hasta corazón también!
Y así fue haciendo lo mismo
pródiga con todas ellas,
repartiendo entre las bellas:
a una ingenio, a otra blancura,
y, a esa otra, un alma pura.

Así acabó con sus dones,
que entre todas repartió,
cuando al terminar salió,
de entre todas las naciones,
una gallarda manola,
muy joven, casi chiquilla,
que lucía una mantilla
de rica blonda española,
y que acercándosele al Hada,
ruborosa dijo así:
«Según veo, para mí
no me habéis guardado nada.»

Quedóse el hada un momento
suspensa de admiración
y fijando su atención,
con cariño preguntó:
«¿Qué puedes tú desear
que yo te pueda otorgar?
¿Tienes algo que envidiar
a todas estas mujeres?
¿No tienes el pelo acaso
negro, abundante y hermoso?
¿No tienes cutis de raso?
¿No tienes el porte airoso?
Entonces, ¿qué quieres?, di,
¡si aún juntando a todas ellas!
resultarán menos bellas que tú.

Sin embargo- dijo el hada-
yo no quiero que al marcharme
tengas porqué lamentarte
de que no te he dado nada.»
Y mirando a la manola,
dijo alzando más el tono:
«A ver, que traigan un trono
a esta mujer española.»
Y en este cuento me fundo,
si es que este cuento no engaña,
para decir que en España
está lo mejor del mundo.


Hoy sería el santo de la tita, además del de todas las Mercedes de la familia (y de fuera de ella). ¡Muchas Felicidades!

domingo, 23 de septiembre de 2012

Restaurantes contra el Hambre

Copia de Noticia:
Acción contra el Hambre y la Federación Española de Hostelería se han unido para luchar contra la desnutrición infantil que acaba cada día con la vida de 10.000 niños.

La campaña, que durará del 15 de septiembre al 15 de noviembre, brinda la oportunidad de convertir una comida o una cena en un acto solidario: basta con elegir el plato o menú solidario designados por cada uno de los más de 470 restaurantes adheridos a la Campaña en esta edición 2012. Durante estos dos meses los clientes disponen de varias posibilidades de colaboración:
- Escoger el plato o menú solidario designado por el restaurante que haya elegido, del que donará una cantidad a Acción Contra el Hambre.
- Aportar, si así lo desea, un euro solidario adicional al abonar la cuenta.
- Colaborar enviando un SMS con la palabra HAMBRE al 28010.

Cada uno de los restaurantes ha elegido un plato o menú de su carta y lo ha convertido en solidario. Por cada cliente que elija ese plato o menú el Restaurante donará una cantidad que irá destinada a comprar los tratamientos que salvan la vida de niños y niñas amenazados por la desnutrición infantil en los países más pobres del mundo.

Toda la información, con listado de restaurantes y menús en: http://accioncontraelhambre.org/acciones/restaurantescontraelhambre/

sábado, 22 de septiembre de 2012

Feliz cumpleaños Kiko

Elizabeth Webbe
Kiko es tan encantador como Kika. Siempre inseparables en sus travesuras y juegos infantiles, acabaron por compartir hasta el nombre. A ninguno de los dos se les ocurría nunca una idea buena y, sus innumerables trastadas llevaban a sus padres, de los que habían heredado esa faceta, por el camino de la amargura, y a los demás por el de las risas.

Recuerdo a Kiko cuando era pequeño: un chiquillo dulce e inquieto, con carita de pilluelo adorable. ¡Tan menudo que parecía un duendecillo! Hasta su pelo delataba su carácter travieso: rubio y siempre tieso, con el flequillo y la coronilla de punta. No había modo de peinárselo al estilo de "niño bueno", ni tampoco de ningún otro modo. El agua, la colonia y la gomina lo único que hacían era reforzar esa tendencia natural a revolverse. Era frecuente chocarse con él mientras corría a toda velocidad por el pasillo, perseguido por su madre y su abuela, ambas armadas con sendos cepillos y un frasco grande de colonia. Generalmente lograba esquivarlas con éxito al tiempo que driblaba todos los obstáculos que se encontraba por el camino. A la hora de las comidas las carreras eran similares, aunque el utensilio se sustituía por una cuchara, con el correspondiente desaguisado porque donde no llegaba jamás la comida era a la boca del crío.

Al crecer su pelo se hizo más dócil y, en imitación a Sansón, mi primo perdió su tendencia a las diabluras, que no a la diversión. Conservó, eso sí, todo el encanto característico de su familia. Se puede confiar en él, es tan bueno, cariñoso y alegre como su hermana. Siempre da su opinión sincera y carece de dobleces.

Le deseo que pase un MUY FELIZ CUMPLEAÑOS y que Kika le regale una deliciosa tarta.

viernes, 21 de septiembre de 2012

BROWNIES DE OTOÑO

Cicely Mary Barker "The Hazelnut Fairy"
Durante mi época de estudiante, la ausencia de poder adquisitivo (y de tiempo libre en el que ganarse unas perrillas) suponía que, con cierta frecuencia, las diversas celebraciones se hacían en la casa de algún miembro del grupo y, el resto, aportaban diversas especialidades culinarias a la reunión. En mi caso, el manjar al que recurría solía ser un socorrido brownie: rápido de hacer, fácil de transportar y al gusto de casi todos. Además, a esa edad se necesita glucosa para que el cerebro rinda y se tiene un estómago de hierro asociado a un apetito feroz, por lo que la contundencia de este bizcocho es ideal para satisfacer el hambre.  Con el tiempo, esa capacidad digestiva se altera y este dulce da paso a otros más ligeros y elaborados, aunque un pecado chocolatoso ocasional también tiene su momento. En los restaurantes lo acompañan de helado de vainilla y salsa de chocolate fundido. Siempre he pensado que, el que pide este postre, deja claro con ello que es un enfermo del chocolate, por lo que el plato ideal tendría que venir servido con helado de este mismo sabor (cuanto más negro, mejor).

Hay múltiples recetas de brownie y, según el gusto de cada uno, se pueden variar los ingredientes. En mi caso, sustituyo parte de la mantequilla por más chocolate (no sirve añadir más chocolate sin reducir la grasa o no se cocería ni en un millón de años). También reduzco el azúcar y uso sólo del moreno. Lo escrito a continuación es con mis variaciones. En los frutos secos he probado a utilizar anacardos, nueces, avellanas e incluso cacahuetes (que cogen un sabor a "conguito", recomendable para los fanáticos de esa golosina). Esta receta con mermelada le añade un toque original, además de hacerlo más jugoso. 

BROWNIE

Ingredientes
- 1 cucharada de mantequilla.
- 200 gr de chocolate negro
- 100 gr de azúcar moreno.
- 80 gr de mermelada de naranja (también está muy bueno con la de higos, ciruelas, limón, moras, frambuesas, té (en tiendas especializadas en esta infusión) o con cabello de ángel). En el caso de que se quiera hacer un brownie tradicional sin mermelada sustituirla por la mitad de azúcar (40 gr). Esto mismo es aplicable si se quiere utilizar dulce de leche.
- 2 huevos grandes ó 3 pequeños.
- 100 gr de harina.
- 1 taza de avellanas (o nueces) picadas gruesas.
- 1 cucharadita de canela (opcional y en función de la mermelada que se utilice).

Elaboración
Trocear la mantequilla y el chocolate y derretir al baño maría o en microondas. No hace falta calentarlo demasiado, sólo hasta que se ablande y a partir de ahí sólo es necesario moverlo para terminar de deshacer los trozos.
Añadir la mermelada.
"Autumn" Alfons Mucha
Aparte, batir los huevos con el azúcar y añadir a la mezcla cuando se temple. Si se prefiere un brownie más abizcochado conviene esmerarse en el batido de los huevos. En el caso de decantarse por los de centro aún cremoso, sólo hay que limitarse a mezclarlos. 
Incorporar la harina tamizada.
Mezclar los frutos secos. 
Verter la preparación en un molde cuadrado, de unos 25 cm de lado, de silicona antiadherente o previamente engrasado. No es conveniente que el molde sea más grande o el centro se quedará demasiado crudo o los bordes muy secos. La altura de la masa tampoco debe superar dos traveses de dedo, por el mismo motivo. Si se precisa más brownie, para obsequiar a más comensales, es mejor hacer dos bandejas.

Cocer en el horno precalentado a 180º durante unos 20-25 min (según lo cremoso que le guste a cada uno).

viernes, 14 de septiembre de 2012

CSI Billete (fe de erratas)

Al parecer, mi versión novelada de la inspirada investigación al estilo de CSI del Billete no es del todo correcta. He recibido las correcciones pertinentes por el protagonista y, aunque dejo la otra entrada, pongo la real, aunque resulte aún más increíble que la versión previa:

En el vecindario donde vive Billete, se sucedieron una serie de robos. Daba la casualidad que, los ladrones tenían cierta tendencia a los pisos altos, especialmente el octavo, por lo que mi tío dedujo que debían de aprovechar las azoteas para acceder a las viviendas y también para su huida. En vista de los lentos avances de los detectives, que parecían no haberse percatado de algo tan evidente, Billete decidió que tendría que encargarse, personalmente, del tema. Estaba claro, delegar en la benemérita no servía de nada, seguramente andaban retrasados entre tanta burocracia. Él solo, por su cuenta, avanzaría mucho más deprisa. Le dijo a su mujer que tenía una idea infalible para atrapar a los ladrones y, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se subió a la terraza de la Comunidad para ponerla en práctica. Allí se entretuvo durante un buen rato mientras ultimaba su secreto y, según su definición, magnífico plan.

Hasta ahí la versión de los hechos no difiere de la anterior, pero el desenlace de la intriga es diferente:

Unas horas más tarde, mis tíos empezaron a oír mucho jaleo en la escalera. Era una combinación inusual de ruido de pasos, carreras y las voces de un grupo de gente hablando al mismo tiempo. Intrigados, miraron a través de la mirilla y descubrieron en el rellano a un corro de vecinos. Entre aquel rumor era difícil deducir de qué se trataba. Pegaron la oreja y lograron distinguir algunas palabras con las que concluyeron que, el motivo de aquel follón se debía que habían descubierto alguna pista sobre los robos.
Salieron al descansillo. Su vecina, que sabia algo más del tema, les comentó que, arriba en la azotea, se encontraban la policía nacional y la científica. La noticia había corrido como la pólvora y, la comunidad en pleno, entre conjeturas y cotilleos, aguardaba los resultados del informe.
Billete, sin resistir más la curiosidad, se adelantó al resto y, ante la mirada de su vecina y de su santa esposa subió a la terraza.
- ¿Qué pasa? -les preguntó al llegar.
Le cuentan, algo atónitos al verle traspasar tranquilamente el cerco policial, que han hallado polvo blanco en todas las salidas a la terraza y las huellas de unas manos en los polletes que unen los bloques entre sí . Suponen que los ladrones los saltaron para pasar al edificio de al lado y escapar.
Billete sintió como le invadía la indignación:
-¡ Joder!- protestó, - ¡me habéis fastidiado toda la investigación que tenia en secreto!!No sólo habéis pisoteado todo, sino que también me habéis roto todas las pruebas!
Los agentes le miraron con los ojos abiertos como platos, entre desconcertados e incrédulos. El presidente, que le conoce desde hace tiempo y que se sorprende menos ante las peregrinas ideas de mi tío, le comentó que habría sido un detalle por su parte si le hubiera comunicado qué tipo de medidas pensaba tomar.
- Entonces no hubiera sido una investigacion secreta- le replicó Billete, como si se tratase de algo lógico y evidente.
Fue en ese momento cuando los detectives se llevaron las manos en la cabeza. En vista de que allí no pintaban nada, optaron por marcharse. Antes de irse, le dirigieron unas palabras a mi tío que, por desgracia, no puedo transcribir porque, según cuenta, no las entendió bien. 

jueves, 13 de septiembre de 2012

Caballero defensor

Una historia de época de Billete según su protagonista:
Boys Riding On A Homemade Fire EngineHarry Anderson 
"Una preciosa mañana de primavera nos fuimos de paseo para disfrutar del día.  Me puse al volante de mi flamante Simca 1200 GLS Confort. El pasaje estaba formado por mi hermana y su novio, mi madre y la Cucucá. Íbamos tranquilos, entre risas, cuando, por el retrovisor, observo cómo, un coche pequeño, un SEAT 133 de la época , le hacía pirulas a todo el mundo. No me libré, al llegar a mi lado, también me la jugó. Ni que decir tiene que me enfadé enormemente, tanto que, pese a la presencia de la familia, proferí algunos insultillos.

Por desgracia, la cosa no quedó así. Poco más adelante, el desconsiderado individuo, echó de la calzada a otro coche en el que viajaba un matrimonio mayor. Ahí sí que me sentí realmente furioso. Al ponerse el semáforo en rojo, tiré con ímpetu del freno de mano y me encaminé con paso decidido hacia el infractor, mientras le ponía (sin cortarme) de vuelta y media. Sin grandes miramientos, se bajó de su coche y se acercó a mí, con cara de bestia con pocos amigos. Estaba tan ofuscado que no valoré bien lo crítico de la tesitura y despotriqué aún con más ganas contra su absoluta falta de educación. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando aquella mole me lanzó un puñetazo! Afortunadamente lo pude esquivar. Estudié la escena y abracé a aquel animal por las piernas (donde me pillaba bien de altura), afortunadamente, conseguí tirarlo al suelo.

Una vez inmovilizado, más por la sorpresa de mi ataque que por mi poderío físico, los conductores de los coches de alrededor, que hasta el momento se habían limitado a contemplar la escena, se bajaron de sus vehículos para poder apreciar la contienda de cerca. Tuve muchos seguidores, la mayoría de la gente me animaba para que le diera a aquel bruto su más que merecido castigo. Afortunadamente no estaba solo.  Mi hermana colaboró casi arrancándole la cabellera,  seguramente para obtener un trofeo de la lucha. Por supuesto, mi madre no iba a abandonar a sus dos hijos en esa comprometida situación y, sin muchos miramientos, se quitó el zueco y le arreó a aquel animal con él en la cabeza mientras yo la observaba desde mi precaria situación en el suelo. Ni que decir tiene que su intervención fue ámpliamente vitoreada por el público.

Las cosas se ponían duras. Aquella bestia no era fácil de controlar y la conmoción infligida por mi madre no había bastado más que para atontarlo (aún más) momentáneamente. Entre la multitud veo con ilusión como se acerca un policia de tráfico a la carrera. Aliviado me relajo un poco. Pienso que ya estoy a salvo. ¡Craso error! La fiera se revuelve y, en estas, se le cae la cartera. En aquellos años no se estilaba eso de llevar la foto de la madre, esposa y churumbeles. Tampoco salieron flotando miles de billetes con los que recompensar nuestra acérrima defensa de la justicia. A cambio, lo que se desparramó por el suelo fueron decenas de calendarios de chicas sin ropa. Al policía le pareció entonces mucho más cívico el recoger los objetos de la calzada, ¡no fuesen a herir la sensibilidad de los presentes! Seguro que con esa idea en mente, se entretuvo en recoger y observar con cuidado, uno a uno, los dichosos calendarios, antes que hacer caso de mi escabrosa situación."

miércoles, 12 de septiembre de 2012

"Un café con amigos" (por Billete)

Una nueva anécdota del (afortunadamente) irrepetible Billete:

"Mientras disfrutábamos de un agradable fin de semana en Pelayos en casa de P y Sam, recibo una llamada por el móvil:
-¡¡ Billete!!- exclamaron al otro lado de la línea- ¡Estamos en Pelayos, Sonia y yo junto con unos amigos! ¿Dónde estáis vosotros?
- Pues precisamente estamos también aquí- le contesté. - Acercaros a casa y nos tomamos un café.
Mis amigos aceptaron encantados la invitación. Mientras les esperábamos, revisamos los armarios en busca de galletas y algo de picar. Sacamos el bizcocho de la tita Carmen y preparamos el café y las hierbas.

Llegaron a la casa e hicimos las presentaciones pertinentes. Nos sentamos y, tal como estaba previsto, nos tomamos un café mientras conversábamos sobre diversos temas de actualidad. Los nuevos me parecieron una pareja algo dispar, impresión que se reforzó según progresaba la tarde. La chica era muy guapa, rubia con unos enormes ojos azules, y también muy simpática. Por el contrario, su marido parecía autista, tremendamente soso y callado, al menos de entrada. Menos mal que descubrimos que en los temas esotéricos y de misterio era un auténtico fenómeno, y por esa línea seguimos.

En un momento de la tarde, no sé muy bien por qué extraña asociación de ideas, el tema de conversación derivó a la, vigente por entonces, Expo de Lisboa. Sobre Expos comentamos, opinamos y criticamos. Todos teníamos mucho que decir al respecto y, con mi habitual palabrería y exceso de sinceridad, solté unas de las mías
“ Pues mirad chicos, no fui a la de Sevilla, ni voy a ir (y que no se moleste nadie) a la de Lisboa que por allí no hay nada más que gitanos””
Inmediatamente veo que las caras de todos se desencajan. Un incómodo silencio inunda la habitación. Todos me miran fijamente, con los ojos clavados en mí, sin pestañear ni decir una palabra. Por fin mi amigo rompe aquel silencio con una estridente carcajada “Billete, eres un fenómeno- me comenta- ¡Vaya un don de la oportunidad! ¿No has oído que llevamos toda la tarde diciendo que  mis amigos son portugueses y que teníamos casa en Lisboa para que fuéramos cuando quisiéramos?"

Dignamente, los susodichos amigos, cogieron el abrigo, y sin un cortés ¡Adiós!, se marcharon. Eso sí, antes de salir, se dieron la vuelta y me contestaron, furiosos, que "gitanos son todos los españoles".

No fuimos a Lisboa, y nunca más supe nada de ellos. No nos han invitado, así que creo que aún me guardan rencor."

martes, 11 de septiembre de 2012

Billete en el médico

De todos es sabido que cuando Billete va de médicos, según explica él mismo, algo se le atrofia en el cerebro. Se desconoce el extraño mecanismo que le conduce a esa situación. No sabe si es algo provocado por la ansiedad de enfrentarse al diagnóstico, o a algún extraño desajuste químico de su metabolismo cerebral. El caso es que, con cierta frecuencia, sus "desafortunados" comentarios en las consulta son motivo de hilaridad y de no pocas risas. 

He aquí su narración de los hechos:

"Algo de lo comentado en el párrafo anterior me ocurre con mi medico de familia, una persona curtida en el trato con los pacientes, profesional aunque con un gesto naturalmente adusto, al que suele ser difícil arrancarle una sonrisa. No obstante, después de tantos años cuando me ve aparecer, siempre se sonríe.

Un día acudí a su consulta aquejado de una dolencia preocupante y desconocida (al menos para mí). El doctor empezó a auscultarme, me miró por aquí, me miró por allá, me palpó, e incluso me hizo sacarle la lengua. Durante el proceso me preguntaba por mis molestias y demás síntomas, y yo le respondía, nervioso y algo confuso, mientras trataba de vocalizar algo inteligible con los palos metidos en la boca.

Al terminar con la exploración, empezó a escribir las recetas mientras me explicaba la pauta del tratamiento:
- Te tienes que tomar estas pastillas. Contienen cortisona. Vas a empezar con ellas cada 8 horas. Tras una semana, bajas la dosis y las tomas cada 12 horas. Es importante porque los corticoides no deben retirarse bruscamente, así que no los interrumpas así por las buenas. ¿De acuerdo?
Hice un gesto afirmativo con la cabeza, casi automático. La verdad es que estaba bastante aturullado, y aunque me esforzaba por memorizar todas y cada una de sus palabras, el sonido zumbaba a mi alrededor y me resultaba imposible retenerlas. El médico, ajeno a mi estado de bloqueo mental, prosiguió confiado
- Bien. Está claro entonces: una semana y bajar antes de suspender. Continúas así tres días y vuelves a disminuir la dosis: pasas a tomarlas sólo por la mañana otros tantos días. Para terminar, sigues con ellas a días alternos, también antes del desayuno. No se te olvide hacerlo así o puedes llevarte un buen susto, recuerda que contienen corticoides .

Yo estaba abrumado de lo largo y complicado que era aquel tratamiento. Parecía importante seguirlo al pie de la letra y, con los nervios, casi no me había enterado de nada. Angustiado, le comenté mientras me rellenaba las recetas.
- ¡Doctor! ¿No serán muchos CORTYCOLES?
El serio doctor dejó de escribir para soltar una tremenda carcajada, imposible de describir. Mientras él se sacudía, incapaz de hablar, víctima de una risa incontrolable, este menda, muerto de vergüenza, se intentaba justificar:
- Bueno doctor, como trabajo en el Corte Inglés, debe de ser deformación profesional.
Me dio igual, pese al excelente argumento esgrimido, siguió riéndose hasta que se le saltaron las lágrimas (y en ese lamentable estado le dejamos cuando nos despedimos)."

lunes, 10 de septiembre de 2012

Paseo nocturno por el parque

Una nueva narración de Billete para dar comienzo a la semana dedicada a sus anécdotas:
"Era un sábado por la noche. La Cucucá se había acostado pronto, pero yo no tenía sueño y me había quedado viendo una película. Serían las 2:30 de la madrugada. Kika también estaba despierta, y entre lección y lección, chateaba con sus amigas más trasnochadoras desde su habitación. Todo estaba tranquilo cuando, de repente, escuchamos unas violentas voces que provenían del parque de abajo. Intrigados, prestamos atención y, disimuladamente, Kika y yo nos asomamos a la ventana.

Descubrimos que eran dos los individuos que mantenían esa acalorada conversación. Debido a su estado de embriaguez, su vocalización dejaba mucho que desear y no se les entendía casi nada. Kika y yo aguzábamos la vista y el oído desde nuestro disimulado escondite, detrás de las plantas del salón. Sin parpadear siquiera, seguíamos atentamente, con un interés no exento de curiosidad, el discurrir de los acontecimientos.

Entre los retazos de conversación que captamos, pudimos descifrar como uno acusaba al otro de haberlo dejado todo por estar con él. Afirmaba que se había gastado hasta el último céntimo y que no le quedaba ni tan siquiera un euro para poder comer algo e irse a dormir. Vimos al otro individuo meterse las manos en los bolsillos y sacar de ellos un fajo de billetes antes de responder: "Si lo que quieres es dinero, tómalo". Le agarró la mano y plantó el taco en ella. El primero, muy ofendido, lo tiró al suelo con rabia.

Kika y yo nos miramos en ese momento. Nos comunicamos con un gesto, sin necesidad de mediar palabra. Ambos nos hacíamos la misma pregunta: ¿recogerán la pasta o se olvidarán de ella?  Desde nuestra privilegiada posición continuamos al acecho, tensos e impacientes. Casi saltamos de alegría, y nos falto poco para que nuestro entusiasmo nos delatase cuando, al fin, les vimos alejarse tambaleantes, sin haber resuelto aún su discusión y dejando en el suelo el suculento botín.

Como un resorte, los dos nos levantamos a la vez y, procurando no hacer ningún ruido, nos vestimos por encima del pijama. ¡No se podía dejar ahí toda esa pasta olvidada! ¡Seguro que no iba a durar ahí hasta el día siguiente! Bajamos al parque. Por el camino, entre susurros de emoción, perfilamos nuestro plan. Por supuesto, a esas horas, nada de separarse. Debíamos ir juntos. Las farolas estaban apagadas. Tardamos un poco en acostumbrarnos a la oscuridad y orientarnos en ella. Caminábamos sigilosamente, agarraditos del brazo que nos apretábamos con nerviosismo, muy despacio y con el corazón desbocado. Con un ojo mirábamos el suelo, para no perder de vista la recompensa, y con el otro vigilábamos al par aquel de individuos que todavía deambulaban por el parque. Nos encaminamos hacia el lugar del que parecía provenir la conversación . Según  nos acercamos, ¡eureka!, descubrimos el botín abandonado. Me agaché al suelo para cogerlo. Kika, con disimulo, se abrochó el calzado. Una vez el tesoro en nuestro poder, regresamos apresuradamente a nuestra casa.

Al abrir la puerta nos encontramos a la Cucucá. Alarmada, se había despertado al oírnos salir. Desde la ventana había vigilado nuestros movimientos y, extrañada, esperaba oír nuestra explicación sobre aquel paseo intempestivo.

Por supuesto, ante su tercer grado, no tuvimos más remedio que ceder y confesarlo todo. Saqué el dinero y nos dispusimos al reparto del suculento botín: ¡Tanta aventura para 4 míseros billetes de 5 euros. ¡Vaya una mierda!"

sábado, 8 de septiembre de 2012

Edward Hopper en el Museo Thyssen-Bornemisza



Ya hablé de esta exposición, y aunque siempre se puede decir mucho más, en el caso del arte no hay descripción comparable a la de estar delante de la obra en sí. Lo mejor es disfrutar del privilegio de visitarla y que cada uno obtenga sus propias impresiones. Sólo recordar que Hopper estará en el Thyssen hasta el 16 de Septiembre.


viernes, 7 de septiembre de 2012

William Blake: El pintor visionario

"Oberon, Titania and Puck dancing with Faeries" William Blake
Caixa Forum exhibe, hasta el 21 de Octubre, 74 obras procedentes de la Tate Gallery de William Blake, un artista revolucionario, sin un gran tirón en su época pero con una gran influencia en las generaciones de pintores que le sucedieron. No lo conocía, y como también me apetecía ver el famoso jardín colgante de la fachada, decidí aprovechar las vacaciones para hacer ambas cosas. La exposición es gratuita, abre todos los días, de 10 a 20 h, está muy bien organizada con obras muy interesantes y abundante información sobre ellas, sin llegar a agobiar. Me ha encantado, es diferente, y por eso he decidido romper mi desintoxicante mutismo blogero en su honor. 

Decir que William Blake  fue un pintor visionario no es una frase hecha que se limita a hacer referencia a su influencia posterior. En el caso concreto de Blake, el artista sufría literalmente de visiones desde su infancia y reflejó esas visiones en su obra, tanto en su pintura como en su escritura. Además de pintor, fue también poeta, impresor y grabador. Empezó a dibujar con tan sólo 10 años para intentar sacar de dentro de sí su imaginativo mundo interior. Dota así a sus cuadros de una gran expresividad y de un aire onírico que recuerda, en ocasiones, al Expresionismo y al Surrealismo. Fuerte defensor de sus ideas pintaba cómo el pensaba que debía hacerlo, ajeno a las críticas, al éxito o al fracaso. Su inconformismo no gozó del favor del público y cosechó más fracasos que éxitos. Vivió en una época (1757- 1827) llena de cambios sociales: la Revolución Francesa, la Independencia de los Estados Unidos, las Guerras Napoleónicas, que favorecieron sus ideales. Defensor de la libertad sexual y de la igualdad de sexos, se manifestaba abiertamente en contra del código moral inglés represivo, opresivo y arbitrario, como dejó patente en uno de sus libros proféticos "Visiones de las hijas de Albión" (Albión representa a Inglaterra, a la humanidad. Una humanidad en estado caído que ha caído en la degeneración del materialismo, del raciocinio y de la falsa religión y que sólo podrá ser salvada a través de la imaginación).

"Elohim crea a Adán" William Blake
Ilustrador de textos bíblicos, no creía sin embargo en su autoría divina, sino que la veía como una obra inspirada por Dios y la interpretó a su manera. Creó su propio universo místico en el que las fuerzas del bien y del mal chocan en un conflicto eterno. En otro de sus libros proféticos, "El libro de Urizen", Urizen,encarnación de la ley racional y opresora, se convierte en el Ser creador. En opinión de Blake, la pasividad era el peor de los pecados y afirmaba que "era mejor el mal activo que el bien pasivo".

Toma de Miguel Ángel la fuerza de los trazos, sus rotundos volúmenes, casi escultóricos, y el escorzo para dotar de expresión a su obra, rasgo al que concede más importancia que a la belleza de la composición, lo que le alejaba de la estética imperante en esos momentos. Según sus propias palabras: "Cuanto más preciso y vigoroso es el contorno, más perfecta es la obra de arte. ¿Qué distingue a la honradez de la falsedad sino la firma y la vigorosa línea de la rectitud y la certeza?(...) Quien omite esta línea excluye a la propia vida." Utilizó la pintura al temple, en lugar del tradicional óleo, para plasmar y transmitir mejor sus emociones. Marcaba los contornos, delineándolos en negro, y sellaba los colores (repletos de simbolismo y muchos de ellos perdidos por efecto de la exposición a la luz) con cola o goma.  Su personal estilo puede no ser del gusto de todos pero sin duda consigue que nadie permanezca indiferente ante su obra.

"Beatrice" (la Divina Comedia) William Blake
Admirador de Dante, la exposición también incluye algunas ilustraciones de la Divina Comedia, la mayoría correspondientes al Infierno, llenas de dramatismo. No terminó el encargo porque le sobrevino antes la muerte. Sin embargo, su influencia le sobrevivió. Las generaciones futuras de artistas, imitaron su estilo innovador, su personal lenguaje plástico. La mentalidad de la sociedad también había evolucionado y las nuevas corrientes gozaron de la aceptación de la que Blake había carecido en vida. La exposición también incluye algunas muestras de esas corrientes posteriores.

"Hope" George Frederick Watts
Los Antiguos olvidaron el horror y la tragedia tan característicos del pintor y se inclinaron hacia los motivos más nostálgicos de sus Pastorales. Los Prerrafaelitas admiraron su rebeldía e imitaron sus temas, su fuerza, sus formas y adoptaron su simbolismo. Su influencia alcanza a los neorrománticos y se extiende hasta la primera mitad del S. XX.

Interesante, inquietante, diferente, sorprendente, instructivo, gratuito y abierto a todos, todos los días, en un amplio horario. ¿No es un buen plan?

William Blake en imágenes



Después de todo lo que ya he dicho en el post sobre William Blake, ¿qué mejor muestra que un recorrido en imágenes por su personal obra?

lunes, 3 de septiembre de 2012

Desintoxicación

"The Star Money", 1882, by Viktor Paul Mohn
Me gusta madrugar, me encandila el silencio que precede al amanecer y me encanta escribir algo cuando me levanto. A veces las entradas del día están escritas en ese rato aunque con frecuencia me limito a revisar lo redactado con anterioridad (y en esas correcciones me olvido de rectificar algún tiempo verbal o de cambiar una preposición y ahí se queda el gazapo hasta que lo subsano). Escribir, escribo en cualquier momento, según tenga el humor, según me venga la inspiración para homenajear al protagonista de algún cumpleaños o de otra fecha señalada, y, de este modo, colecciono escritos para el futuro: una semana adelantada, un mes, dos, tres... Me quedo sin días, cambio el calendario y sigo, sigo y sigo...

El blog es una terapia pero entre sus efectos secundarios se cuenta el de engancharse al tratamiento. Ni los lectores más asiduos pueden descansar si pretenden seguir mi ritmo. Se les acumulan uno tras otro los escritos según transcurren sus vacaciones. Me escapo, voy por delante, me dejo arrastrar por la euforia de las palabras y relleno páginas y más páginas. Sobredosis tras sobredosis hasta acabar intoxicada.

Es una intoxicación placentera. De repente surge una idea, toma forma, gana fuerza. Da vueltas en mi cabeza mientras la desarrollo al conducir, al pasear, al hacer la compra... Disfruto con mis divagaciones y, si estoy en el coche, el viaje transcurre en un suspiro. Cualquier cosa dispara el gatillo y pone en marcha el engranaje. Me fijo en detalles casi insignificantes del día a día. Le doy la vuelta a situaciones tensas para afilarlas con humor, reírme de ellas, convertirlas en un post. Leo y analizo la lectura, me fijo en párrafos, los señalo, me abren los ojos a nuevas líneas de pensamiento. No siempre comento todo lo que leo, me gustaría pero no tengo huecos o lo dejo para otro momento y luego temo no hacerlo bien.

Tengo libros para desconectar, el prolífico MacCall-Smith, con sus historias sencillas, que transmiten el gusto por los pequeños placeres de la vida, incluso de la simple rutina diaria, sin dramatismo, con su agradable lenguaje, un inglés "delightful" en el mismo tono relajado que sus escenas. Son lecturas que se devoran sin más esfuerzo que el de sostener el libro. Leo a Zweig, a Nemirovski, a Chejov, a Hrabal, a Steinbeck y me detengo al hacerlo. Me fascinan sus descripciones de momentos y sentimientos, su estilo, su precisión, la belleza que son capaces de imprimir en una frase que parece tan simple. Me gustaría saber hacer algo remotamente similar pero, por mucho que sobrevalore mis capacidades, sé que está fuera de mis límites. Leo reflexiones de cosas que pertenecen más al ámbito de la intuición que de la expresión y que nunca habría sabido cómo sacarlas a la luz. Esas reflexiones que, al verlas plasmadas en la página, te sorprendes a ti mismo pensando ¡es justo así! ¿cómo ha sido capaz de extraerlo? (me ha sucedido con Grossman, con Bradbury, con Saramago...). Leo situaciones descritas con un humor sutil que las convierte en desternillantes (hace poco me sucedió esto con el Antrabus de Lawrence Durrell, especialmente con el episodio en el que narra las reuniones culturales de los diplomáticos). Leo la poética fantasía de Patricia McKillip y siento la magia que fluye entre sus palabras. Leo poemas que me dejan boquiabierta, sin ser, ni mucho menos, una gran lectora de poesía: los clásicos, los románticos, el genial y humano Machado... Leo y quiero leer más, mucho más. ¡Hay tantos y tantos libros fascinantes! Desearía que mi estilo compartiese una mínima fracción del incalculable talento de sus autores, pero siento que ellos poseen algo más profundo que está lejos de mi alcance. Sueño, y los sueños son parte de la vida.

Aún así escribo hasta aburrir a las moscas. Cuanto más lo hago, más me apetece continuar. Me desborda. Se convierte en un placer culpable, desmedido. Sé que tengo que dejarlo, ocuparme de otras cosas, pero me resisto. Un minuto más, sólo una línea más. Escribo como una posesa. El blog está saturado de esos escritos, algunos publicados y otros, muchos, en lista de espera, como los pacientes. Ahora empiezan mis vacaciones. Debo desintoxicarme. Dejaré unos días en blanco de terapia de choque y después programaré algunas entradas, espaciadas, y sin el habitual mensaje de aviso por mi parte. El que lo eche de menos puede echar la vista atrás y revisar alguno de los más de 400 post que llenan los 14 meses del blog.  Se pueden visitar los enlaces de la zona inferior: las publicaciones del catedrático, las bien pensadas ideas de MA, la no biblioteca de Alejandría,  las recetas con historias de Ysabel y las investigadas desde sus orígenes por Apicius, las geniales cosas que le pasan a Moli, las páginas de arte, con los maestros clásicos y los innovadores proyectos de Javier Comas, las fotografías gráficas de Manolo Torres, y el siempre interesante Brainpickings. No todo será sequía. La segunda semana de Septiembre se abrirá "la semana de "Billete", con sus divertidas colaboraciones, y por supuesto mantendré los cumpleaños correspondientes. De todo ello se encargará el piloto automático.


Son vacaciones para relajarme y alejarme de la rutina. Vacaciones para disfrutar de la libertad de no planear el día, de llevarse por el impulso del momento. Vacaciones de lectura, de paseos, de salidas a donde nos apetezca. Vacaciones de pararse. Vacaciones con House. Sin teléfonos, sin televisión, sin ordenador... y sin conducir.

domingo, 2 de septiembre de 2012

"Crónicas marcianas" de Ray Bradbury

Vuelvo a Bradbury. Insisto con otra de sus obras."Crónicas marcianas" es un libro de relatos cortos ubicados en Marte y encadenados temporalmente, si es que el tiempo de Bradbury encadena. ¿Por qué digo esto? Creo que lo explica él mismo con las siguientes citas extraídas de la novela.

"Si usted me pregunta si creo en el espíritu de las cosas usadas, le diré que sí. Ahí están todas esas cosas que sirvieron algún día para algo. Nunca podremos utilizarlas sin sentirnos incómodos. Y esas montañas, por ejemplo, tienen nombres,. Nunca nos serán familiares; las bautizaremos de nuevo, pero sus verdaderos nombres son los antiguos."

"El grupo avanzó en silencio. Llegaron al límite de la ciudad dormida y muerta. A la luz de las lunas mellizas, las sombras de los expedicionarios eran dobles. Parecía que nadie respiraba. Pasaron así varios minutos. Esperaban a que algo se moviera de pronto en la ciudad muerta, una forma gris que se levantaría inesperadamente entre las ruinas, un fantasma ancestral que cruzaría galopando el fondo vacío del mar en un antiguo corcel acorazado, de imposible progenie, de increíble descendencia."

"Marte era un mundo silencioso, pero aquella noche el silencio era mayor que nunca. Los desiertos y los mares secos giraban a su paso y las cintas de las montañas se alzaban contra las estrellas.
Esa noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esa noche, esta noche casi se podía tocar el tiempo."

"La marea negra corría entre las resplandecientes riberas blancas de las casas, entre los silencios de los árboles. Avanzaba espesamente, como una melaza de verano, sobre la canela polvorienta del camino;"

"Los antiguos nombres marcianos eran nombres de agua, de aire y de colinas. Nombres de nieves que descendían por los canales de piedra hacia los mares vacíos. Nombres de hechiceros sepultados en ataúdes herméticos y torres y obeliscos."

"...las cámaras cinematográficas se detuvieron, los teatros quedaron a oscuras, y de las imprentas que antes inundaban el mundo con un Niágara de material de lectura..." (curiosa cita que me hizo detenerme)

"...cómo renunciar a lo que hemos deseado tanto aunque se quede sólo un día y desaparezca, haciendo el vacío más vacío, y las noches más oscuras y las noches lluviosas más húmedas."

"Se le podían ver los pensamientos nadando como peces en los ojos; unos brillantes, otros sombríos, unos rápidos y fugaces, otros lentos y pacíficos;"

¿Alguien duda aún de que merece la pena? ¿Hay alguien a quien no le guste soñar?

sábado, 1 de septiembre de 2012

Fahrenheit 451

"After the storm" ( Jimmy Lawlor)
Ray Bradbury (1920-2012) , es uno de los genios de la literatura de nuestro tiempo. Amante de los libros desde su infancia, época en la que acudía a diario a la biblioteca a sumergirse entre las páginas y permanecía allí durante horas, escribió Fahrenheit 451 en una máquina de escribir alquilada ubicada en el sótano de una de biblioteca. Según sus propias palabras fue un mago el que le abrió la puerta que le llevó a convertirse en escritor. Dedicado a la escritura durante 69 años, se dedicó a ello hasta el final de sus días. Cuando le preguntaban, se definía a sí mismo como un hombre feliz (sinceramente, no me extraña). Esa felicidad queda plasmada en su estilo cuidado, muestra de su aprecio por la riqueza de la lengua, aparentemente sencillo, de ritmo homogéneo, que no monótono, que fluye de línea a línea y que se disfruta tanto al leer como el autor al escribir.

Clasificado dentro de los autores de ciencia ficción, en realidad su obra va mucho más allá que el imaginar un futuro en este u otros planetas. Su futuro se cimenta en un profundo análisis de las debilidades y la fuerza de la humanidad y del individuo, de sus virtudes y sus vilezas. Sin embargo, lejos de resultar filosófico, sus novelas enganchan desde la primera palabra. Sus historias son tan ágiles como impredecibles. Su uso del lenguaje es tan fantástico como sus argumentos. Sus libros se devoran, del mismo modo que hacían las llamas con los clásicos universales en su novela más conocida: Fahrenheit 451. En él refleja la lucha por destruir las ideas, por manipular el pensamiento de las masas aborregadas. Una lucha cuyo enemigo reside en las estanterías de las bibliotecas, y en cuyas batallas se encuentra con la resistencia de una minoría que pretende pensar por sí misma y que se empeña en preservar las palabras de los grandes autores.  ¿Por qué?

En palabras de este gran autor:

"...en los libros. Y, por primera vez, me di cuenta de que había un hombre detrás de cada uno de ellos. Un hombre tuvo que haberlo ideado. Un hombre tuvo que emplear mucho tiempo en trasladarlo al papel."

(Sobre el fuego) "Su verdadera belleza es que destruye responsabilidad y consecuencias. Si un problema se hace excesivamente pesado, al fuego con él."

"El sol ardía a diario. Quemaba el Tiempo. El mundo corría en círculos, girando sobre su eje, y el tiempo se ocupaba en quemar los años y a la gente, sin ninguna ayuda por su parte."

"Hay un tiempo para todo. Sí. Una época para derrumbarse, una época para construir. Sí. Una hora para guardar silencio y otra para hablar. Sí, todo. Pero, algo más. ¿Qué más?"

Un libro sobre gente que ama los libros. ¿Cómo no sentirse identificada?

PS: Tiene una pequeña continuación en uno de los relatos que conforman "Crónicas marcianas" (otra obra para disfrutar)