jueves, 31 de mayo de 2012

En la guardería


"Separation Anxiety "  George Hughes 
Saturday Evening Post Cover September 11 1948.
 
A la hora de empezar mi escolarización, dados mis orígenes canadienses, era lógico que mis padres buscasen una guardería bilingüe. El lugar escogido fue el Yale School. El primer curso fui allí sola e hice de aquello un pequeño territorio propio. Para mi desgracia, al año siguiente, ese terreno fue invadido por hermanísima. Recuerdo las mañanas en las que, aquella lapa, lejos de comportarse como una niña mayor digna de ir al cole conmigo, se enganchaba con brazos, piernas y dientes a Bibi, nuestra cariñosa niñera a la que adorábamos. Yo presenciaba aquel bochornoso espectáculo y miraba consternada la cara del conductor de la ruta que, habituado a ese tipo de escenas, esperaba pacientemente el desenlace de aquel berrinche en el que, por lo general, la chiquilla acababa, muy a su pesar, subida en el autocar. A partir de ahí, las faldas de Bibi se cambiaban por las mías y resultaba imposible separarla de mí. ¡No sólo había invadido mi cole sino que, para colmo, me tocaba cargar con la dichosa cría! Con mi independencia, me llevaban los demonios. Aún así no debía de protestar mucho porque, cuando la criaturita se ponía pesada, el profesor de turno la llevase a mi clase "de mayores" para que se quedase tranquila a mi lado. Por supuesto, gracias a ese método se pasó más tiempo en mi aula que en la suya.

Una de las cosas que más me intrigaba de mi "cole" era el muñeco musical que colgaba por fuera de la entrada principal. No era más que uno de esos de los que hay que tirar del hilo que cuelga de su base para que suene. El muñeco, de un brillante color rojo, habitualmente no se veía porque la puerta solía estar abierta cuando llegábamos. El día que lo descubrí, la puerta estaba cerrada. La razón es que no llegué al cole hasta bien avanzada la mañana. Recuerdo que la hora eran las 11, no sé por qué lo sé pero es uno de esos datos que se graban en la mente simplemente porque resultan chocantes en su momento. Antes habíamos pasado por el pediatra para una revisión rutinaria, supongo que me tocaría alguna vacuna. No sé cual pero sí que estoy segura que no fue la de la viruela porque no tengo este episodio asociado a ningún trauma. En vez del sufrido conductor del autobús escolar, ese día me acompañó Bibi. Poco habituada a ese recorrido, la mujer se perdió por el camino. Le preguntó a una niña, que vestía un baby rosa y estaba jugando en el patio de otro colegio cuya valla daba a la calle, si sabía cómo ir al Yale School. La chiquilla se llamaba Cristina, era más o menos de mi edad, es decir que no apenas había cumplido los 3 años y, lógicamente, no pudo darnos ni media indicación. Llegar, llegamos, pero fui yo la que reconoció el edificio: un chalet de color claro con una escalinata delante de la puerta de la que colgaba el precioso juguete. Me hubiese gustado quedarme un rato a disfrutar de mi hallazgo, pero no tardaron en abrirnos la puerta y, tristemente, no me quedó más remedio que despedirme de aquella maravilla.

El primer año, en las clases de manualidades, que nos impartían en inglés, hacíamos pintura de dedos. En el centro de cada mesa, la profesora repartía pequeños montones de pintura, por supuesto lavable, de brillantes colores con los que debíamos pringarnos a conciencia la punta de los dedos para a continuación dejarlos marcados en el papel. Eso de mancharse con permiso me parecía una de las cosas más divertidas del mundo. Es una lástima que más adelante se pusieran serios y  nos dieran el cambiazo por una serie de fichas con dibujos que debíamos colorear, con aburridos lápices, sin salirnos de los bordes. No estaba del todo mal pero, al compararlo con lo anterior, resultaba indudable que era infinitamente mejor eso de mancharse las manos, decorarse la cara y embadurnarse el babi (además de pintar el cuadro, verdaderas obras de arte abstracto) con las pinturas cremosas.

"Ten Little Indians" Joey Chou
La labor docente no se limitaba a desarrollar nuestras habilidades plásticas. También nos enseñaban el vocabulario inglés con juegos de palabras y de cartas (supongo que este tipo de enseñanza debe de derivar de las tradicionales partidas de bridge). En el caso de los números aprendíamos canciones en las que contábamos hasta 10 "little indians". Supongo que para ambientarlas y ponerlas en práctica, había un kipi, chulísimo, montado en el patio.

Otro de los grandes eventos de la guardería tenía lugar al acercarse las Navidades. Recibíamos entonces la anhelada visita de Papá Noel. Nos sentábamos en su regazo y le contábamos lo que quería que nos dejase debajo del árbol. Salíamos de allí con unos caramelos y le aturullábamos tanto que luego se olvidaba de visitarnos. Creo que parte de la culpa era de hermanísima, que pese a su afición a mi falda, y a la de Bibi, se negaba sistemáticamente a subirse a los faldones de Santa Klaus. Sin embargo sí que se dejaba fotografiar al lado de un muñeco gigante del mismo, especialmente diseñado para niños miedosos. Claro que el muñeco no se enteraba de lo que debía traernos.

Al año siguiente los profesores debieron echarme terriblemente de menos al tocarles lidiar a solas con hermanísima.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Sermones

"Anger Transference"  Richard Sargent 
Saturday Evening Post Cover, March 201954
 
A nadie le guste que le regañen como si se tratase de un crío al que hay que educar. Aún así, en ocasiones son críticas constructivas que, una vez se reflexiona sobre ellas, sirven para rectificar y se terminan por agradecer. Sin embargo hay casos en los que la regañina es una manera de descargar el sentimiento de culpabilidad del zoilo en cuestión. Paradójicamente, es habitual que sea el que ha hecho algo mal el que le enmiende la plana al que actuó correctamente ya que, con su acto, ha dejado más patente el error del primero.

En ocasiones la bronca viene dada por cuestiones en las que el censor no tiene ninguna potestad para amonestar al censurado: no es ni uno de sus padres, ni su maestro, ni tampoco su jefe (aunque intente mandar todo lo posible). Hay determinados puestos que creen que su área de influencia se extiende más allá de lo que en realidad comprende, de hecho en ocasiones lo asumen como ilimitado. Se escudan en su posición imaginaria para exigir, a quien les parece, que haga las cosas según su criterio y montan un cisma al verse rechazados. Ganas dan de cantarles las cuarenta y ponerles en su sitio, claro que eso crearía una situación aún más violenta que tampoco llevaría a ningún lado. Por lo tanto, es mejor ahorrarse problemas y refrenar el deseo de soltarle cuatro verdades al prepotente e indicarle, explícitamente, su lugar.

Hace tiempo, me fue recriminado el hecho de tener un detalle "motu proprio", personal y espontáneo, en la despedida de unas compañeras. Mi pecado fue el no haberlo hecho extensivo a otras, con las que apenas había mantenido algún tipo de contacto. El agravante que esgrimían era que, con mi gesto establecía diferencias en mi trato entre médicos y enfermeras, y se me tachó en su momento de "clasista". En mi opinión no era más que una excusa para justificar la ausencia de un detalle similar por parte del "estamento" correspondiente. Rechiné los dientes, puse una prudente distancia emocional de por medio y lo dejé correr. Sin embargo, hay quien se esfuerza por recortar esa distancia de seguridad, demostrando con ello que su afán de notoriedad supera con creces a su sensatez. Un comentario particular a algún compañero puede convertirse, de repente, en motivo de críticas por parte de algún oyente casual que nada tiene que ver en el tema, sino que tan sólo ansía expresar su docta opinión al respecto y sentar cátedra, por supuesto sin título ni cerebro alguno que le avale.

Tengo claro que no tengo por qué tragar con semejante comportamiento. Cuando me encuentro con un interlocutor cerril, que me grita sin motivo y que ni razona, ni escucha, antes de quemarme la sangre escojo la opción de ignorarle. Si para ello le debo dejar con la palabra en la boca, no me duelen prendas en hacerlo. Preferiría que no fuese así, pero lo que tengo muy claro es que no voy a perder un tiempo precioso en discutir estupideces.

martes, 29 de mayo de 2012

Horas mágicas

Alfons Mucha
"To create anything — whether a short story or a magazine profile or a film or a sitcom — is to believe, if only momentarily, you are capable of magic. These essays are about that magic — which is sometimes perilous, sometimes infectious, sometimes fragile, sometimes failed, sometimes infuriating, sometimes triumphant, and sometimes tragic. I went up there. I wrote. I tried to see." Por Tom Bissell en "Magic Hours"

Me encantó esta cita. Esa sensación de irrealidad es la que siento cuando escribo y se acentúa en las primeras horas de la mañana, justo antes de salir el sol. Me atrae tanto ese momento que me incita a madrugar para evitar perdérmelo. El silencio y la tranquilidad son casi completos. La luz es suave al pasar de la oscuridad de la noche a la palidez gris del alba. La luna, grande y transparente, casi a ras del suelo, coincide con el sol que surge entre jirones de nubes rosas en el horizonte. Sin saber cómo, el cielo se vuelve de un azul más intenso por momentos y devuelve el contraste a los colores. Incluso si ha llovido y el día es gris, con la humedad, los objetos se recubren de una pátina de brillo plateado.

A esas horas, recién levantada, el recuerdo del sueño no se ha borrado todavía de mi mente y es el instante que escogen mis personajes para hacer su aparición, cuando la hacen. Disfruto con su compañía y les echo de menos cuando no están. Es cierto que, si deciden visitarme, suelen ser bastante reticentes a pasar desapercibidos y ellos mismos se encargan de despertarme. Ni que decir tiene que, aunque sea de madrugada, con ese tipo de despertador nunca me parece una hora demasiado temprana. A fin de cuentas, el hecho de dividir el día entre los cuadrantes de un reloj es algo que pertenece al mundo real y no al de la magia de la escritura. Entre historias el tiempo vuela. Antes de darme cuenta, debo abandonar la fantasía y regresar a la realidad de la rutina. Es una despedida nostálgica, de esas que se sienten al dejar el hogar y la familia, y que siempre va acompañada del deseo de volver. Intento guardar memorias con las que agarrar esas historias, ante la incertidumbre de revivir esa sensación de nuevo y el temor a perder definitivamente ese rincón de creatividad. Es algo que forma parte de uno mismo.

“Candle” Vladimir Kush
Al leer se comparte ese proceso con el autor de la obra en cuestión. No ocurre en todos los casos, los hay que llenan páginas mecánicamente, por mera obligación. A sus obras les falta alma, carecen de algo fundamental: un mundo con el que conectar. No todos los lectores lo precisan pero, si se encuentra, es algo especial que te arrastra a la lectura. Supongo que, los que dicen que no les gusta leer, es porque nunca han experimentado esa suerte de conexión.


lunes, 28 de mayo de 2012

Un hombre feliz

Se puede definir a mi primo como "un hombre feliz". Su secreto: sabe disfrutar de lo que tiene y, al mismo tiempo, adaptarse a los cambios. Siempre ve el lado positivo, acepta las cosas tal como vienen, tranquilamente, sin necesidad de complicarse la vida innecesariamente, y saca lo bueno de ellas. No se lamenta por lo que "no es y pudo haber sido". ¿Para qué andar dándole vueltas a todo? Una vez tomada una decisión, conviene atenerse a ella, que algún motivo habría para escogerla en su momento. Cuanto más se simplifique todo, más claras serán las ideas, lo que se traduce en mayor lucidez mental.

Siempre tiene una amplia sonrisa pintada en el rostro. Le recuerdo con su habitual gesto risueño desde que era niño. Cuando se le cayeron los dientes de leche, le salieron unas hermosas paletas que mostraba con orgullo y alegría y que le daban el aspecto de un simpático castor al que entraban ganas de abrazar. Era uno de los payaso del trío de "Pichín, Panocha, Pichón" y, su natural desparpajo, contribuía, en gran medida, al sempiterno éxito del número.

Creo que es incapaz de enfadarse. Ni siquiera cuando debe regañar a sus hijos por sus trastadas. A fin de cuentas, los pequeños son portadores de una larga serie de genes familiares estupendos que, además, encajan perfectamente con los maternos por lo que, aunque sean algo traviesos, son niños graciosos y básicamente buenos.

Da gusto estar con él. Ha heredado la acogedora hospitalidad familiar, y junto con su permanente buen humor, hace que resulte imposible sentirse decaído o aburrirse a su lado. Espero que pase un día muy divertido y que sea cada día más feliz.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS "PICHÍN"!

¡Felicidades cuñadísimo!

Cuñadísimo, tras casi 25 años de relación, es más un hermano de sangre que político. Además, como hermanísima es la que ha hecho acopio en su persona de todo el instinto maternal y familiar de generaciones pasadas, no es que haya arrastrado a su marido al núcleo familiar sino que lo empujó allí al principio de su romance y, el pobre, se dejó atrapar en él. Una vez dentro resulta casi imposible escapar de la multitud de parientes. Por si fuera poco, también fue alumno de mi madre, con lo que entró en la casa a sabiendas de lo que le esperaba en ella. A efectos de organizarle la vida a uno, tanto mi madre como hermanísima tienen siempre mucho que decir, aunque también es cierto que no son dogmáticas, por lo que a fin de cuentas, cada cual acaba haciendo lo que le place según su propio parecer. Cuñadísimo aprendió rápidamente a manejar estas situaciones y es un as en el arte de la supervivencia.

Es de natural reservado, aunque al pobre le sirve de poco conviviendo con su mujer y sus hijas que no conocen el significado de ese término. No es que su consorte no sepa guardar secretos sino que, como ha explicado muchas veces, se le olvida que sea confidencial, por lo que, cuando se trata de algo que no debe contar, dice que prefiere no saberlo. A la hora de la verdad no vive, ni deja vivir, hasta que no se entera de todo.

Pasa parte de las vacaciones con mis padres, lo que no siempre resulta una experiencia fácilmente llevadera. No me imagino al Dr. House en su situación. Una cosa está clara, en esa circunstancia es mejor no pensar y guiarse por el que detente la voz de mando en ese momento en concreto. En ocasiones las órdenes pueden solaparse e incluso ser contradictorias así que, en caso de duda, el mejor consejo es hacer como que se obedece al conyuge (lo ideal sería huir pero, por desgracia, no suele ser una alternativa medianamente factible). Después de la inmensa emoción de las fiestas se precisa de un periodo de aislamiento y reposo para recuperar la salud mental, gracias a uno, y reponerse del desgaste, con el otro. 

Según palabras del "ciclón", su hija pequeña: su padre está loco y tiene una moto. Esta última es su vía de escape del núcleo duro de la familia. Cuando necesita aire se junta con otros moteros, a veces sólo o también acompañado por esposa y niñas, aunque éstas le siguen con el coche. Opino que, aunque la sensación de libertad sea mayor en el primer caso, para su seguridad es mucho mejor el segundo. En alguna ocasión, se ha visto con la Vespa (o la actual Lambretta) estropeada en una carreterucha perdida e inaccesible entre la nieve de la sierra madrileña. Eso sí, tras contarle la anécdota a hermanísima, será esta la que se encargue de narrarla al resto de la familia, como el resto de la vida, obra y milagros de cualquiera. No se puede tener mejor gaceta.

Además, es una de las personas favoritas del Dr. House y, por supuesto, mía.
¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES CUÑADÍSIMO!

domingo, 27 de mayo de 2012

Un pequeño paseo por el Universo

Este video fue creado con las imágenes tomadas del sistema Saturniano por la sonda Cassini. Es una maravilla que recomiendo ver a pantalla completa, en el enlace de YouTube. 



La siguiente imagen es una fotografía de las lunas y los anillos de Saturno, también tomada por la  misma sonda, a mediados del pasado mes de Abril. Cassini se encontraba entonces en el mismo plano que los anillos, aunque a un millón de kilómetros de estos. La perspectiva tangencial de la foto los muestra con un aspecto de lámina tan afilada, que resulta casi cortante.


Image credit: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute

La brillante luna, situada más próxima en la imagen, es la pequeña y helada Enceladus, en fase casi llena desde este ángulo. El difuso satélite del fondo corresponde a Titan, la gigantesca luna saturniana, tan grande como un planeta (de hecho es mayor que Mercurio). Sólo la supera en tamaño la luna Ganímedes, de Jupiter. Se ve mucho más oscura que la radiante Enceladus. El motivo es que Titan está cubierta por una atmósfera densa (más que la de la Tierra) y nebulosa, compuesta básicamente por nitrógeno, que refleja tan sólo una quinta parte de la luz solar que recibe. Hasta la llegada de esta sonda su opaca atmósfera hizo imposible estudiar su superficie. Gracias a Cassini se ha visto que Titán es geológicamente joven, básicamente lisa, con pocos cráteres, algunas montañas y escasos criovolcanes. Está formada por hielo y rocas y presenta una grafía similar a la de la propia Tierra: con desiertos, ríos, lagos y deltas, que a diferencia de los de nuestro planeta se supone que contienen etano y metano líquidos. Se crearía así un ambiente prebiótico rico en hidrocarburos. Su clima es cíclico, con estaciones, viento y lluvia. Por el contrario, el hemisferio sur de Enceladus está salpicado de inmensos géiseres que lanzan hielo y vapor de agua a cientos de millas de la superficie de ese mundo. Al estar cubierta por hielo reverbera casi la totalidad de la luz que la alcanza. Enceladus se considera como uno de los lugares que con más probabilidad alberga vida microscópica en nuestro Sistema Solar. La diferencia de luminosidad de ambos satélites es, por tanto, real.

Curiosidades mitológicas: Los Titanes eran los hijos de Gea y Urano. Tras la castración de este último por el Titán Cronos, Gea fue fecundada por la sangre de Urano y engendró a los Gigantes. Enceladus era uno de esos Gigantes. Se decía que sus piernas estaban cubiertas de escamas y sus pies eran garras de dragón. Murió atravesado por una lanza de Atenea durante la guerra entre Dioses y Gigantes. Se considera que está enterrado en Sicilia, bajo el Monte Etna. Su respiración haría humear el volcán y las erupciones se conocen también como "ataques de Enceladus".

Por último, en este vídeo se explica cómo los astrónomos se las apañan para medir las distancias entre galaxias y estrellas. Es verdaderamente ilustrativo y muy, muy, interesante. 



sábado, 26 de mayo de 2012

La evolución del romance (III)

Paula Romani
Cuando una pareja pasa del amor filial de la infancia a encontrar directamente a su media naranja, con todas las cualidades de la sexta fase del romance, y su idilio se consolida con el tiempo, además de su buena fortuna, demuestra con ello una visión que ya quisiera el resto de la humanidad para sí. Dejan de pertenecer al grupo de los "singles" (como se denomina ahora), para iniciar su recorrido por las distintas etapas de la pareja:

Fase 1: el tonteo de la seducción. Se llama tonteo con razón ya que la incertidumbre y las inseguridades propias de la adolescencia pueden dar lugar a situaciones bochornosas.

Fase 2:  la idealizada luna de miel del noviazgo incipiente en la que todo es perfecto (mi angelical prima lo denomina de otra forma). Si no es así, si los problemas surgen en este periodo en el que se está totalmente cegado por la deslumbrante presencia del otro, significa que aquel no está igualmente deslumbrado y  difícilmente se pasará de este punto. Si algo así ocurre en el primer mes, la relación queda sentenciada.

Fase 3: el noviazgo real en el que la venda, al desgastarse, deja entrever la realidad del otro. Esa visión, en ocasiones, puede arrancar la susodicha venda de cuajo.

Fase 4: la consolidación de la relación. El círculo social se centra en la pareja, los amigos son comunes y se "relegan" a un segundo plano. Algunos lo comprenden y otros se lo echan en cara a la "parejita".

Fase 5: el compromiso. Se planea un futuro en común. Llegamos al momento en el que los amigotes "olvidados" esperan que les sea compensado el abandono sufrido durante todo ese periodo. Es la justificación de una noche de juerga loca: la de la "despedida de solteros". Son los demás los que sienten la necesidad de marcar ese evento y machacan a los novios con sus ideas al respecto. Lo cierto es que, la verdadera soltería se pierde en el camino entre la tercera y la cuarta etapa.

Fase 6: el matrimonio (de momento los protagonistas del día aún están liados con los preparativos de la boda, así que hablaré de ello en otro post).

La evolución del romance (II)

"Frog Prince"
Janet and Anne Grahame Johnstone
La idea de romance en la mente femenina difiere bastante de la que se desarrolla en el cerebro de los varones. Eso da lugar a infinidad de malentendidos, novios despistados que se creen las frases de: "no hace falta que lo hagas cariño" o la versión del "no me pasa nada" y el más peligroso aún "¡si no estoy enfadada!" ¿Qué ocurre en la razón, y en la sinrazón, de las mujeres para que se contradigan de esta manera? El complicado proceso atraviesa distintas etapas:

Primera fase: su mamá y su papá. Más ecuánimes desde bebés, reparten su cariño entre ambos progenitores. Tanta complicación a esa edad tan precoz deja su huella en el subconsciente. Pueden ser víctimas del complejo de Edipo y del de Electra, para regocijo del Dr. Freud.

Segunda fase: el hermano de su mejor amiga. Las amigas son fundamentales e inseparables. Lógicamente, por adhesión a ésta, el mejor candidato a "novio de infancia" se encuentra dentro de este círculo.

Tercera fase: el príncipe azul del cuento (con todas las secuelas posteriores). Libros, películas y los peligrosos cuentos de princesas, para que la niña se duerma, en ese momento del día tan idóneo para integrarlos en los sueños. Se hace honor a la frase de Calderón de "la vida es sueño", y se toman estos como realidad. El problema es que la figura del hada madrina no suele presentarse, y sin ella, difícilmente se alcanza con éxito el final del cuento.

Cuarta fase: el "chico popular". Por regla general su popularidad no está relacionada con sus buenas cualidades de inteligencia y carácter, sino con su aspecto físico, que encaja con el del "héroe" de la etapa anterior.

Quinta fase: el "villano". Sí, sí, tal como suena. Las mujeres somos así de tontas. Creo que tiene que ver con el instinto maternal mal entendido: hay que reformar al pobre niño malo y, éste, se aprovecha de semejante idea para hacerse el incomprendido y pretende, y lo que es peor, consigue con frecuencia, que se crean que su carácter no es más que una máscara y que, debajo de esta, hay un corazón de oro que espera ser descubierto. Ni Colón habría descubierto oro en ese órgano, que suele ser duro, sí, pero de piedra negra y con la propiedad de escaldar a la que se acerca. No necesitan una dulce princesa, sino una buena bruja con su "magia negra" que es la única fémina capaz de afectarles, y no por amor a ella, sino por su pundonor frustrado al no poder vencerla.

Sexta fase (a la que no todas llegan): Se supera la estúpida idea de "ya cambiará, gracias a mi influencia" y en su lugar aparece la de: "te quiero tal como eres", por supuesto no aplicable a un villano o se saldrá no sólo escaldada sino más quemada que un ninot tras las Fallas. Es fácil querer a una persona por sus virtudes. Hacerlo también por sus defectos no es tan sencillo, pero estos también forman parte del individuo y, en determinados momentos, hasta se agradecen. Nadie es perfecto.

(Continuará)

La evolución del romance (I)

El amor tiene distintas etapas. El paso de una a otra no es igual para todo el mundo, y difiere sobremanera entre ambos sexos. Ésta sería una visión, resumida, de la progresión masculina por las distintas fases (ya les llegará el turno de disección a las féminas):

Primera fase: su mamá. Recibe distintos nombres, pero todas las sílabas poseen la letra "m" y pueden ser repetidas hasta la saturación: mi mamá, mami, memé- memé. Dura cómo mínimo, hasta la primera cartilla. Supongo que es por eso por lo que los autores de ésta decidieron empezarla con "mi mamá me mima", frase a la que, en su momento, yo no le vi ni pies ni cabeza. Posteriormente comprendí muchas cosas. Supongo que habría sido mucho más complicado empezar a leer con la frase de "mis padres son partidarios de la educación castrense".

Segunda fase: aunque algunos siguen con su mamá, también está la niña-muñeca del cole que pone ojitos. Los varones, acostumbrados a dejarse querer en la fase anterior, continúan con esa actitud e, incluso, pueden compaginar varias novias a la vez. Esto es evidentemente un signo de inmadurez emocional, que no siempre madura.

Tercera fase: fútbol. Esta cuesta aún más de superar que la mamitis. Tanto es así que la mayoría compaginan  la pasión por este deporte con las etapas sentimentales que le siguen aunque, con frecuencia, el fútbol tenga prioridad sobre el resto de las facetas de la vida (no sólo las románticas). Si hay partido, es mejor no hacer otros planes para evitar frustraciones. Por supuesto, nunca debe organizarse una boda, ni ninguna otra celebración, el día de un encuentro importante. Tener el calendario de la liga, de la copa y demás competiciones en cuenta a la hora de escoger una fecha es un detalle que los invitados agradecerán.

Cuarta fase: las hormonas empiezan a ejercer su efecto, aquí lo que importa es el tamaño de los atributos físicos de las hembras (son reminiscencias de la lactancia. No se guarda memoria consciente de este periodo pero, en el subconsciente, marca al hombre para el resto de su vida: los amamantados, por la experiencia y, los que no, por su carencia). También pueden estar influidos por los balones de fútbol. No es incompatible con la inmadurez de la fase dos ni, lógicamente, con la tres.

"Frog Prince" Janet & Anne Grahame Johnstone
Quinta fase (a la que muchos no llegan): se reconocen cualidades de personalidad e inteligencia en la mujer, aunque los signos externos de fertilidad tampoco se desdeñan. Es el momento en el que, algunas "harpías" aprovechan para engañar a sus víctimas y marcarlas, en ocasiones para siempre. Esas brujas también tienen un papel importante en las relaciones, que ya explicaré en el post dedicado a las féminas.

Sexta fase ("más difícil todavía", reservada para unos pocos): se aprende de los errores, sin guardar rencor al sexo opuesto (el daño de la perfidia de algunas sobre los débiles mentales puede ser permanente o, simplemente, servirles de excusa). Existe madurez y sensatez, lo que hace escoger una pareja por sus virtudes reales, no las imaginarias.

viernes, 25 de mayo de 2012

La Feria del libro

Amelia Jane Murray
Hoy han inaugurado la Feria del Libro en el Retiro y, casualmente, disponía de la mañana para visitarla. Así que, empujada por la atracción por mis queridos libros me he enfrentado a mi pereza, a mi alergia al polen y al calor infernal para dirigirme al Paseo de Coches a mirar los stands. He ido temprano y, por suerte, he accedido al Parque por la puerta de O'Donnell, la del torreón de Rapunzel. Gracias a eso no me he encontrado con demasiada gente. De hecho había bastante menos de lo que me esperaba. Está circunstancia tenía una explicación lógica: la mayoría de los asistentes estaban congregados en el extremo opuesto de la Feria, por el literario motivo de cotillear la llegada de los príncipes. Lo siento por los lectores curiosos de este blog que tendrán que buscar ese reportaje en otros medios. No puedo informar al respecto  porque me he mantenido alejada de la zona de la alfombra roja. Sí que sé que habían colocado una, supongo que para amortiguar los pasos de los tacones de Letizia, preciosos por lo general aunque con el inconveniente de no estar hechos para caminar. Es uno de los problemas de convertirse en princesa: se pasa a ser un mero adorno, sin voz ni voto y con fines reproductores. En algunos casos es una suerte que así sea, ya que gran parte de la realeza carece de inteligencia y de sentido común, lástima que uno de ellos sea nuestro propio monarca. Ni mi evidente monarquismo ni mi ilusión por vislumbrar a sus Altezas eran suficientes como para atraerme a arrostrar hordas de gente y, aún menos, escuchar sus comentarios al respecto. Había libros en abundancia y me sobraba material más que interesante con el que entretenerme.

La escasez de público me ha permitido cotillear a mi gusto. He hallado libreros interesados en comentar sus obras, en atender bien a la gente y, también, me he topado con la otra cara de la moneda: dependientes con cara y tono de hastío (y eso que era el primer día). No me quiero ni imaginar el gesto agriado de estos el 10 de junio: si para entonces sacan la recortada cuando se asome algún cliente por su puesto no me extrañará en absoluto. Me han encantado los de Galaxia Gutenberg y los de la Librería Rafael Alberti, que es donde me he hecho con mi alijo. Podía haber escogido cualquier otro puesto o perderme entre tanta opción. Sin embargo la elección no me ha supuesto ningún tipo de dilema: en estos stands hablaban con cariño de sus libros y hacían comentarios y críticas sobre los argumento y el estilo de cada uno. Se notaba que recomendaban lo que a ellos mismos les había entusiasmado y, así, es difícil resistirse.
Cartel de la Feria del Libro 2012

Tras más de tres horas de paseo, y varias bolsas, aún me quedaba mucha Feria por recorrer. Para entonces el sol caía de plano y picaba sobre la piel. Entre el calor, la perspectiva de los príncipes y la idea de House saliente de guardia, esperándome en casa para comer, he abandonado el parque y, tras pasar por De Sybaris, a por algo con lo que mejorar el humor y la glucosa de mi querido esposo, he emprendido el regreso.

CRAB CAKES (hamburguesas de cangrejo)

Probé estas deliciosas hamburguesas de cangrejo por primera vez en el Restaurante Spinnaker de Sausalito, en la bahía de San Francisco. Al igual que el "Cliff House" se sitúa en una preciosa casa sobre un acantilado, con impresionantes vistas al océano, este elegante restaurante lo hace en una cabaña, amplia y cuadrangular, de láminas de madera oscura y grandes cristaleras, construida sobre un muelle, también de tablas, que se adentra ligeramente en la bahía.  No sé si la cena me gustó tanto sólo por su sabor o por el paisaje que se podía contemplar a través de los inmensos ventanales del comedor: el atardecer sobre la bahía, los barcos navegando con la enorme vela roja de la parte anterior del barco, desplegada y abombada por el viento al maniobrar para girar, a poca distancia de donde nos encontrábamos. Es precisamente el nombre de esa vela, Spinnaker, la que bautizó este local.

Estas tortitas de cangrejo se convirtieron, al instante, en uno de mis platos favoritos. Hay múltiples recetas de diversos orígenes, aunque mis favoritas son, sin duda, las de allí. En el Thai gardens tienen unas  muy parecidas, más pequeñas y picantes, a las que le añaden a la masa unos granos de maíz dulce y un poco de cebollita frita. En el Thai se toman con salsa agridulce y se sirven de aperitivo. Se pueden hacer de bacalao, más típicas de la costa Este de los USA, en cuyo caso se utiliza puré de patata para ligarlas, en lugar de pan rallado, y huevo, en lugar de mayonesa. Las de bacalao se suelen acompañar con salsa de tomate frito. Dan menos trabajo pero no son tan ricas. 

CRAB CAKES

Ingredientes (para 8 tortitas):
500 g de carne de buey de mar, changurro o cangrejo
1 huevo grande
1 cucharada sopera de mayonesa ligera
2 cucharadas soperas de cebollino picado fino
1 cucharada sopera de perejil picado
Ralladura de medio limón y una cucharada sopera de zumo de limón
200 g de pan rallado (casero si es posible o también se pueden usar migas de "panko", muy en boga actualmente dado el auge de la cocina japonesa ya que se utiliza en muchos tempuras y consigue un rebozado crujiente, fino y ligero)
Especias: un pellizco de pimienta negra molida y una pizca de pimienta cayena molida. Hay quien le pone una cucharada de mostaza de Dijon.
Sal
Aceite de oliva (para la sartén)

Elaboración
Batir el huevo y añadirle: las 2 cucharadas soperas de cebollino picado fino, el perejil , la mayonesa ligera, la ralladura de limón y el zumo de limón, el pellizco de pimienta negra molida, la cayena molida. 
Mezclar el pan rallado y la carne del buey de mar e incorporar despacio al huevo con la ayuda de una espátula o cuchara de madera. 
Formar ocho bolas y aplastarlas para que queden de unos 2,5 cm de grosor aproximadamente. Se pueden hacer más pequeñas, de bocado, para servir de aperitivo. 

Freír
Verter una cucharada y media de aceite en una sartén antiadherente y freír las tortitas por tandas, a fuego no muy fuerte para que no se arrebaten. Unos 4 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y cuajadas (si son más finas necesitarán menos tiempo). 
Sacar a una fuente con papel absorbente para que escurran el exceso de grasa.

También pueden hacerse al horno, para ello conviene incorporar a la masa sólo la mitad del pan rallado (o las migas de panko) y moldearlas más pequeñas y finas. Rebozar con el resto del pan, presionando para que se adhiera. Colocar sobre un papel antiadherente y asar hasta que se doren. Tardan unos 15-18 minutos a horno fuerte (unos 220º C).

El acompañamiento va en función de los gustos de cada uno. Están buenísimas simplemente con un buen ketchup, mi favorito es el de Heinz, y un poco de ensalada. Se puede usar algún tipo de salsa mejicana picante, suavizada con mayonesa o una mezcla de esta última con mostaza de Dijon fuerte. 

jueves, 24 de mayo de 2012

La belleza de lo efímero

Janet and Anne Grahame Johnstone "The Little Match Girl"
Hay instantes que te sorprenden por su belleza. Cuando aparecen, se forma un nudo en la garganta y los ojos se olvidan de parpadear para guardar cada detalle en la memoria. El tiempo se ralentiza, el trance se alarga, trata de detener el mundo en ese punto, todo con tal de que su huella quede bien grabada. Son tan hermosos que poseen magia propia y una se deja apresar voluntariamente en su hechizo, y al igual que sucede con el amor, no desea liberarse de su embrujo.

Parte de su encanto reside en su propia fugacidad. Incluso aunque se trate de un fenómeno cíclico, nunca se repetirá exactamente del mismo modo. Tendrá otro encanto, puede que parecido, pero jamás será igual. Un rosal, unas horas más tarde, nos muestra nuevos capullos que se abrirán al tiempo que se marchitan las flores más grandes y antiguas. Lentamente todas perderán sus pétalos y su color. Las hojas de los árboles en otoño se bruñirán con la luz del sol de la mañana para convertirse en papel de seda, frágil y mate, y colgar sin vida del entramado de ramas y sombras en la palidez del ocaso. Un amanecer en un día claro sobre los árboles dorados del mes de octubre no se repetirá al día siguiente, ni la nieve limpia escarchará con idéntico cristal los caminos vacíos y las plantas del parque a primera hora de la mañana. Una puesta de sol sobre el mar puede encender el cielo o limitarse a apagarlo poco a poco. Una pieza de música prende con su armonía el espíritu, y lo sobrecoge. La luna, aunque siempre mantiene su misterio, cambia todas las noches su forma, su tamaño, su transparencia e incluso su luz. Nunca cuelga del mismo cielo. La misma imaginación genera fascinantes historias con las que recrearse, tanto despierta como en sueños.

Muchas veces se pretende capturar el instante o hacerse con el objeto que ha despertado la admiración. Al inmortalizarlo se pierden las emociones asociadas a la conciencia de su transitoriedad: no se retiene el tiempo ni se siente ese estremecimiento, mezcla de alegría y de nostalgia anticipada. Se atesora en la mente. Se describe con palabras. Se plasma en una fotografía o un cuadro. Se traslada a las curvas y la textura de una escultura. Se corta la rosa más hermosa, que no lucirá igual en un jarrón que en el jardín, entre el resto de las flores, las hojas y las espinas. Ni siquiera una obra de arte, fija sobre un lienzo, ni una frase escrita en un libro provocarán las mismas sensaciones al hallarse ante ellas una segunda, tercera o enésima vez. Dependerá de los recuerdos, de sus vivencias, de lo impresionable del estado de ánimo del espectador, o simplemente de su sensibilidad en ese instante. Descubrir algún nuevo matiz o un significado oculto puede marcar la diferencia entre un momento placentero y un instante efímero y mágico.

miércoles, 23 de mayo de 2012

En segundo plano

Los lectores del blog pueden hacerse la falsa impresión de que me pasé mi infancia detrás de un libro con el objetivo de observar, subrepticiamente, el comportamiento de los que me rodeaban y analizar su personalidad. Los que me consideren como una estudiosa encubierta de la naturaleza humana que sepan que no hay nada más alejado de la realidad. Mi interés por el libro era auténtico y superaba, con mucho, el que me producía el barullo del mundo a mi alrededor. Pese a ello, los aludidos en las entradas elogian el retrato que hago de ellos. El motivo de su exactitud no es otro que el que los rasgos que describo no son algo oculto para los ojos de ningún espectador, ni siquiera fortuito, sino que resultan rápidamente evidentes para cualquiera, por mucho que este trate de aislarse detrás de un libro.

El secretismo y el misterio nunca han formado parte del carácter familiar e "inescrutable" no es un adjetivo aplicable a la personalidad de ninguno de sus miembros. Dentro del grupo, hacerse notar parecería algo complicado, sin embargo lo que resultaba verdaderamente difícil era buscar un lugar en el que pasar desapercibido. Con todos los que eramos, siempre había alguien que se las apañaba para encontrarte, quisieras o no. Una vez hecha prisionera, difícilmente se podía continuar con la actividad interrumpida ya que el protagonista del día se encargaba de dejar patente su presencia y de arrastrar a su presa a colaborar en sus planes de juego. En mi caso concreto, no me quedaba más remedio que hacer como que los secundaba. Era la única manera de recuperar algo de tranquilidad. No tengo que añadir que procuraba darle esquinazo a mi secuestrador en cuanto me era posible.

La homenajeada del día es la única de todo el clan a la que se le puede denominar "reservada": no intentaba llevar la voz cantante, no daba órdenes a diestro y siniestro y procuraba no tomar partido por ningún bando para evitar formar parte de estúpidas riñas infantiles. Se mantenía en un prudente segundo plano, sin discrepar, obedecía a los mayores, posiblemente fuese la única que les escuchase, y siempre andaba dispuesta a ayudar a sus padres en su negocio cuando la requerían.  Su introversión le hizo tragarse sola sus problemas de la adolescencia y sus desengaños. Tuvo momentos difíciles que la alejaron del seno de la familia, pero su carácter cariñoso, aunque tímido, y el apoyo de los suyos, la devolvieron al núcleo. Pese a que su reingreso lo realizó con la misma discreción que siempre caracterizó su infancia, el resto se encargó de darle la merecida publicidad a todos sus logros.

Espero que hoy tenga un día de auténtico protagonismo. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

martes, 22 de mayo de 2012

Mentiras y despropósitos

Los políticos son gente de letras, y ni siquiera esas las aprendieron bien. No son humanistas, de hecho a duras penas son humanos lo que supongo explica que les preocupe tan poco el resto de la humanidad. Lo que sí que es evidente es que no saben matemáticas. Sólo hay que ver las discrepancias entre los presupuestos que presentan y el resultado final tras su gestión. No sólo eso sino que en sus totales se olvidan de añadir "las que se llevan" y al revisarlos se descubre que ese pequeño error de cálculo refleja que la situación real es incluso peor que sus previsiones (hechas por la cuenta de la vieja). ¿Cómo pretenden hacer números para salir de la crisis si con esos fallos habrían suspendido un examen de párvulos? Es posible que en esa época supiesen sumar y restar, lo que está claro es que después relegaron esos conocimientos al limbo del olvido. Debe de ser que dentro de la manipulación y la intriga no hay lugar para esa asignatura. En vista de los recortes en Educación supongo que tampoco consideran imprescindible la formación en ninguna otra materia. ¿Para qué? Si total, para ser político no se precisa ningún título.

En el caso de los médicos la clase dirigente ha decidido que ampliar su horario laboral según lo aplicado al resto de los funcionarios, aunque alguno más entra en el mismo saco de justificar con ese pretexto un recorte salarial, supondría un incremento de gasto al Estado. La Sanidad gratuita es cara, especialmente cuando se pretende dar una atención con estándares de privada con los recursos disponibles. Si en España hay una décima parte de médicos y camas hospitalarias que en otros países de la Unión Europea, no es posible mantener unas listas de espera de consulta y cirugía a los niveles electorales prometidos. El hacerlo así implica pagar jornadas extraordinarias al personal encargado de realizar el trabajo u, otra opción también en boga es la de vender esas listas de espera a clínicas privadas. Los promotores de esta última idea abogan por ella convencidos de que el paciente estará encantado de irse a operar a un hospital que no ha pisado nunca y en el que no conoce al cirujano que le va a intervenir. Al encontrarse con la "inexplicable" reticencia del enfermo, le convencen con la gran mentira de que, si no lo hace así, tendrá que esperar unos 8 meses más para ser operado. Ante semejante perspectiva ni que decir tiene que consiguen su objetivo con frecuencia y su engañada víctima accede a su intimidación. Por supuesto cualquier complicación que surja fruto de esa intervención será tratada, vía urgencias, en su hospital original porque ese tipo de asistencia no forma parte del paquete contratado. Ahí esta el fallo porque el médico, al enterarse de lo sucedido, le desvela que ha sido políticamente timado.

No acaban ahí los errores de cálculo, ni siquiera en lo que respecta a la reducción salarial comentada. Dado que no es una medida aplicable al sueldo base se decidió detraerla de las horas extras. El problema matemático viene en el momento de contar (con los dedos). La manera de computar esas horas difiere mucho entre unos casos y otros. Así los médicos que realicen guardias presenciales verán descontadas a final de mes 10 horas de su total (la suma de las dos horas y media semanales). Si las guardias son de alerta, las 10 horas se transforman en 20 (porque su retribución es la mitad que para las de presencia, pese a que eso no encaja bien con la suma de las dos horas y media semanales que explica la sustracción en el primer caso). Eso sí, si se descuentan de una jornada extraordinaria: consulta, quirófano, etc... para alcanzar el mismo montante basta con una fracción de una tarde de trabajo al mes que, suele suponer unas 4-5 horas. Eso sí, al parecer sale más barato así que si se tuviesen que trabajar de verdad las 10 horas, incluso aunque se cumplan bajo el concepto de jornada extraordinaria. Está claro que el resultado 10=20=5 no parece muy matemático. Debe de ser que la medicina no son matemáticas aunque, tonta de mí, pensaba que la economía sí que se basaba en estas. También estaba en un error al creer que las cifras debían cuadrar, pero está claro que estaba terriblemente equivocada.

Para dedicarse a la política no interesa saber matemáticas sino arte dramático. Da igual que la lista de espera real sea de 1 mes o de 1 año, lo que interesa es que el paciente ceda. Si el único modo de conseguirlo es el de soltar grandes mentiras, se sigue la filosofía de Maquiavelo y, ya que el fin justifica los medios, el engaño queda disculpado. Tampoco son útiles las cifras a la hora de pensar en valores de tiempo trabajado de jornada ordinaria y de actividad extraordinaria. Ambos términos son conceptos que se rigen por diferentes relojes.

El médico acata las decisiones por tratar de salvar el sistema sanitario que los políticos están empeñados en destruir. Empezaron a hacerlo al descentralizarlo, continuaron con la creación de nuevos hospitales públicos por un grupo de inversores privados, de ahí no hay más que un paso para vender los que son completamente públicos a ese mismo grupo y, una vez en su poder el Estado podrá lavarse las manos y escudarse en que la privatización no es algo en lo que puedan intervenir porque, previamente se han asegurado de que así sea. Tras deshacerse de las listas de espera harán lo propio con los interinos, así no tienen que tener en cuenta sus sueldos y se simplifican los cálculos ¿Saben matemáticas? No muchas pero, al ser de letras, lo que sí que saben es latín.

lunes, 21 de mayo de 2012

Los hijos de los amigos

El tiempo pasa sin que nos demos cuenta de ello. Uno de los hechos que nos hace tomar conciencia de su transcurso es el de ver crecer a los hijos de familiares y amigos.

Conocí a Bea cuando era tan sólo una preciosa y graciosísima bebé de 15 meses. Su sonrisa era una muestra patente su naturaleza viva, inquieta, simpática y parlanchina. Supongo que, por contraste, cosa que suele suceder entre hermanos, su hermana mayor, de 3 años, era ya en aquel entonces mucho más seria y reflexiva. Siempre asocié el carácter de ésta última al mío, aunque ella es con diferencia más dulce y posee mucho más encanto, y el de la peque al expansivo de hermanísima. El tiempo se ha encargado de demostrar que no me faltaba razón. Tanto le gustaba hablar que su madre la envió a clases de canto para entrenar su voz en otros menesteres y, de paso, obligarla a que cuidase sus cuerdas vocales. Afortunadamente tenía dotes para ello y sus prácticas no fueron una sucesión de gallos que torturaran a su familia e hicieran que mi amiga se arrepintiese de su decisión, sino todo lo contrario: sus logros le suponían un gran motivo de orgullo. De ahí también surgió su vocación y, haciendo gala de su mentalidad práctica, decidió estudiar logopedia. La vida del bel canto es sacrificada y competitiva y, en este otro campo, sus conocimientos le resultarían igualmente útiles y su dominio de idiomas le ofrecerían una cierta ventaja a la hora de acceder al complicado mercado laboral.

Al llegar el momento de escoger las prácticas podía decantarse por la parte rehabilitadora o por la docente. En la primera ya tenía cierta experiencia, pero no así en la segunda. Le recomendé que se pusiese en contacto con hermanísima que, seguro, le iba a encantar su método de enseñanza. Así lo hizo y así ha sucedido. Su carácter ha encajado perfectamente, lo que, además de previsible, no era algo difícil ya que ambas son la simpatía y la afabilidad en persona. Las dos pasan juntas las tardes de los jueves rodeadas de pipiolos que, pese a esforzarse al máximo, no consiguen superarlas en locuacidad. Aún así debo reconocer que, en lo que respecta al uso del don de la palabra, hermanísima aventaja con mucho a Bea, y a cualquiera. Eso sí, en cuestiones de canto es indudablemente Bea la que sobresale.

Cumple 20 añitos y, aunque hayan pasado 18 años largos desde que la vi por primera vez,  parece que fue ayer cuando la llevaba en brazos durante aquella primera visita que hice con ella, su hermana y su madre al Monasterio del Escorial. ¿Estaré empezando a chochear? ¿Será ese el motivo de exponer batallitas en el blog?

¡FELIZ CUMPLEAÑOS BEA!

domingo, 20 de mayo de 2012

Mortys

Nunca hay que dar por sentado la paciencia de la muerte y el equilibrio con la vida. Original y muy gracioso.






sábado, 19 de mayo de 2012

Saturday Evening Post: Espacio publicitario japonés

Aunque este sea un blog sin publicidad, hay anuncios que se merecen una entrada propia. Seguro que este en concreto es mucho mejor que algunas de las  películas que se ven interrumpidas para exhibirlo.
Por cierto, todo el mérito de su descubrimiento es de Sole


Ideal de belleza


La evolución en el arte del ideal de belleza femenino a lo largo de los siglos. Un hallazgo de House.



Jacek Yerka - Dreaming Surrealism



En la búsqueda de imágenes para el blog, encontré este vídeo y me resultó curioso e interesante. Investigué un poco en la red y así supe que Jacek Yerka es un pintor surrealista polaco. Entre sus cualidades no está la de la falsa modestia, lo que se deduce al leer su autobiografía. La verdad es que tampoco la necesita ya que posee verdadero talento según se aprecia en sus originales obras. Alejado de la estética de otros artistas contemporáneos, se aleja de lo abstracto para prestar gran atención al detalle, sin dejar de resultar sugerente y de estimular la imaginación. Muestra un mundo de fantasía inspirado en los recuerdos de su infancia. En 1990 colaboró con Hollywood en la película "Strawberry Fields", basada en canciones de los Beatles. En 1995 ganó el Fantasy World Award al mejor artista.

viernes, 18 de mayo de 2012

Evolución de la Pintura (Día de los Museos)

Resumen cómico de la evolución de la pintura.
Nota: Pinchad la imagen para ampliarla y apreciar los detalles.
Hoy, día 18 de Mayo, es el Día de los Museos y, mañana sábado, la Noche de los mismos. Hay programadas actividades especiales y visitas gratuitas. Os pongo unos enlaces con la información.
http://www.revistadearte.com/

Restaurante "Sacha" y Crumble de manzana

Para celebrar mi cumpleaños, House y yo nos fuimos a comer a Sacha. Me habían hablado muy bien de él y tenía ganas de ir desde hacía tiempo. No era una mala opción para ir entre semana: a House le pillaba cerca y con Metro directo. En cuanto a mí, sabía que me tocaba ir en coche de todas, todas.

Era mi día de quirófano y, aunque mi intención era acabar rápido, los hados no se aliaron a mi favor. Los cambios se atascaron y, para rematar la mañana, sudé tinta con el último paciente sudé tinta. Tenía una exposición malísima con un lecho pequeño y muy sangrante que dejaba ver aún menos. No fui la única que sufrió en la lucha. También le resultó difícil a la anestesista: su hígado metabolizaba las drogas a velocidad de vértigo, por lo que le hacían el efecto deseado durante apenas un suspiro, tras el cual los monitores pitaban como desesperados y tenía que meterle de todo, de nuevo y a toda prisa. ¡No le daba ni tiempo a recargar sus armas! En fin, un "regalito" de cumpleaños. El caso es que con la hora pegada y la colaboración de mi compañero de fatigas quirúrgicas, logré salir del hospital para dirigirme directamente al restaurante. El trayecto se me dio bien, metí el coche en el Parking que, afortunadamente, estaba justamente al lado y me dediqué a buscar la entrada del local.

No es fácil que nadie encuentre este sitio por casualidad. Se esmeraron en esconderlo. Aunque la dirección es C/ Juan Hurtado de Mendoza, 11, el acceso es por el jardín posterior del edificio, según se entra por la C/ Juan Ramón Jiménez. De ahí, hay que atravesar la terraza de otro restaurante hasta llegar al fondo. Los marcos de las ventanas y la puerta están pintadas de azul pavo y, sólo encima de la puerta pone el nombre con letras metálicas y no muy visibles. Para despistar más a la clientela, en los cristales está grabado "Botillería y Fogón", con lo que se asume que es el nombre del local y, donde una creía, acertadamente, que estaba, piensa, erróneamente, que no está.

Afortunadamente House había llegado con más tiempo y menos apuros que yo y, al verme, salió a buscarme. Mientras me esperaba le habían puesto una cesta de panes surtidos: centeno, tomate, aceite, nueces y pasas, chapata, pan sardo... (todos estupendos) y un paté bastante rico. Estaba hambrienta y ataqué aquello sin contemplaciones.

Nos trajeron la carta, que cambian casi a diario, según lo que haya preparado el cocinero. Había platos que había leído, me apetecían y que no estaban, así que escogimos entre lo que nos ofrecían. Compartimos un salpicón de rape y langostinos con cebollita, aguacate y vinagreta. Estaba delicioso. Luego una milhojas de xoubas (sardinillas o boquerones) que consistían en unas obleas tipo empanadillas aunque cuadradas, fritas, y rellenas con tiras de cebolla pochada con un mínimo toque de pimentón, xoubas abiertas, sin espinas, enharinadas y fritas. La combinación era sencilla pero buenísima.

De segundo me fui al steak tartar, que tiene mucha fama. Me gusta picante y lo aliñaron bien.  Era bueno, muy cremoso, con carne excelente, aunque en mi opinión estaba pasado de mostaza (no creo que lo considerasen el toque picante, porque también se percibía el tabasco, aunque sólo ligeramente. Lo hubiese preferido al revés, pero entiendo que no es un gusto compartido por muchos y que lo hagan así. Venía sólo, sin ningún tipo de acompañamiento, aunque me preguntaron si quería un plato de patatas fritas, pero preferí reservar algo de hueco para el postre. No pude evitar la comparación con el del "4 Estaciones", ya cerrado, que servían con unas increíbles patatas soufflé. Con esas patatas lo ponen también en Sal Gorda (en la C/ Beatriz de Bobadilla) y lo preparan de maravilla. House se pidió la ventresca. La ración no era demasiado generosa aunque la cocción era perfecta: dorado por fuera y crudito por dentro, muy jugoso, con una salsa ligera que recordaba a las japonesas. De postre, algo imprescindible en un cumpleaños, tomé la tarta de manzana templada, que me encanta y que no se encuentra habitualmente: compota de manzana en la base, poco hecha y poco dulce, con un toquecillo de manzana ácida, cubierta por galleta "crumble" (esa que se desmorona en granulaciones de harina tostada con mantequilla y azúcar). Lo humedecieron con un poco de crema de leche, aunque personalmente me gusta más cuando le ponen unas natillas ligeras. House escogió los piononos, muy ricos aunque algo escasos de crema, con un poco más me habrían parecido perfectos: el bizcocho estaba en su punto justo de humedad y el copete de crema tenía una costra crujiente y fina de caramelo.

Dado que debía llevar el coche de vuelta a casa, en vez de una botella de vino, nos lo pusieron por copas: un Valtravieso de una botella Magnum, no sé de qué año, que nos pareció fantástico. Una pena tener que conducir porque era un vino para disfrutarlo y repetir.

El servicio fue fantástico: muy profesional, siempre pendiente sin estar encima, colaborador y de trato encantador.

En resumen: un buen sitio con cocina tradicional ligeramente modernizada, bien hecha aunque no llega a tener "magia" propia.


CRUMBLE DE MANZANA

Ingredientes

1 k de manzanas reineta
300 g de ciruelas secas (no son imprescindibles)
60 g de azúcar morena
1 cucharadita de canela molida

Crumble

125 g de harina integral
125 g de muesli
90 g de mantequilla blanda, a temperatura ambiente
150 g de azúcar morena

Elaboración
Pelar las manzanas, quitar el corazón y cortarlas en trozos, un buen truco es convertirlas en láminas con la ayuda de una mandolina. Quitar la piel a las ciruelas y partirlas por la mitad.
Cocer la fruta en una cazuela, a fuego lento, junto con el azúcar, la canela y 2 cucharadas de agua. Sólo hasta que se ablande sin que se rompa (muy poco tiempo ya que luego va al horno donde termina de hacerse). Para este paso se puede usar también el microondas (unos 3 minutos a máxima potencia).

Crumble: Poner el harina en un bol. Añadir la mantequilla en trozos y amasar con los dedos hasta que parezcan migas de pan. Incorporar el muesli y el azúcar.

Extender las manzanas en la base de una fuente de horno. Espolvorear por encima el crumble, sin apretarlo. Hornear a 180 C unos 30 minutos, hasta que se dore. La casa olerá a pastel de manzana con canela y caramelo.

Servir caliente acompañado de nata líquida o, mejor aún, unas natillas ligeras. Se pueden sustituir las ciruelas por pasas o grosellas, dependiendo de la temporada. En caso de usar grosellas, añadirlas directamente en la fase de horno, sin cocerlas previamente con la manzana.

jueves, 17 de mayo de 2012

Día de Internet


Hoy, 17 de Mayo, es el Día Mundial de Internet y las Comunicaciones. Os dejo un interesante link (del blog "Píldoras"de Saludteca) en el que podéis aprender algunas cosas muy útiles para mejorar la seguridad en la red (y en otras entradas del mismo blog tenéis instrucciones para el manejo de los diversos buscadores de las bibliotecas virtuales):  http://mariamontanavivas.wordpress.com/2012/05/17/internet-esta-bien-saber-esto/

Venganzas sonoras


Hay crímenes musicales que no deberían quedar impunes. Un buen escarmiento sería el de someter al autor y/o perpetrador del atropello en cuestión,  a ser torturado con su propia música, sin tregua ni piedad, durante el resto de los días de su vida. Seguro que muchos suplican por la pena de muerte al cabo de un par de semanas. Hay casos tan insufribles que sentenciaría directamente con el paredón. Ese escarmiento ejemplar habría que aplicarlo al engreído ex-cantante, si es que cantó en algún instante, de los autoproclamados "héroes del silencio" y que sin lugar a dudas habría hecho mucho mejor, si haciendo honor al nombre, hubiese permanecido callado para siempre.

Por desgracia la música chabacana no se limita tan sólo a la "música de boda", ocasión aprovechada por las discográficas para sacar beneficio de la felicidad del momento y colocar en el mercado piezas absolutamente infumables.  Los "grandes" DJs son otros que tal bailan. A un "entendido" se le ocurre alabarles, y a renglón seguido, son asediados para rayar discos y machacar oídos en cualquier local o fiesta que se precie. ¡Incluso graban sus aberraciones con gran éxito de ventas! "Paquito el chocolatero" debería ser la pieza escogida para enmendar el gusto musical de todos esos "pinchas" que disfrutan imponiendo sus creaciones al indefenso auditorio. En el caso concreto de los autores de esta canción la condena tendría que ser continua y a perpetuidad.

Otro de los que se merece un escarmiento similar es el  empalagoso de  Kenny G. Hace poco encontré una versión en la que destrozaba de forma infame e imperdonable el insuperable "Wonderful World" de Louis  Armstromg. Si algo es perfecto no es conveniente "versionarlo" y muchos menos con los penosos cánones musicales del mencionado soplaflautas, que sólo por esa abominación tendría que acompañar al ex-héroe al el patíbulo. Otro soplagaitas es el electrónico Hevia. No sé ni cómo es capaz de grabar sus discos salvo que padezca de amnesia inmediata, ¡jamás un sólo compás dio tanto de sí!

Los "remix" son el prototipo de cómo combinar canciones para destrozarlas irremisiblemente. El resultado es siempre atroz, independientemente de si en su origen eran buenas, decentes o malas. Las versiones lolailo de los clásicos pop son otro ejemplo. Pese a todo ello suenan sin parar en los bares, discotecas, ferias y celebraciones para terminar de descerebrar completamente a los presentes ¡Cómo si fuese necesario alguna ayuda para conseguirlo! Las escasas neuronas que funcionan, ocasionalmente, en los pocos que poseen un atisbo de cerebro pierden sus frágiles sinapsis ante la agresión. No sé quién tendrá interés en que el mundo no piense, pero desde luego, ha hallado el sistema.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Lealtad profesional

Con frecuencia, se nos acusa a los médicos de corporativismo. Gozamos de la fama de ser un colectivo que protege a sus miembros. Esto no es del todo cierto e incluso hay casos en los que en lugar de una palmada en el hombro lo que te regalan es una zancadilla. Afortunadamente, son los menos.

La relación que existe entre los trabajadores de un hospital es diferente a la que se crea en otro tipo de empresas. En general es mucho más estrecha. El motivo es evidente: la responsabilidad es alta, es preciso enfrentarse a decisiones que afectan a la vida de otros y el nivel de estrés que esto implica se sobrelleva mejor al contar con el apoyo de los compañeros. No sólo eso, sino que una parte del trabajo se realiza en equipo. Los casos complicados se discuten en sesión clínica para tomar una decisión consensuada. La cirugía cuenta con un primer espada y uno o dos ayudantes en muchos casos. Si la compenetración no es buena el resultado no será óptimo. Lógicamente, todas estas circunstancias contribuyen a crear un ambiente laboral con un gran componente emocional. Estos lazos repercuten en el tipo de relación que se establece entre los compañeros, que son a la vez un apoyo y alguien al que apoyar. Estos se convierten en amigos y el consejo mutuo en los problemas de los pacientes deriva en una confianza que afecta a los de índole más personal.

Las guardias también contribuyen a esta situación. Se comparten horas de trabajo a contrarreloj, de falta de sueño, y un instante de desahogo o de risas es lo que las hace llevaderas y permite superar el cansancio. La infame comida hospitalaria es menos triste cuando se hace acompañado y mejora aún más cuando, en lugar de en el comedor, se organiza entre varios servicios, en algún despacho. Puede consistir en un improvisado "tele-x" o basarse en delicias cocinadas en casa, pero ese momento de recreo que rompe la rutina repone fuerzas tanto físicas como mentales. Aunque el tema de conversación gira con frecuencia alrededor de los pacientes, el contar las cosas en voz alta ayuda a verlas desde otra perspectiva, generalmente más sencilla y optimista.

En ocasiones, al hablar de un paciente lo hacemos refiriéndonos a su patología. Para los ajenos a la vida hospitalaria puede parecer una despersonalización. Es cierto que el médico tiene que crear una cierta barrera emocional o terminaría por suicidarse de la depresión. Habría que ser de piedra para no sentirse afectado por las tragedias que acontecen en el hospital. Se establecen unos lazos con los pacientes, casi de familiaridad con los que no van del todo bien porque hay que estar más pendiente de ellos, y cuando el desenlace es fatal, se consuela a la familia y se comparte su dolor. Incluso pueden traer a la memoria recuerdos personales. En estos duros momentos, el tener un hombro que haya pasado por ese tipo de trance y entienda la impotencia y la tristeza que conlleva es lo que le hace a uno reponerse y continuar con su trabajo.  

Todo lo expuesto crea una identidad entre los compañeros de profesión. ¿Cómo no se va a comprender la preocupación y el esfuerzo del galeno por acertar y hacer que las cosas vayan bien y curar con ello a sus pacientes? Si un médico debe tener empatía con el enfermo ¿cómo no va a sentir lo mismo por un miembro de su gremio?

martes, 15 de mayo de 2012

La tiranía de las hormonas

Es difícil no caer esclavizado por el influjo de las propias hormonas. Estas se encargan de dirigir la vida de las mujeres desde finales de su infancia. Primero provocan cambios en el cuerpo que motivan incomodidades. No sólo hay que hacerse con nuevas prendas íntimas sino que también, de repente, una se encuentra escuchando conversaciones de temas tabúes hasta ese momento, y lo que es peor, su contenido pretende ser "aclaratorio", para que comprenda lo que conlleva la brusca transición de niña a mujer. Si hubiese podido, me habría gustado meterme debajo de una piedra, encerrarme en un capullo a modo de crisálida y no haber asomado la nariz de nuevo al mundo hasta que no haber completado la transformación en mariposa (o en polilla, que pocos tienen la suerte de que la naturaleza les decore en condiciones para lo que, afortunadamente, existen las pinturas cosméticas).

Resulta casi imposible pasar desapercibida en esa fase. Para empezar se pega un estirón que dificulta la gracia de los movimientos de esos alargados miembros. Una se encoge para tratar de disimular la nueva talla, no sólo de estatura, y consigue parecer la hija desgarbada del jorobado de Notre-Dame. Su postura llamará la atención de su verdadera familia que le recordará continuamente que se enderece. Ante su insistencia, procurará alcanzar un punto intermedio, correspondiente a los primeros estadios de la evolución del homo erectus, que seguirá siendo claramente insuficiente en opinión de los que le rodean.

La piel se rompe y se llena de granos que para llamar más la atención sobre su presencia, enrojecen y se inflaman. Una trata de ocultarlos detrás de una cortina de pelo que será un nuevo motivo de crítica por parte de sus allegados. La cantinela pasará a ser: "¡No te encorves y quítate el pelo de la cara!" Esto contribuye a la sensación de incomprensión en la que la reticente protagonista se ve inmersa en esta etapa. Además de asumir su pubertad tiene que hacerlo según las instrucciones que le dictan. Por supuesto su nuevo estado será discutido con orgullo y sin miramientos a la intimidad ante cualquier visita. Una se sume en el más vergonzoso de los bochornos mientras sus familiares la exhiben de forma casi impúdica. En algunas ocasiones, se desearía llevar puesto un burka. El estilo momia, con vendajes para disimular nuevos atributos, también habría gozado de mi aceptación por aquel entonces. ¿Sujetadores para realzar? ¡Qué horror!

Paula Romani
Las hormonas lo complican aún más. No sólo por las fluctuaciones de humor, que es otro de los factores recriminados. Aunque una haya sido una huraña toda su vida se pretende que se convierta en un ser sociable de golpe. Una niña puede ir a la suya pero, una jovencita debe ser un modelo de todas las normas de cortesía en cualquier momento. El nuevo cuerpo requiere además nutrición y descanso. Decir que una se comería una vaca es quedarse corta, en realidad se tomaría el rebaño entero, bien acompañado de pan, magdalenas, galletas y chocolate. Al terminar con la comida, uniría la merienda y la cena, sin pausa en el ínterin. Para digerirlo, luego haría como las boas y desaparecería de la faz de la tierra para dormir doce horas si le dejasen (lo que no suele ocurrir).

Al dejar atrás la adolescencia, esa fase se revive concentrada en un par de días que se conocen comúnmente como "tensión premenstrual". Para mejorarlo aún más la cabeza se espesa y duele, la tripa se hincha y su interior se retuerce sin compasión, la nevera se impregna de un magnetismo irresistible y una piensa seriamente en atracar una pastelería porque la tarjeta de crédito ha caído víctima del impulso irrefrenable de consolar las frustraciones comprando.