La siguiente imagen es una fotografía de las lunas y los anillos de Saturno, también tomada por la misma sonda, a mediados del pasado mes de Abril. Cassini se encontraba entonces en el mismo plano que los anillos, aunque a un millón de kilómetros de estos. La perspectiva tangencial de la foto los muestra con un aspecto de lámina tan afilada, que resulta casi cortante.
Image credit: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute |
La brillante luna, situada más próxima en la imagen, es la pequeña y helada Enceladus, en fase casi llena desde este ángulo. El difuso satélite del fondo corresponde a Titan, la gigantesca luna saturniana, tan grande como un planeta (de hecho es mayor que Mercurio). Sólo la supera en tamaño la luna Ganímedes, de Jupiter. Se ve mucho más oscura que la radiante Enceladus. El motivo es que Titan está cubierta por una atmósfera densa (más que la de la Tierra) y nebulosa, compuesta básicamente por nitrógeno, que refleja tan sólo una quinta parte de la luz solar que recibe. Hasta la llegada de esta sonda su opaca atmósfera hizo imposible estudiar su superficie. Gracias a Cassini se ha visto que Titán es geológicamente joven, básicamente lisa, con pocos cráteres, algunas montañas y escasos criovolcanes. Está formada por hielo y rocas y presenta una grafía similar a la de la propia Tierra: con desiertos, ríos, lagos y deltas, que a diferencia de los de nuestro planeta se supone que contienen etano y metano líquidos. Se crearía así un ambiente prebiótico rico en hidrocarburos. Su clima es cíclico, con estaciones, viento y lluvia. Por el contrario, el hemisferio sur de Enceladus está salpicado de inmensos géiseres que lanzan hielo y vapor de agua a cientos de millas de la superficie de ese mundo. Al estar cubierta por hielo reverbera casi la totalidad de la luz que la alcanza. Enceladus se considera como uno de los lugares que con más probabilidad alberga vida microscópica en nuestro Sistema Solar. La diferencia de luminosidad de ambos satélites es, por tanto, real.
Curiosidades mitológicas: Los Titanes eran los hijos de Gea y Urano. Tras la castración de este último por el Titán Cronos, Gea fue fecundada por la sangre de Urano y engendró a los Gigantes. Enceladus era uno de esos Gigantes. Se decía que sus piernas estaban cubiertas de escamas y sus pies eran garras de dragón. Murió atravesado por una lanza de Atenea durante la guerra entre Dioses y Gigantes. Se considera que está enterrado en Sicilia, bajo el Monte Etna. Su respiración haría humear el volcán y las erupciones se conocen también como "ataques de Enceladus".
Por último, en este vídeo se explica cómo los astrónomos se las apañan para medir las distancias entre galaxias y estrellas. Es verdaderamente ilustrativo y muy, muy, interesante.
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