lunes, 30 de septiembre de 2013

Aprender a pensar por David Foster Wallace

Cuando leí las siguientes reflexiones me parecieron tan atinadas que quise conservarlas. El blog es, entre otras muchas cosas, mi archivo de curiosidades, una forma de guardar y compartir lo que me parece interesante e incluir, de paso, un poco de sensatez entre mis ocurrencias. Lo que he puesto es una selección, no el texto completo.

"Enseñar a pensar es, de hecho, la clave de una idea mucho más profunda y seria: aprender a pensar realmente significa aprender cómo ejercer un cierto control sobre cómo y lo que se piensa. Significa ser consciente y estar pendiente de a qué se elige prestarle atención y el modo de convertir la experiencia en algo significativo. Porque sin esta capacidad de elección en la vida adulta, se termina abrumado. Es lo que expresa el tópico de "la mente es un sirviente excelente pero un amo terrible".

"Si se está automáticamente seguro de conocer la realidad y, ante cualquier situación, se opera según esa configuración del sistema por defecto, entonces, a la hora de extraer conclusiones no se consideran todas las explicaciones posibles. No obstante, al prestar atención, se comprueba que hay otras opciones."

"Al venerar el poder, se termina por sentirse débil y asustado, se necesita más poder sobre otros para no bloquearse por los propios miedos. Si lo que se venera es la inteligencia, el ser considerado por el resto como listo, lo que se termina es por sentirse estúpido, un fraude, siempre a punto de ser descubierto. El mundo que denominamos real, hecho de humanidad, dinero y poder, discurre alegremente por ese remanso de miedo, ira, frustración, ansia y veneración de uno mismo."

"El tipo de libertad verdaderamente importante conlleva atención, conciencia y disciplina, ser capaces de preocuparse por otros y sacrificarse por ellos a diario, una y otra vez, en una infinidad de detalles aparentemente insignificantes."

"El auténtico valor de la educación tiene poco que ver con el saber y todo que ver con la mera conciencia: la conciencia de lo esencial, tan escondido a simple vista a nuestro alrededor que, para percatarnos de ello debemos recordárnoslo constantemente."
David Foster Wallace

sábado, 28 de septiembre de 2013

Tarta de Cuajada "Las Dunas"

Soy golosa. Se supone que a los niños les encandilan las pastelerías y, al parecer, esa fase de mi infancia aún no la he dejado atrás (seguramente no sea la única). Soy tan golosa que la primera vez que House y yo salimos juntos a cenar le dejé impresionado con mi memoria: al final de la comida le recité la carta de postres que habíamos leído al principio. No lo hice para lucirme sino para recordarle lo que había y que pudiese escoger alguno. Eran todos muy apetecibles y no me costó nada visualizarlos con las descripciones, y de la imaginación a la memoria apenas hay un paso. Lástima que la anatomía de la carrera no fuese ninguna perita en dulce.

En las Dunas la carta de postres era menos compleja: flan, mousse (de misterio, chocolate o fresas naturales), arroz con leche, pannacotta de chocolate, tocinillo de cielo, cuajada... No obstante sólo era preciso probarlos para que resultasen tan memorables como los de aquella cena. Un día me animé y abusé de la confianza que da el trato para pedirles la receta de las tartitas de cuajada. Me dieron la receta y Antonia salió a explicármela y que me quedase bien clara su elaboración. Para facilitarme aún más las cosas, el último día me preparó una neverita con todos los ingredientes para prepararla (varias veces). Nos detuvimos en Linares y ¿por qué eserar? mi tía y yo nos pusimos manos a la obra esa misma tarde. Estaba tan buena que tendré que practicarla un poco más (no creo que me falten voluntarios para valorar mis progresos).

TARTA DE CUAJADA LAS DUNAS

Ingredientes
600 ml de nata líquida de pastelería azucarada (en el caso de que la nata no venga azucarada es cuestión de añadirle luego el azúcar).
2 sobres de cuajada (Antonia me dio de la marca Royal)
2 paquetes de queso crema (tipo Philadelphia)
Un chorro de leche (unos 100 ml)
Un poco de azúcar (la nata y los sobres de cuajada ya llevan azúcar así que como mucho hay que añadir entre 0 y 100 gr, según el gusto de cada uno). Si la nata no lo llevase habría que poner unos 150-200 gr de azúcar, conviene empezar por menos, probar y rectificar si es necesario. Siempre hay que tener en cuenta que en caliente siempre el sabor es más dulce y perderá un poco de dulzor al enfriarse.

Bases (galleta tipo María o bizcochos finos redondeados o cortados con un vaso...) Se puede hacer una tarta grande pero es muy blandita y costaría dividirlas sin que se desmoronasen. Antonia las prepara individuales.

Elaboración
Calentar la nata.
Aparte batir con la turmix la leche con el queso crema y los sobres de cuajada (y el azúcar si la nata no lo llevase).
Cuando la nata hierva, añadir la mezcla del queso con la leche y la cuajada.
Esperar a que hierva de nuevo para que se espese. Remover con una cuchara para que no se pegue.
Probar y rectificar de azúcar.
Dejar enfriar la mezcla antes de montar las tartas (hasta que esté frío, no sólo tibio para evitar que se desparrame).

Montaje
Cortar una cinta de plástico duro (se parece a los cartones de pastelería que se usan para proteger los pasteles) con la forma de un molde circular del tamaño de la galleta o lo que se haya escogido de base (lo más cómodo es enrollarlo alrededor de un vaso, montar un poco los extremos del plástico y sujetarlos con celo). Conviene que se le ajuste bien a la base o costará más que mantenga la forma al rellenarlos. Se pueden usar otros moldes, tipo flan, aunque en ese caso es mejor dejar la base arriba para desmoldarlo al revés (eso sí, el proceso de relleno es mucho más sencillo y no hace falta esperar a que se enfríe la crema para hacerlo).

Repartir un poco de caramelo líquido sobre la base de galleta (o bizcochos finos cortados en círculo.

Poner la base como fondo del molde de plástico y rellenarlo con la crema de cuajada fría (unas 4 cucharadas colmadas por cada pastel).

Enfriar en la nevera un par de horas como mínimo (se pueden preparar con antelación y congelar sin problema, de hecho así se desmoldan mejor).

Para servir: retirar el plástico tras poner el pastel en cada plato.

Cubrir con salsa al gusto: caramelo, miel, mermelada de frutos rojos o, mi favorito, chocolate fundido.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Hallazgos

Me gusta investigar tiendas. Salir a pasear, sin ninguna idea preconcebida, y mirar. Miro las calles, la arquitectura de sus edificios, sus ventanas, sus balcones y sus árboles (me encantan los árboles, me hipnotizan, me hacen soñar). Por supuesto me paro en cada escaparate, entro a estudiar las perchas y hasta compruebo el efecto de sus prendas. Soy una investigadora de lo más concienzuda.

Mis investigaciones son peligrosas, me hacen encontrar cosas que no estaba buscando, algunas de ellas verdaderos hallazgos. Cuando esto sucede no soy ningún ejemplo de resistencia, soy incapaz de dejarlo escapar. No siempre son para mí, en ocasiones el hallazgo es justo aquello que sé que otro quería, sin dar con ello.

Si he de escoger mi mejor hallazgo ese sería sin duda el vestido de novia de hermanita. Mi intención estaba muy lejos de ir a la busca y captura de semejante prenda, conozco demasiado bien a hermanita como para interferir en sus decisiones sin ser consultada. El caso es que los hados estaban aburridos y no se les ocurrió mejor idea que plantar delante de mis narices el vestido perfecto para ella y esperar el desarrollo de los acontecimientos. Lugar: Callejón de Jorge Juan. Momento: salida de Jocomomola. Localización: colgado en el escaparate de la tienda de enfrente, de nombre Cortana, a la que jamás había entrado (fuera de presupuesto).

Entré para verlo en directo. Estaba diseñado para hermanita, sin duda. Indagué los detalles con la vendedora, cuyo fuerte no era la amabilidad. No sé si "Cortana" hace alusión a cortante, pero no me extrañaría.  No me dejé amilanar, en eso de hacerme la sueca cuando algo me interesa no tengo rival. Insistí en mis preguntas y obtuve mis respuestas. Salí, encendí el móvil (no sólo lo llevaba encima sino que le quedaban pilas, los hados cuando se empeñan tienen todo en cuenta) y llamé a hermanita.

Tal y como me esperaba no obtuve una reacción muy entusiasta a mis pesquisas. Sin embargo, si me encabezono no hay nada que me haga desistir y, a pesar de ser tildada de entrometida, la convencí para que se citase para una prueba, que posteriormente negocié con la atenta encargada de la tienda. Esa tarde agoté todos mis recursos diplomáticos.

Tras la compra del velo de hermanísima, en la que mi función consistió en esperar en el coche mientras la Señora y ella investigaban las tiendas, me juré que jamás volvería a cometer el mismo error. Las compras de novia no eran lo mío. No obstante, en esta ocasión no podía perderme el evento. Confieso que, de entrada, me hacía más ilusión a mí que a la protagonista. Eso duró hasta que vio el vestido. Yo tenía razón: le encantó. Era un vestido de color marfil, con un aire hippy chic que recordaba a una túnica de una diosa griega (y hermanita lucía en el papel a las mil maravillas). Le encajaba como un guante. Se envolvía alrededor del cuerpo con un ligero drapeado que realzaba cada curva y su caída estilizaba aún más su figura. La única decisión que debía tomar era si lo prefería en gasa, crêpe de seda o satén.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Orilla

El mar dibuja formas sobre el barro de la orilla. Deja en él la huella de su piel, un relieve vivo que se arrastra hacia la playa, la araña y se extiende en una red de finas ramas para aferrarla. Son los fósiles de los cipreses imaginados por van Gogh, formas flamígeras grabadas en la tierra, los surcos, ondulaciones y arrugas propios de la edad del mundo.

Al atardecer la orilla es un espejo, un fuego frío de ríos de agua que refulgen encendidos por el reflejo del sol. En medio de su corriente la luz penetra en las gotas y navega junto a ellas en su regreso al océano.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Otras historias de la residencia

Las residencias ofrecen diversas opciones de entretenimiento: mañanas de clases y pasatiempos para fomentar la memoria, sesiones de rehabilitación o gimnasia y, una vez a la semana, la función de los Volan (voluntarios animadores que se esfuerzan, con mucho mérito, por entretener a los residentes: cantan romances y canciones antiguas, con la ayuda de un micrófono destartalado con el fin de que incluso los sordos disfruten de su ejecución, y sacan a los abuelos a bailar pasodobles, aunque sean pocos los que aún son capaces de perpetrar algún tipo de paso). No obstante la realidad es que semejantes pasatiempos apenas bastan para combatir el aburrimiento durante un rato. Para sus inquilinos lo fundamental son las visitas, tanto propias como ajenas. Los días en los que voy a ver a mi abuela no me limito exclusivamente a ella. Mientras recorro los pasillos hasta encontrarla, me cruzo con una serie de abuelitas (hay pocos abuelos) deseosas de orientarme, aunque no sepan de quién soy nieta.

Nuestra puesta al día no varía demasiado de una semana a la otra Me muestra en su libreta el recuento de prendas desaparecidas en la lavandería y me describe los últimos desaguisados del cocinero. Tras el intercambio de noticias solemos jugar al dominó, a veces solas las dos y otras con mi padre, mi madre o mi padrino. No pasa un sólo sábado sin que algún residente se acerque a la mesa en la que estamos sentadas y muestre interés por nosotras. A todos les parezco "muy jovencita" (lógico, me sacan medio siglo de ventaja). En ocasiones se suman a la partida (y me machacan sin piedad pese a mi "corta edad").

Otros días cambiamos el dominó por la tertulia y la conversación se centra en la vida de estas nuevas conocidas. Socializar es, con diferencia, la actividad principal del lugar y dado que el presente de todas es similar. Tras comentar lo mala que está la comida y descubrir que hay acuerdo en ello, se recurre al pasado. Aprovechan para desahogarse y relatan los peores trances a los que han sobrevivido. Muchas de las historias son sobrecogedores, sucesos de esos que sabes que existen pero que relegas a un rincón de la mente para no pensar en ello. No te planteas que un día conocerás a alguien que haya sufrido una de esas horribles experiencias. El caso que, sin duda, más me ha impresionado es el de una mujer a la que le robaron su hijo en la clínica, nada más nacer. Se lo enseñaron, las monjas se lo llevaron con la excusa de lavarlo y vestirlo, y no volvió a verlo. Ni denuncias, ni detectives ni ninguna de las medidas que tomaron les sirvieron para descubrir ni media pista sobre su paradero. 50 años después es la espina que aún tiene clavada y a mí, en mi impotencia, me dan ganas de rebelarme y machacar a los mafiosos desalmados responsables de aquel miserable crimen.

martes, 24 de septiembre de 2013

Restaurante Las Dunas (Mazagón, Huelva)


Las vacaciones son para disfrutarlas. En nuestro caso eso significa no seguir ningún plan preconcebido sino improvisarlo sobre la marcha. El resto del año hay que ajustarse a horarios y obligaciones, en esas fechas lo mejor es dedicarse a hacer lo que a cada uno más le plazca.

Dentro de los placeres está el de la comida. El año pasado descubrimos el restaurante "Las Dunas", al lado de la playa del mismo nombre en Mazagón (Huelva) y nos convertimos en asiduos. Este año, a la hora de elegir dónde ir, ese restaurante ha sido uno de los factores decisivos. Tanto es así que cuando pasamos por allí el primer día, un lunes, y estaba cerrado, nos planteamos no prolongar la estancia más allá de lo previsto. Afortunadamente el cierre no era más que su jornada de descanso semanal por lo que, tras averiguarlo, solicitamos quedarnos más tiempo en el hotel.

¿Qué es lo que tiene este restaurante que lo convierte en algo tan especial? Diría que todo. El sitio es precioso, dos terrazas con vistas al mar, un salón muy amplio, acristalado, con aire de patio andaluz y otro salón más formal. La decoración es sencilla pero de buena calidad, Las mesas están separadas entre sí, sin roces con desconocidos. El espacio permite no oír otras conversaciones que no sean la propia, salvo cuando el ponente pertenece al grupo de los que precisan contar su vida, obra y hazañas al resto de la sala. La comida es excelente, con pescados frescos cocinados en su punto para que se deshagan en la boca y un marisco de chuparse los dedos. Los postres son irresistibles (mis caderas dan fe de ello), los elabora la dueña, a la que los empleados llaman con cariño Antoñita (y a veces se les escapa al hablar con los clientes). Ese trato de familiaridad es muy indicativo del tipo de relación que les une y es esa relación lo que marca la diferencia. No somos los únicos en pensar así, hay más como nosotros que repiten año tras año, día tras día, durante sus vacaciones. Llevan 50 años de andadura y eso son muchos años. Claramente algo están haciendo bien.

El personal en pleno es encantador. Son profesionales pero, además de corteses y atentos, son cariñosos. No paran, todos están pendientes para que a nadie le falte nada. La relación entre ellos es tan buena que se respira en el ambiente. Nos dejábamos aconsejar por ellos a diario y para ello hemos comido allí a diario (salvo los lunes) y cenado con frecuencia.

En una sobremesa de tertulia, con lemoncello y florentinas (pastas de almendras picadas unidas por una finísima capa de caramelo crujiente) nos contaron la historia de sus inicios hace casi 50 años. Cuando llegaron no había ni luz, ni agua, ni carretera. El lugar no era solitario, era desolador. En sus propias palabras: "ni las águilas se acercaban por allí", en todo caso algún lince despistado, aunque no sé si existen linces de ese tipo. Acostumbrarse fue duro, pero cuando lo lograron ya no quisieron irse. A pesar de la supuesta tranquilidad no paran, siempre hay cosas que hacer. También nos contaron su experiencia en la romería del Rocío, en carro, a través del precoto de Doñana, alrededor de una mesa bien surtida que nos invitaron a compartir. En Diciembre celebran una Zambombá flamenca (una fiesta navideña flamenca de la que nos avisaran por si podemos acercarnos).

Sin duda nos han conquistado, y al parecer pedíamos a voces que nos adoptasen y eso han hecho. Nos despedimos con abrazos y besos, recomendaciones para el viaje, solicitud de que les llamásemos al llegar y, además, una neverita portátil con los ingredientes para elaborar la Tarta de Cuajada de Antoñita (me sentí igual que cuando voy a visitar a las titas y salgo de allí con tuppers para llenar el congelador). La receta de la tarta la pondré en otra entrada para no extenderme más. 

Mi recomendación: ¡Probadlo!

lunes, 23 de septiembre de 2013

El Retiro

"Retiro" Juan Mirasierra
Sólo con cruzar la verja me alejo de la ciudad. Los coches quedan atrás, no entran en el paseo que lleva su nombre. Su lugar lo ocupan patinadores, ciclistas, corredores, caminantes y apresurados transeúntes que atajan a través del parque.

Me adentro en sus caminos de tierra. Mis pasos crujen sobre la arena, remueven las hojas secas y vuelven tímidos a los pájaros. Según me acerco al estanque, oigo sobre el agua el chapoteo de barcas y remos. Mezclados con su sonido se distinguen risas, voces, cortejos y besos.

Cambio de ruta. No quiero ser indiscreta. Me detengo ante una fuente de la que cae un ángel. Más allá suenan ladridos, gritos de chiquillos y carraspeos de abuelos. El aire vibra, agitado por el aleteo de los patos. Son insaciables, siempre tienen hambre de migas de pan.

En la orilla de un lago se alza un palacio de cristal y hierro, un antiguo invernadero. En ocasiones, dentro de los cristales, se detiene incluso el tiempo. ¿Quién se resiste a contemplar cómo las copas de los árboles, alrededor de la cúpula, dejan entrever el cielo? Conforman una encrucijada de vida y sueños, de colores que la luz troca en sombras llenas de misterio. En ese trance se liberan los recuerdos y en el eco flotan las voces de viejos fantasmas y nuevos cuentos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Los árboles de van Gogh

Hay pintores que dibujan la forma, otros a la persona, los hay que muestran la luz, que la descomponen, los que buscan la geometría de los objetos o el color de la música. Hay pintores del mundo consciente y del subconsciente. Van Gogh va más allá. Sabe que todo se relaciona al tiempo que cambia, lo puede ver y sentir. Desea plasmar en el lienzo su mente, sus emociones, sus inquietudes y su visión del mundo. Trata de despojar las cosas de su disfraz y de revelar su esencia con sus pinceladas, dejar sólo lo real, aquello que siempre será. Sus cuadros fluyen, al igual que sucede en la naturaleza, en la que cada elemento está unido al todo del que forma parte. 

Por mi cumpleaños me regalaron un libro maravilloso "Vincent's Trees" del que he extraído unas cuantas citas de las cartas del propio van Gogh. 

El deber de un pintor es estudiar el paisaje en profundidad y usar toda su inteligencia, poner sus sentimientos en su trabajo para hacerlo comprensible para otros.
En este momento debemos pintar los aspectos más ricos y grandiosos de la naturaleza; necesitamos buen ánimo y felicidad, esperanza y amor.
Ya conoces el paisaje de aquí: árboles soberbios llenos de majestad y serenidad.
La mejor vida, sin sombra de duda, es la vida hecha de largos años en contacto con la naturaleza exterior.
Ahora, mejor que al principio, veo la verdadera campiña de Provenza.

El otoño es el contraste de las hojas amarillas sobre tonos violetas.
Todo es ya de bronce y, tan sumamente hermoso, que la imaginación se queda corta.
Me encontraba rodeado de gráciles chopos cuyas hojas amarillentas uno podía oír caer.
Las hojas caen como copos de nieve.
No es posible imaginar una alfombra tan espléndida como ese marrón rojizo profundo que tapiza el bosque bajo el resplandor de una tarde de otoño.

En toda la naturaleza, en los árboles por ejemplo, veo expresión y alma, como era.
Una fila de sauces podados a veces se parece a una procesión de hombres huérfanos.
Si uno dibuja un sauce podado como si fuese un ser vivo, cosa que de hecho es, entonces el entorno le sigue más o menos naturalmente.

Del suelo brotaban jóvenes hayas que captaban la luz en un lado y eran allí de un verde brillante, en contraste con su parte sombreada de un fuerte y cálido verdinegro.

El olivo es demasiado bello para que me atreva a pintarlo y sea capaz de formar una idea sobre él. Su follaje de plata envejecida y bruñida verdece contra el azul del cielo.

Trato de hacer justicia a las formas flamígeras del ciprés, tan magnífico en líneas y proporciones como un obelisco egipcio. Su verde posee una cualidad distinguida. Es la mancha oscura en medio de un paisaje inundado por el sol, pero es una de la notas oscuras más interesantes, la que se me antoja más difícil de reproducir con exactitud.


jueves, 19 de septiembre de 2013

Burbujas de magia

Hay momentos en los que la magia es casi palpable. Es una burbuja invisible que flota en el aire.  Sólo se ve con los ojos cerrados: una esfera clara, tan grande como un balón de playa. No la protege una membrana sino una capa de partículas difuminadas, transparentes y brillantes. Se siente su cosquilleo cuando pasa por encima.Sin embargo, al estirar la mano para tocarla, nunca se alcanza. Los dedos sólo rozan el vacío, la burbuja oscila empujada por el movimiento unos centímetros más allá. Se encoge y se expande, se acerca y se aleja, oscila y se para, juega e invita a atraparla, irresistible y tentadora. ¿Y si lo logro y se rompe? La magia se escaparía y se dispersaría en el ambiente, ya nada la separaría de la realidad. El mundo ganaría encanto con un poco de magia y, a veces, es necesaria.

Cuando noto que la burbuja navega por la habitación, me quedo muy quieta con la esperanza de que me envuelva. Sé que está ahí, siempre un poco más allá. Casi no me atrevo a respirar. Deseo saber qué se siente dentro de la esfera mágica. Sueño cómo sería convertirme por un instante en parte de ese universo imposible, explorar su imaginación infinita, vivir cada ilusión y descubrir alguno de sus misterios.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Bizcocho de puré de zanahorias

Esta receta es original de un cocinero portugués, amigo de una de mis compis. Vino un día al hospital, de visita, y demostró ser muy cumplido. No queriendo presentarse con las manos vacías, las llenó con este pastel sobre una bandeja. Voló en uno de nuestros famosos desayunos. Siempre comenzamos por cortar trozos moderados, aunque no engañamos a nadie con nuestra pretensión de mesura. A continuación, si la prueba nos satisface, pasamos de la cata al ataque. En este caso concreto perdimos todos los miramientos y pasamos a repetir y tripitir. Olvidamos la frugalidad y optamos por pedazos bastante más generosos (habría sido lamentable que sobrase y se estropease de un día para otro, no estábamos dispuestos a correr el riesgo). Nuestro comportamiento da idea de dos cosas: una, a media mañana nos convertimos en una manada de hienas hambrientas y dos, estaba de chuparse los dedos (literalmente, ya que incluso rebañamos los restos del chocolate pegados a la bandeja, así era más fácil lavarla).  

BIZCOCHO DE PURÉ DE ZANAHORÍAS
Ingredientes
6 zanahorias cocidas
1 vaso de harina de repostería
1 vaso de azúcar
Medio vaso de aceite suave
4 huevos

Elaboración
Batir todo, verter en un molde engrasado y enharinado, y cocer en el horno, precalentado, a 180º durante 50 minutos. 

Sugerencia: envolverlo con una cobertura de chocolate negro fundido. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Sabios errores según Daniel Dennet

Hay que perder el miedo a equivocarse. El miedo es lo que paraliza, lo que evita que se corran riesgos. No se yerra sin intentarlo. Aquel que no se equivoca nunca no es porque sea más listo o más hábil que los demás, sino porque no se arriesga lo suficiente. No obstante muchos errores han resultado ser grandes aciertos, por eso no hay que pretender esconderlos sino analizarlos. No sólo se aprende de ellos, sino que gracias a ellos surgen el progreso y la evolución

Esta es la idea que Daniel Dennet expresa mucho mejor que yo en las citas de uno de los artículos de Brainpicking. Quizás pueda parecer  un razonamiento de perogrullo pero, si se piensa cuánta gente hay capaz de reconocer sus errores, asumirlos como propios (sin culpas compartidas con otros) y además tiene el valor de repetirlos, revisar cada paso, enmendar los fallos y proclamarlos, lo que se descubre es que esa teórica perogrullada requiere una gran capacidad de autocrítica a la hora de trasladarla a la práctica.

Os dejo la traducción de las citas de Daniel Dennet.

"Los errores no son meras oportunidades para aprender; son, en un sentido primordial, la única oportunidad de aprender o de hacer algo completamente nuevo. 

El principal truco para cometer buenos errores es no ocultarlos- especialmente de uno mismo. En lugar de refugiarse en la negación, hay que convertirse en un conocedor de los propios errores, darles vueltas en la mente como si se tratasen de obras de arte, cosa que son, en cierto modo. El truco es  aprovechar los detalles específicos del desaguisado en cuestión para tenerlos en cuenta en el siguiente intento y evitar dar palos a ciegas en la oscuridad.

¿Quién no ha oído decir?: "¡Pues parecía una buena idea en su momento!" Esta frase se ha convertido en el paradigma de excusa de un idiota arrepentido, un signo de estupidez, cuando en realidad debería considerarse como un pilar de la sabiduría. Cualquiera que pueda declarar de verdad: "¡Pues me pareció una buena idea en su momento!" está en el umbral de la lucidez.

Cuando se comete un error, hay que respirar profundamente, apretar los dientes, para pasar a examinar cada recuerdo de la equivocación, sin piedad y tan desapasionadamente como sea posible. No es fácil. La reacción natural del ser humano tras el error es la vergüenza y la ira ( nunca nos enfadamos tanto con otros como con nosotros mismos), y es preciso esforzarse para superar esas emociones. Hay que tratar de adquirir la extraña práctica de saborear los errores, deleitarse en descubrir las particularidades que los indujeron. Sólo una vez extraída toda la ganancia posible de ellos, se pueden dejar atrás alegremente y avanzar hacia la siguiente gran oportunidad. Pero eso no basta: hay que buscar activamente la oportunidad de cometer grandes errores, simplemente para luego recuperarse de ellos.

En realidad, a la gente le encanta cuando otro admite haberse equivocado. A todo el mundo le gusta señalar un error. Las personas de espíritu generoso aprecian la oportunidad que se les ofrece de ayudar, y el reconocimiento del éxito de su intervención. Los más mezquinos disfrutan al quedar por encima. ¡Déjalos! De cualquier manera todos ganamos.

Por supuesto, en general, las personas no gozan al corregir las estupideces del resto. Tiene que haber algo que merezca la pena corregir, algo original sobre lo que acertar o equivocarse. . . ."

jueves, 12 de septiembre de 2013

Árboles


I think that I shall never see 
A poem lovely as a tree. 
Joyce Kilmer

Una de las quejas de mi abuela sobre la residencia es que no tiene árboles, y estoy de acuerdo con ella. El patio es una superficie enlosada con unas mesas con sillas de hierro y sombrillas de lona, que bien podrían haberse sustituido por unos hermosos árboles.

Me encantan los árboles. Poseen un algo intangible, mágico. La luz se transforma cuando pasa a través de sus copas. Raíces que se afianzan al suelo hasta formar parte de la tierra, troncos que se elevan y ramas que se abren mientras se acercan al cielo. El filtro de sus hojas la convierte en algo vivo, palpitante y cálido. Su sombra es un refugio, te refresca con su abrazo, y los troncos te invitan a apoyarte en ellos. Son seres preciosos. Mirar un árbol transmite sensaciones de solidez, de firmeza, pero al mismo tiempo de libertad. Nunca hacen ruido sino que sólo susurran.  Es la voz de la naturaleza más dulce, nada más que un murmullo, semejante el del mar que te hace detenerte a escucharles. Su sonido reconforta, calma y consuela.


En ocasiones, las hojas, agitadas por el viento, centellean bajo los reflejos de la luz y el árbol se viste de gala, se recubre de una capa de lentejuelas plateadas. Otras veces, cuando el aire es más intenso, se muestran impacientes por metamorfosearse en mariposas y apenas se contienen para echar a volar hacia el cielo. Estoy convencida de que en las noches más oscuras, las sombras encubren a las hojas que se escapan y se alzan transformadas en alas. ¿No habéis notado que es en esas noches cuando aparecen más estrellas?

miércoles, 11 de septiembre de 2013

CUSCÚS

El cuscús es un plato muy socorrido. Es sencillo, cómodo, rápido de preparar y admite múltiples variaciones. Combina con un sinfín de ingredientes: carnes rojas y blancas, pescado, mariscos y ahumados, verduras que van desde las zanahorias hasta la batata, la calabaza, el calabacín, la berenjena, la cebolla (que puede ser cruda o frita) o los pimientos. También los frutos secos como pistachos, piñones, almendras y nueces, las pasas, los dátiles, las ciruelas y los orejones casan a la perfección con el cereal. Las hierbas aromáticas de la familia del perejil, el cilantro, la menta o la albahaca le aportan frescura. Se adapta fácilmente a cualquier estación: en ensalada es un plato de verano, ligero y apetecible, y en caliente se convierte en una comida reconfortante y nutritiva, sin resultar nunca ni pesada ni indigesta. Puede ser un mero acompañante de guisos, especialmente de cordero o de aquellos con salsas especiadas o con un toque cítrico, o transformarse en un plato principal al mezclarlo con verduras, carne o pescado y garbanzos, bien remojado con el jugo de la carne o el caldo de pescado (de este modo lo tomamos en Trapani, en Sicilia, y estaba delicioso). La sémola se empapa del gusto de todo lo que la acompaña y sus pequeños granos se llenan de sabor.

La primera receta, realizable tanto en frío como en caliente, es una traducción de una de un blog canadiense que, además de sus deliciosos platos, también ofrece muchos datos interesantes de restaurantes y viajes tanto dentro como fuera del Canadá.

CUSCÚS con VERDURAS ASADAS, GARBANZOS Y ALMENDRAS

Ingredientes
8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 zanahorias en cubos
2 pimientos rojos picados
1 calabacín en rodajas finas
1 cebolla roja cortada en cuñas
Media taza de almendras peladas
4 cucharadas de zumo de limón
2 dientes de ajo
2 cucharaditas de gránulos de cilantro
Media cucharadita de canela molida
2 cucharaditas de sal
2 tazas de cuscús
Media taza de pasas o dátiles en trozos
2 tazas y media de caldo
2 tazas de garbanzos cocidos y escurridos
1/4 taza de cilantro fresco (u otra hierba aromática) picado. 
2 cucharadas de menta fresca.

Calentar el horno a 180º. 
Poner las verduras (se pueden añadir otras o cambiarlas por las que se disponga) en una bandeja de horno y asarlas junto con una cucharada de aceite de oliva durante unos 15 minutos. 
Mientras tanto aprovechar para tostar las almendras (u otro fruto seco) en la sartén. 

Mezclar 3 cucharadas de aceite con el zumo de limón, el ajo, el comino, el cilantro, la canela y la sal.

Poner la sémola con las pasas en una cacerola y verter por encima el caldo hirviendo. Tapar y dejar reposar durante 5 minutos. Transcurrido este tiempo, separar los gránulos con un tenedor y añadirle las verduras, las almendras, los garbanzos, la menta y el cilantro. Verter el aliño por encima y remover hasta que lo absorba todo bien.

Servir en una fuente. Tomar caliente o templado, según las preferencias del chef. 


Esta segunda receta se la trajo de Cádiz la Señora y está tan buena que es un verdadero vicio. El secreto de su éxito reside en picar todos los ingredientes muy, muy finos.

ENSALADA DE CUSCÚS CON SALMÓN

Ingredientes (en cantidad variable en función del número de comensales, pero es conveniente que haya abundantes tropezones)

Salmón ahumado (unos 100 gr)
Bacalao ahumado (100 gr)
Nueces (una taza)
1 Cebolleta 
1 manojo de Cebollino
Cuscús Tipiak o similar (1 taza) con 1 taza de agua para cocerlo.
Zumo de 2 limones
Sal (si precisa, los ahumados ya tienen sal, así que hay que probar el punto antes de añadirla)

Elaboración
Cocer el cuscús según las instrucciones del paquete. 
Picar muy bien el resto de los ingredientes y mezclarlos con el cuscús templado. 
Aliñar con el zumo de limón (con el aceite de los ahumados no se precisa añadir más). Comprobar de sal y rectificar al gusto. 
Dejar reposar y servir templado o frío. 

lunes, 9 de septiembre de 2013

Citas de Helen Keller

La biografía de Hellen Keller fue uno de los libros que me leí y releí, varias veces, durante mi infancia. No es que su trama fuese de mis favoritas pero sí tenía muchos pasajes que me intrigaban y me hacían volver a él. Es una historia de superación cuyo merito he sabido valorar mejor con el tiempo. 

Mi padre me regaló hace unos años el libro autobiográfico en su versión original. ¿Cómo despertar la mente de una chiquilla sorda y ciega? Recuerdo que cuando vi la película, "El milagro de Anna Sullivan", me impacto la escena en la que Helen, al fin, reconoce su primera palabra "agua" y pasa de ser una criatura irascible, frustrada por su incapacidad para comunicarse y hacerse entender, a un ser humano sociable, con ansias de aprender y descubrir lo que le rodea.

Helen Keller fue una mujer excepcional, que supo sacarle lo mejor a la vida. Se graduó en el Radcliffe College y su lucha la convirtió en toda una figura: escritora, pensadora, feminista. Su gran inquietud la llevó a conocer y tratar a los intelectuales de su época, entre los que se cuenta Mark Twain, que pasó a formar parte del círculo de sus grandes amigos. No se encerró en su mundo interior sino que este le servía para procesar el exterior, ambos estaban unidos. Se interesaba por todo, incluso por aquello que no podía percibir igual que el resto: la música, la danza... Si bien algunos de sus sentidos no funcionaban, aprovechó los que sí lo hacían para experimentarlo a su modo. Estaba atenta a todo para sentirlo y comprenderlo aunque no lo oyese. A pesar de su ceguera y sordera, es un ejemplo de ver y entender la vida. 

Os dejo unas cuantas citas (traducción y original): 

Hubo un momento en el que sólo conocía la oscuridad y el silencio. Ahora conozco la esperanza y la alegría. Hubo un momento en el que me mortificaba y me golpeaba contra el muro que me encerraba. Ahora me regocijo en la conciencia de que puedo pensar, actuar y alcanzar el paraíso... ¿Puede cualquiera que haya huido de semejante esclavitud, que haya sentido la excitación y la gloria de la liberatar, ser un pesimista? Mi experiencia más temprana fue un salto de malo a bueno. Si lo intentase, no podría controlar el impulso de mi primer salto fuera de la oscuridad, avanzar es un hábito que se adquiere de repente, en ese primer momento de liberación, de abalanzarse hacia la luz. Con la primera palabra que usé de manera inteligente, aprendía a vivir, a pensar, a esperar...
Once I knew only darkness and stillness. Now I know hope and joy. Once I fretted and beat myself against the wall that shut me in. Now I rejoice in the consciousness that I can think, act and attain heaven. … Can anyone who escaped such captivity, who has felt the thrill and glory of freedom, be a pessimist?
My early experience was thus a leap from bad to good. If I tried, I could not check the momentum of my first leap out of the dark; to move breast forward as a habit learned suddenly at that first moment of release and rush into the light. With the first word I used intelligently, I learned to live, to think, to hope.


El mayor resultado de la educación es la tolerancia. Hace tiempo, los hombre luchaban y morían por su fe; se tardó siglos en enseñarles otro tipo de valor - el valor de reconocer la fe de sus hermanos y sus derechos de conciencia. La tolerancia es el primer principio de la comunidad; es el espíritu que conserva lo mejor de lo que los hombres piensan. Las pérdidas por inundaciones y tormentas, la destrucción de ciudades y templor por las fuerzas hostiles de la naturaleza no han privado al hombre de tantas vidas e impulsos nobles como su propia falta de tolerancia.  
The highest result of education is tolerance. Long ago men fought and died for their faith; but it took ages to teach them the other kind of courage — the courage to recognize the faiths of their brethren and their rights of conscience. Tolerance is the first principle of community; it is the spirit which conserves the best that all men think. No loss by flood and lightening, no destruction of cities and temples by the hostile forces of nature, has deprived man of so many noble lives and impulses as those which his tolerance has destroyed.
Gracias a la filosofía sé que sólo vemos sombras y que conocemos sólo una parte, y que todo cambia; pero la mente, la inconquistable mente, regula toda la verdad, engloba el universo tal como es, transforma las sombras en realidades y asemeja los cambios más tumultuosos, a momentos de silencio eterno o a breves líneas en el tema infinito de la perfección, y la maldad a "una parada en el camino al bien". Aunque con mi mano sólo aferro una pequeña parte del universo, con mi espíritu veo el conjunto, y en mi pensamiento puedo captar las caritativas leyes que lo gobiernan. La seguridad y la confianza que estos conceptos inspiran, me enseñan a permanecer segura en mi vida como en un destino, y me protegen de hipotéticas dudas y temores. 
Thus from the philosophy I learn that we see only shadows and know only in part, and that all things change; but the mind, the unconquerable mind, compasses all truth, embraces the universe as it is, converts the shadows to realities and makes tumultuous changes seem but moments in an eternal silence, or short lines in the infinite theme of perfection, and the evil but “a halt on the way to good.” Though with my hand I grasp only a small part of the universe, with my spirit I see the whole, and in my thought I can compass the beneficent laws by which it is governed. The confidence and trust which these conceptions inspire teach me to rest safe in my life as in a fate, and protect me from spectral doubts and fears.
Amo el bien que otros hacen; porque su actividad es una garantía de que, ya pueda o no ayudar, la verdad y el bien aguantaran firmes. 
I love the good that others do; for their activity is an assurance that whether I can help or not, the true and the good will stand sure.

No hay sustitutos para el sentido común, la paciencia, la integridad y el valor. 
“there are no substitutes for common sense, patience, integrity, courage.”

El optimismo es la fe que conduce al éxito; nada es posible sin esperanza. 
Optimism is the faith that leads to achievement; nothing can be done without hope.

sábado, 7 de septiembre de 2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

Eso que no me sale


Aviso: Esta entrada viene a colación de la de ayer, decidí crearme mis propias reglas en función de mis defectos más evidentes. Quizás este código resulte cursi. Con él no pretendo aleccionar. Que nadie se lleve a engaño, soy la primera en olvidarme de seguirlo y sólo consigo aplicarlo de forma puntual, muy puntual, en mis momentos buenos y nunca en los malos. He pensado que si lo tengo escrito lo tendré más presente (o alguien se puede encargar de recordármelo cuando sea preciso)

Talante necesario para explorar bien el mundo (mi propio recordatorio, ahora sólo es cuestión de aplicármelo)


1. Sé cortés y nunca te olvides de sonreír.
2. No hagas lo que no te gustaría que te hiciesen a ti.
3. No escatimes muestras de cariño.
4. No digas lo que no te gustaría que te dijesen a ti pero no te calles las palabras agradables. Resalta los méritos de los demás, seguro que de ese modo descubres más.
5. Disfruta del placer del momento. Todo cambia, todo es nuevo. El mundo está siempre por estrenar.
6. Mira a tu alrededor. Descubre la belleza de lo que te rodea. ¡Es inmensa!
7. Vive el presente, no te adelantes a los acontecimientos. No intentes abarcarlo todo a la vez.
8. Todo tiene una parte positiva, por muy oculta que esté. Fíjate en ella.
9. Aprende de tus errores y también de los de los demás (pero no se los señales, no cometas ese error)y nunca te regodees en la culpa.
10. Disfruta de los tuyos.
11. Sé detallista. La felicidad está en los detalles.
12. Sueña y comparte tus sueños. La imaginación forma parte de la vida.
13. Lee. Piensa. No dejes de lado lo que te gusta.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Explorar el mundo



Cómo ser un explorador del mundo (según Keri Smith. Extraído de Brainpickings)

1. No dejes de observar (nota el suelo bajo tus pies)
2. Considéralo todo como algo vivo y animado.
3. Todo es interesante. Míralo mejor.
4. No sigas un camino predeterminado. Déjate llevar y altera tu rumbo con frecuencia.
5. Tómate tu tiempo para observar (o, si prefieres, sé breve).
6.  Sé consciente de las historias que se suceden a tu alrededor.
7. Busca patrones y sus relaciones.
8. Documenta tus hallazgos (toma notas de campo) de diferentes maneras.
9. Incorpora a tu vida lo indeterminado.
10. Estudia el movimiento.
11. Crea un diálogo personal con el entorno. Háblale.
12. Encuentra el origen de las cosas.
13. Utiliza todos tus sentidos en tus investigaciones.

Todas las mañanas, al levantarnos, tenemos veinticuatro nuevas horas para vivir. ¡Qué maravilloso regalo! Thich Nhat Hanh.


Cada experiencia es irrepetible. Italo Calvino. (¡Disfrútala!)

martes, 3 de septiembre de 2013

Pissarro en el Thyssen

Pissarro no sólo es una de las figuras fundamentales del movimiento impresionista, sino que es uno de sus fundadores. En 1873 redactó los estatutos de la cooperativa de artistas que iniciaría las exposiciones del grupo y fue el único cuya obra estuvo presente en todas ellas, desde la primera, en 1874, a la última, en 1886. Sin embargo el reconocimiento a sus méritos quedó eclipsado bajo la fama de su amigo Monet.

La exposición del Thyssen está dispuesta cronológicamente. Su temática se centra en el paisaje y, a lo largo del recorrido por sus 76 cuadros, se pone de manifiesto la evolución del pintor y la influencia que tuvieron en su obra los distintos lugares en los que residió y los pintores de los que se rodeó: Corot, Cezanne, Monet...

En sus primeros cuadros se plasman las enseñanzas de Corot: paisajes luminosos de reflejos suaves y transparentes en los que el progreso se muestra en las chimeneas de las primeras industrias. Posteriormente, a raíz del comienzo de la guerra francoprusiana, Pissarro se refugia en Londres, al igual que otros artistas. Junto con Monet visita numerosos museos en los que contempla obras de Turner y Constable. Con su estilo sutil, Pissarro busca el modo de sugerir en el ambiente los elementos meteorológicos.

De regreso a Louveciennes su técnica se vuelve más impresionista: escenas nevadas, silenciosas, frías y solitarias, con formas y figuras dentro de un conjunto creado por manchas de color de pinceladas delicadas. Posteriormente, en Pontoise, trabaja con Cezanne. Esa amistad se percibe sobre todo en la obra de “El camino en cuesta de la Côte du Jalet” en la que utiliza una perspectiva diferente, desde arriba, con bloques de pintura casi abstractos que, al relacionarse entre sí, producen formas reconocibles.

En Eragny su paisaje se vuelve rural, de campos trabajados y huertos, que muestran la mano del hombre sobre la naturaleza y la recompensa de su trabajo. En 1885 conoce a los jóvenes Seurat y Signac y, a pesar de las críticas que recibe por parte del grupo impresionista, experimenta con el puntillismo. Sus problemas oculares le impiden continuar por ese camino que abandona cinco años más tarde.

Es la enfermedad de sus ojos la que le obliga a pintar protegido tras las ventanas de París y Rouen para así evitar exponerse a la luz intensa. En esta época sus lienzos versan sobre un mismo tema: la vista a través de los cristales. Se interesa, al igual que su amigo Monet, por cómo afectan la luz y el clima a los colores, formas, brillos y sombras de calles, parques, jardines y puentes. 

En general la obra de Pissarro transmite calma, está llena de la armonía que otorgan el orden y la belleza. Se caracteriza por su perspectiva, con caminos que te adentran en la obra mientras que otros conforman una barrera entre la escena y el espectador. Sus verdes ofrecen unos matices inigualables, sus paisajes son abiertos, amplios, profundos, sus cielos se construyen de manchas de nubes, las orillas se cubren por velos de niebla que sólo dejan entrever las formas, y en sus calles se siente el frío de los tenues copos de nieve.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Hermanísima en Texas

Hermanísima me ha enviado este post en el que hace un resumen de sus desventuras americanas. Les echo de menos. Muchos besos. 

Después de llevar aquí más de un mes, me he dado cuenta de lo dura que es la vida del emigrante:

Una vez que te contratan en el estupendo "programa dual de Texas", tienes que preparar mudanza (con el final de curso todavía en la garganta), montar cajas, hacer maletas, despedirte de unos y de otros asegurándoles que vas a estar bien y que la vida seguirá sin ti de forma totalmente normal mientras reprimes las lágrimas muchas más veces de las que querrías.

Cuando llegas, todo son emociones: un nuevo principio, una nueva vida y muchas cosas por hacer en muy poco tiempo. Hay dos frases claves que vas a escuchar en todas partes: ¿Tiene número de la seguridad social? y ¿Tiene crédito en el país? Vamos a ver so subnormal, si acabo de llegar ¿cómo demonios voy a tener ninguna de las dos cosas? Pues ya os digo que sin el dichoso número no se puede hacer nada por lo que hasta que no llevas diez días en el país (que es más menos cuando te lo dan), no haces nada: ni apartamento, ni cuenta bancaria, ni coche ni nada de nada. 

En vista de los problemas iniciales, uno siempre piensa que las cosas sólo pueden mejorar y vas a los coles de las niñas: no te dejan hacer la matrícula si no están, vas a los cursos de... y son sólo para rellenar horario, no valen pa ná. Quieres prepararte el carnet de conducir: tienes que estudiarte el maldito código tejano y hacer los test antes de ir a los exámenes.

Pese a que no te dan nada, pagar si que puedes pagar por todo, desde que entras todo se compra y se vende. Eso y obligarte a hacer millones de papelitos se les da genial ¡Y nos quejábamos de la burocracia española! ¡Pero si nosotros nos quedamos en pañales comparados con estos!

Bueno, gracias a Dios Y tengo el dichoso numerito, ahora hay que ir a por el apartamento. Para que nos alquilen el precioso apartamento en el que vivimos, por pocas tenemos que dar nuestra historia bancaria desde el nacimiento ¡Madre mía! ¡Qué si una fotocopia de los pasaportes, de las cuentas de España, de la de aquí, del contrato de trabajo, de las niñas, el pasaporte del gato y casi nos piden un informe dental! Para entrar en el TEA (Texas educational agency) me he tenido que hacer las huellas y fotos como las del FBI, un informe de penales y otro millón de papelitos.

Te crees que después de todo esto te va a tocar la lotería o algo así y de repente te das cuenta que lo que te corresponde es el siguiente premio: un horario de 7:20 de la mañana a 4:20 de la tarde con un mínimo de 45 minutitos de coche de ida y una horita de vuelta. Para no llevarte trabajo a casa te tienes que quedar hasta las 5:30 o las 6:00. Te das todos los días 7 clases con media hora para comer e ir al baño porque después de la media hora tienes cuatro clases seguidas y con cuatro minutos para el cambio. Los niños...(ejem) prefiero omitir detalles. Las clases duales son: cuatro en inglés y tres en español (eso debe de ser lo de duales). Es cierto que el sueldo no es malo (ni bueno, teniendo en cuenta que de lunes a viernes no tienes vida) y las vacaciones no están mal. Los compañeros son geniales y los coles de las niñas también son muy buenos.

En resumen: espero que mis hijas aprovechen esta experiencia porque mi vida no ha mejorado en absoluto, no quiero ni pensar en el día en que mi madre me deje sola. Echo de menos hasta a las cucarachas de Madrid. Me muero por abrazar a mis hermanos, primos, familia y por charlar un rato con mis amigas, por volver a mi cole de verdad, por llamar a mi prima María para quedar el domingo al aperitivo, por ir a Linares un fin de semana de esos que puedes, por comprar en las tiendecitas pequeñas de Tres Cantos donde todo el mundo me conoce.

La verdad es que con crisis y todo... ¡Cómo se vive en España, en ningún sitio!