La exposición del Thyssen está dispuesta cronológicamente. Su temática se centra en el paisaje y, a lo largo del recorrido por sus 76 cuadros, se pone de manifiesto la evolución del pintor y la influencia que tuvieron en su obra los distintos lugares en los que residió y los pintores de los que se rodeó: Corot, Cezanne, Monet...
En sus primeros cuadros se plasman las enseñanzas de Corot: paisajes luminosos de reflejos suaves y transparentes en los que el progreso se muestra en las chimeneas de las primeras industrias. Posteriormente, a raíz del comienzo de la guerra francoprusiana, Pissarro se refugia en Londres, al igual que otros artistas. Junto con Monet visita numerosos museos en los que contempla obras de Turner y Constable. Con su estilo sutil, Pissarro busca el modo de sugerir en el ambiente los elementos meteorológicos.
De regreso a Louveciennes su técnica se vuelve más impresionista: escenas nevadas, silenciosas, frías y solitarias, con formas y figuras dentro de un conjunto creado por manchas de color de pinceladas delicadas. Posteriormente, en Pontoise, trabaja con Cezanne. Esa amistad se percibe sobre todo en la obra de “El camino en cuesta de la Côte du Jalet” en la que utiliza una perspectiva diferente, desde arriba, con bloques de pintura casi abstractos que, al relacionarse entre sí, producen formas reconocibles.
En Eragny su paisaje se vuelve rural, de campos trabajados y huertos, que muestran la mano del hombre sobre la naturaleza y la recompensa de su trabajo. En 1885 conoce a los jóvenes Seurat y Signac y, a pesar de las críticas que recibe por parte del grupo impresionista, experimenta con el puntillismo. Sus problemas oculares le impiden continuar por ese camino que abandona cinco años más tarde.
Es la enfermedad de sus ojos la que le obliga a pintar protegido tras las ventanas de París y Rouen para así evitar exponerse a la luz intensa. En esta época sus lienzos versan sobre un mismo tema: la vista a través de los cristales. Se interesa, al igual que su amigo Monet, por cómo afectan la luz y el clima a los colores, formas, brillos y sombras de calles, parques, jardines y puentes.
En Eragny su paisaje se vuelve rural, de campos trabajados y huertos, que muestran la mano del hombre sobre la naturaleza y la recompensa de su trabajo. En 1885 conoce a los jóvenes Seurat y Signac y, a pesar de las críticas que recibe por parte del grupo impresionista, experimenta con el puntillismo. Sus problemas oculares le impiden continuar por ese camino que abandona cinco años más tarde.
Es la enfermedad de sus ojos la que le obliga a pintar protegido tras las ventanas de París y Rouen para así evitar exponerse a la luz intensa. En esta época sus lienzos versan sobre un mismo tema: la vista a través de los cristales. Se interesa, al igual que su amigo Monet, por cómo afectan la luz y el clima a los colores, formas, brillos y sombras de calles, parques, jardines y puentes.
En general la obra de Pissarro transmite calma, está llena de la armonía que otorgan el orden y la belleza. Se caracteriza por su perspectiva, con caminos que te adentran en la obra mientras que otros conforman una barrera entre la escena y el espectador. Sus verdes ofrecen unos matices inigualables, sus paisajes son abiertos, amplios, profundos, sus cielos se construyen de manchas de nubes, las orillas se cubren por velos de niebla que sólo dejan entrever las formas, y en sus calles se siente el frío de los tenues copos de nieve.
1 comentario:
Ya de vuelta de vacaciones renovada y descansada. Estoy aún leyendo todo lo que escribiste en Agosto. Para mi sorpresa me encuentro con que sigues en Septiembre con lo que alegraras mis mañanas como acabo de escribir a la Señora. Sobre Pisarro he de decirte que es para mi uno de los impresionistas menos interesantes. A decir verdad salvo Monet y Degas estos pintores me interesan muy poco. De Pisarro solo me gustó la primera parte de la exposición con obra que sigue a Corot. El resto me aburre.
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