Por mi cumpleaños me regalaron un libro maravilloso "Vincent's Trees" del que he extraído unas cuantas citas de las cartas del propio van Gogh.
El deber de un pintor es estudiar el paisaje en profundidad y usar toda su inteligencia, poner sus sentimientos en su trabajo para hacerlo comprensible para otros.
En este momento debemos pintar los aspectos más ricos y grandiosos de la naturaleza; necesitamos buen ánimo y felicidad, esperanza y amor.
Ya conoces el paisaje de aquí: árboles soberbios llenos de majestad y serenidad.
La mejor vida, sin sombra de duda, es la vida hecha de largos años en contacto con la naturaleza exterior.
Ahora, mejor que al principio, veo la verdadera campiña de Provenza.
El otoño es el contraste de las hojas amarillas sobre tonos violetas.
Todo es ya de bronce y, tan sumamente hermoso, que la imaginación se queda corta.
Me encontraba rodeado de gráciles chopos cuyas hojas amarillentas uno podía oír caer.
Las hojas caen como copos de nieve.
No es posible imaginar una alfombra tan espléndida como ese marrón rojizo profundo que tapiza el bosque bajo el resplandor de una tarde de otoño.
En toda la naturaleza, en los árboles por ejemplo, veo expresión y alma, como era.
Una fila de sauces podados a veces se parece a una procesión de hombres huérfanos.
Si uno dibuja un sauce podado como si fuese un ser vivo, cosa que de hecho es, entonces el entorno le sigue más o menos naturalmente.
El olivo es demasiado bello para que me atreva a pintarlo y sea capaz de formar una idea sobre él. Su follaje de plata envejecida y bruñida verdece contra el azul del cielo.
Trato de hacer justicia a las formas flamígeras del ciprés, tan magnífico en líneas y proporciones como un obelisco egipcio. Su verde posee una cualidad distinguida. Es la mancha oscura en medio de un paisaje inundado por el sol, pero es una de la notas oscuras más interesantes, la que se me antoja más difícil de reproducir con exactitud.
1 comentario:
Los árboles me entusiasman y siempre me acompañan cuando miro un paisaje tanto urbano como natural. Creo que ya escribí un comentario en otro momento sobre este amor incondicional.
Los árboles de Van Gogh me sobrecogen sobre manera... me emocionan, me atraen, me admiran. Una vez contemplando una de las obras del pintor sobre este tema hize un boceto de la misma que luego coloreé y retoqué en casa. No recuerdo el nombre de la exposición, sí el lugar: la inhabilitada ya - por desgracia - Casa de las Alhajas. Fué hace 2 o 3 años y la organizaba el Mº Thyssen. Algún día te enviaré una copia del apunte.
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