domingo, 22 de marzo de 2015

Corregir

Where words leave off, music begins. Heinrich Heine
Donde lo dejan las palabras, empieza la música. Heinrich Heine. 

Me he pasado el fin de semana escribiendo. Nada para el blog, ni tampoco una nueva idea. La semana pasada me llegaron los ejemplares de prueba de Las perlas de la sirena y fue abrirlos y saltarme a los ojos lo que debía corregir sin tardanza. Ante la evidencia no tuve más remedio que rendirme y ponerme a ello.

Corregir es una tarea desagradecida. Cambias un verbo y, sin darte cuenta, sumas una nueva errata, a veces porque no tienes en cuenta que necesitas modificar o eliminar la preposición de turno y otras, simplemente, porque alteras el tiempo verbal y todo lo que va detrás no concuerda. Reajustarlo es trabajo de titanes, implica revisar y reajustar cada forma verbal hasta que al final no sabes si ahí corresponde un condicional, un pluscuamperfecto o incluso un futuro de subjuntivo, conjugación que, nunca antes, se te había ocurrido utilizar. Eso con un simple verbo. Cuando se añade un párrafo, lo que le sigue se convierte en una gran hecatombe. Doy gracias por el copiar, cortar y pegar de Word. A veces pienso en cómo se las apañaban los escritores antiguos y los veo armados, no con pluma y tintero, sino con tijeras y cola, para reconfigurar los pedazos de su novela.  

Corregir es, además, una tarea absorbente, es preciso concentrarse porque despistarse un instante supone, por mera ley de Murphy, saltarse un error, más o menos garrafal, que por supuesto aparecerá cuando parezca que, por fin, todo ha concluido y se decide dar el ansiado visto bueno. Ese punto final se resiste más que una fiera y a ratos se diría que nunca llega.

Lo más sangrante del caso es que presenté el libro al concurso de Bubok y ver los fallos, sabiendo que el texto está delante de un jurado, me abochorna. Me gusta usar palabras bonitas, sé que peco de preciosista, pero de ahí a resultar cursi hay un paso, si llega. En ocasiones, descubro frases en las que me he excedido en mi búsqueda de la belleza y en las que la imagen va a explotar entre rosas, rayos de luna y reflejos de fuego. También pienso que quizá sea demasiado optimista si creo que de verdad van a leer mi libro. C'est la vie... y no es perfecta. Mi libro tampoco lo es, pero es bonito. Me falta mentalizarme y asumirlo. 

3 comentarios:

amigademadre dijo...

Es un gusto volverte a encontrar Sol.
La descripción tan veraz y noble que haces de los posibles errores cometidos merece un premio.
Y ... un medallón como expresas lo dificilísimo que es corregir.

Yo misma dijo...

La belleza es la protesta auténtica ante la maldad, la tristeza, la manipulación, la mierda que hay en la vida... ¡viva lo bonito!. Sigue "pecando" de preciosismo. Besos

Sol Elarien dijo...

Lo de corregir no se acaba nunca, sobre todo si revisas los cambios ¡Uf!
Me encanta la idea de protestar con belleza, habría que extenderla.
Muchos besos: Sol