Todo tiene su excepción a la regla, como dice el dicho, incluso la fiebre, cuando se trata de fiebre lectora no se sienten deseos de "curarse" sino de avivar el fuego con más y más libros. Es un hambre sin hartura. La segunda quincena de febrero ha transcurrido sin inmunidad contra el virus de las páginas.
Recuerdo una pregunta en un cuestionario sobre lecturas que hacía referencia a haber leído algún Nobel. En estas dos semanas han sido tres los autores premiados y cinco las obras correspondientes a los mismos. No ha sido algo intencionado, simplemente ha resultado así.
En esta ocasión, no sé si será mejor o peor, enumeraré los títulos uno a uno, aunque no guarde ningún tipo de orden.
Carlota en Weimar, de Thomas Mann, es un buen libro, muy bien escrito, como todo lo de este premio Nobel, pero que, a pesar de lo dicho, se me hizo más arduo que otras de sus novelas. Aunque Dr. Faustus, que leí en la remesa anterior, es un libro muy erudito, y que requiere unos conocimientos de música previos que hicieron que no me enterase de muchas cosas, sus reflexiones me resultaron de lo más interesante. Sin embargo en el caso de Carlota en Weimar me ha costado seguirlo sin despistarme, en sus divagaciones filosóficas e históricas mi atención también divagaba. A pesar del genio de su autor y su protagonista, me aburrí, no logré congeniar con los personajes, ni con Carlota, ni con Goethe.
Zero de Morgan Dark es una investigación enredada para descubrir la identidad de un ladrón de élite. Leí la reseña en un blog y pensé que iba a ser mejor de lo que es en realidad. Me apetecía algo ligero después de Mann y escogí este. Mantiene la intriga aunque en ocasiones las situaciones están un poco traídas por los pelos. El ritmo es solo regular, e irregular, y los personajes resultan planos pero la trama es interesante, es fácil de leer y engancha.
The Leavenworth Case de Anna Katharine Green es un asesinato lleno de emociones, sin nada que envidiar a Agatha Christie (se supone que la autora es la precursora de este tipo de novelas y ninguna de sus obras me ha defraudado). La investigación del misterioso crimen se envuelve en una trama de secretos en la que la belleza juega un papel protagonista. El amor, la pasión llevada a la locura, la avaricia e incluso el odio terminan de enredar la madeja. Adictivo (además de gratuito en gutenberg.org).
De la ceniza volverás (From the dust returned) es, en mi opinión, uno de los mejores libros de Ray Bradbury. Las historias de esta familia de fantasmas, momias, espíritus y vampiros son más poéticas que terroríficas y Bradbury despliega toda la magia y la belleza de su escritura en la narración. Precioso.
Los funerales de la Mamá Grande de García Márquez son cuentos de Macondo. Con palabras maravillosas, con frases que suenan a música, Gabo teje estos relatos en los que el lector conoce los hogares y las calles del pueblo, nota la humedad del aire tras la lluvia torrencial, el fango, el calor pegajoso, el sopor de la hora de la siesta, los mosquitos, y ve a sus habitantes con sus miserias y sus inquietudes, su oscuridad sombría y ese resquicio de esperanza que, pese a todo, les caracteriza.
La mala hora de García Márquez es una historia que comienza con unos pasquines que cuentan lo que todo el mundo dice y que rompen la aparente paz del lugar, una paz tras la que se esconden la corrupción política y los ideales de la oposición que no han muerto a pesar de la persecución. Aparecen personajes mencionados en los relatos de los funerales de la Mamá Grande. Como siempre, Gabo lleva la tensión y la atmósfera algo opresiva del lugar a cada página.
El general en su laberinto es otra joya de García Márquez. Nadie puede escapar al laberinto de la muerte, ni siquiera alguien que ha salido ileso en mil batallas. Simón Bolívar, en su último viaje, enfermo, apenas sin fuerzas, recuerda su vida y se resiste a rendirse y a olvidar el sueño de hacer un único estado del sur de América. Gabo cuenta, con su maestría habitual, la fuerza y las flaquezas del Libertador, su debilidad y su dureza, y dota de humanidad al personaje. Magistral.
Amor Se Escribe Sin Hache de Enrique Jardiel Poncela, el 18 de febrero fue el aniversario de su muerte y comentaban las maravillas de esta obra, no me convenció. La historia es una parodia de las novelitas románticas pero, a veces, demasiadas, el autor lleva la situación al extremo y el momento resulta más ridículo que cómico. Tiene sus puntos y el argumento final de la importancia de la "hache" es realmente genial. A pesar de su humor (a veces es gracioso), el exceso de patochadas y el abuso del cinismo hacen que la historia se haga pesada. El autor no tenía en gran estima a las mujeres, ni tampoco a los hombres que se enamoraban de ellas. ¡Pobre infeliz!
My Father's Dragon, de Ruth Stiles Gannett, es un cuento lleno de imaginación y recursos, tierno y muy divertido. Un niño, el padre de la autora, decide rescatar a un pequeño dragón de una isla plagada de animales salvajes que explotan a la pobre criatura. En el camino, deberá solventar los encuentros con las distintas fieras. Nada como un poco de ingenio para lograrlo. Una historia para disfrutar a cualquier edad.
Five little Peppers, de Margaret Sidney, es un libro infantil clásico que habla de inocencia, de sueños, de cariño familiar, de amistad pero también de trabajo y de esfuerzo. Quizá, a algunos, les resulte algo anticuado o les parezca que las situaciones están idealizadas pero siempre es un placer recrearse en historias positivas sobre gente buena. Después de leer el primer libro de la serie, gratuito en la página de gutenberg.org, he comprado la colección completa (por menos de 2€).
La ruta interior de Herman Hesse (el tercer Nobel) consta de tres historias engañosamente sencillas en las que se plasma la naturaleza humana a través de las reflexiones y las vivencias de los personajes. La primera es el relato de un niño que comete una travesura, casi obligado por las circunstancias, y al que luego reconcome la culpa. La segunda narra las divagaciones de un hombre que huye de sí mismo cuando duda de su propio carácter tras sentir su mente en consonancia con la de un asesino y que lucha entre la destrucción y la salvación. La tercera cuenta el último verano de un pintor en una sinfonía de paisajes, sensaciones, mujeres y color. Son historias interesantes pero probablemente requiera de varias relecturas para sacarle el jugo.
1 comentario:
Hola Sol, ufff, te lees un libro al día (el último) chica... lo digo con un matizzzz de envidiaaaa. Me he leído todos tus comentarios de cada uno de ellos. Los leo por que considero que son estupendos. Los voy a compartir en la red para aquellos internautas ávidos de lectura. Un abrazo mi querida amiga.
Publicar un comentario