Cuando empiezan a alargarse los días y suele llegar el buen tiempo (aunque este invierno ya nos lo trajo por adelantado) se nos añade el aliciente de celebrar los cumpleaños de los más madrugadores. En esta familia ese primer cumpleaños es el diez de mayo y siguiendo una tradición que se inició para sustituir en la entrada de este blog a su creadora -que entonces se prodigaba a diario- puntualmente para esa fecha le he venido dedicando un articulillo que sirviera para agradecer sus muchos desvelos literarios y sobre todo sus más que desvelos médicos. Pero este año -¡ay, qué difícil!- desde aquel aciago 17 de noviembre estamos boca abajo y no había manera de darle forma a nada, ni siquiera a las anécdotas protagonizadas por el duende de Raquel o a la magia que ella misma es capaz de hacer cuando la limpia su tito Pacuelo. Por mucho que lo intentaba no conseguía ligar tres frases.
Cervantes, como siempre, parecía abrir el camino "El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas..." Pues sí, podía ser - pensé- hay que ponerse en situación... El recuerdo de mucha tardes en ese entorno idílico me llevó al Jardín Botánico, que ofrecía una imagen primaveral esplendorosa, llena de color junto a la entrada y luego más recogida por los paseos, con el goteo apenas audible de sus fuentecillas. Era de agradecer el sosiego que el ambiente producía, pero posiblemente porque algo fallaba en la quietud de espíritu, las musas lo encaminaban todo por derroteros bastante sombríos y no era por ahí por donde tenía que ir mi mensaje de felicitación.
Recordé entonces un pasaje del libro Catarsis, que salvo en la última frase encajaba perfectamente con esta situación: "El sufrimiento existe también para liberar amor, ese regalo desinteresado que hacemos con nuestro yo a otros, a los que sufren. De esta manera la medicina roza con lo que probablemente sea el sueño más poderoso de todo ser humano: el amor; amor que por regla general es un amor no correspondido".
Creo que eso es lo que muchos de esos pacientes han recibido y a lo que sí han querido corresponder.
Felicidades