martes, 10 de febrero de 2015

De maquetación y divagación

¿Qué hago? ¿Me pongo a leer o escribo? En el kindle tengo a Doctorow esperándome, muy recomendable todo él, si queréis probar suerte y empezar con sus historias cortas, personalmente me impresionó la de Joline. Ahora estoy con "El cerebro de Andrew", ya que parece que andaba en busca de terapia nada mejor que leer acerca del psicoanálisis del protagonista, la verdad es que no lo escogí a propósito, coincidió que fue una de las ofertas del Kindle Flash. Antes le tocó el turno a "El arca del agua", por recomendación de la Señora, una novela negra diferente y supongo que por eso me gustó tanto, que no soy yo muy de novelas negras.

Ya que he empezado a divagar seguiré por ese camino. Se supone que hacerlo es bueno para superar el bloqueo del escritor. Ayer en concreto leí una sugerencia de un coach al respecto. Recomendaba levantarse media hora antes todas las mañanas y sentarse a escribir tres página, sin leerlas después. Se trataba de escribir sin pensar, aunque fuese "no se me ocurre nada" o "estoy harta de estar bloqueada" y seguir por esa vía. El caso es que una cosa es levantarse espontáneamente, antes de que suene el despertador, y escribir porque la historia te ha llamado y no te deja dormir, y otra cosa es adelantar la alarma del reloj media hora cuando lo que apetece es dormir. Me figuro que escribiría algo así: "tengo sueño, quiero dormir, soy idiota por hacer caso de un coach que seguro que sigue en su cama la mar de a gusto". A partir de ahí podría imaginar toda una trama de venganzas contra el maldito coach... Quizá tenga razón y sea un buen método de desbloqueo.

Sigo divagando. Cuando he empezado este post pensaba hablar sobre la maquetación y resulta que, al igual que en el soneto de Lope, he escrito dos párrafos sin contar nada relevante, y desde luego nada relacionado con mi intención original. No es que la maquetación sea un tema especialmente interesante pero sí tiene su intríngulis y, sobre todo, sus desventuras.

Después de autopublicarme en Kindle, decidí probar suerte en papel, también en Amazon, con Create Space. No es que sea una entendida en plataformas de autopublicación, simplemente los de amazon me enviaron un mensaje para informarme de esa posibilidad. No fue una decisión inmediata, durante un tiempo abandoné el tema y, no sé por qué, un día me decidí. La única explicación es que me gusta complicarme la vida, que no es lo mismo que el que me la compliquen los demás, que a fin de cuentas lo que desean es facilitar la suya.

Escribir un Word es fácil, sólo hay que abrir un documento en el icono correspondiente. Pasarlo a PDF es cuestión de buscar entre las pestañas hasta dar con la herramienta correspondiente. Sin embargo, autopublicar un libro en papel va más allá, no se puede subir un PDF sin más, hay que darle el formato adecuado. Creo que si lo hubiese sabido antes, no me habría metido en ello. Sin embargo, la ignorancia es atrevida y, una vez puesta, no se me ocurrió rendirme, no fue por pundonor, no, el motivo es que estaba demasiado ofuscada como para razonar. Además, una vez salvado el primer escollo, no podía tirar ese esfuerzo a la basura. Después de conseguir encajar la portada, retroceder era algo inimaginable.

Por supuesto la página te ayuda, cosa que descubrí a posteriori. El problema es que como el que no sabe es como el que no ve, al principio no encuentras la ayuda que necesitas e intentas hacer ese trabajo por tus propios medios, sin guía. Desconozco si a alguien le ha funcionado ese sistema, pero no fue mi caso. Una vez fracasado el primer intento, localicé unos modelos preformateados listos para descargar. A partir de ahí, según parecía, era cuestión de pegar el texto. Las apariencias engañan y comprobé que, sólo con pegar, no estaba todo hecho. Además era necesario corregir los guiones de los diálogos, línea a línea, y comprobar que los capítulos empezaban en páginas impares. Me alegré de que Paloma fuese un libro breve, sinceramente no comprendo cómo nadie es capaz de hacer lo propio con un ejemplar de 700 páginas, el pobre debe de acabar tarumba.

Aquí no ha acabado la historia, pero sí el post, que ya es algo largo y no quiero hacerme pesada. Por cierto, el blog se maqueta solo.

1 comentario:

Señora dijo...

Qué bien que vayas adquiriendo experiencia en maquetación. Bueno, lo he dicho pensando en que la historia familiar que me traigo entre manos tendría que enmaquetarla algún día, pero dadas mis habilidades para estas cosas he recapacitado y prefiero contribuir a mejorar la deteriorada economía de Juancho, quien sabe más de esta tarea. Pero en tu caso, con mucha obra por delante, creo que haces una buena inversión de tiempo. Ánimo.