EL ARPA ENTERRADA
Soy la lápida de un arpa,
de la música fantasma
de unos tiempos que se fueron.
Tengo mi hogar en la iglesia
en su suelo hecho de piedra
bajo el coro de madera.
Me acariciaron doncellas
para trenzar con sus manos
la nostalgia de la espera.
Con sonidos de aires celtas
invoqué colinas verdes,
y murmullos de torrentes.
Recité cantos de héroes,
leyendas de antiguos reyes
y romanceros de allende.
El rasgueo de las flechas
se tensó sobre mis cuerdas
en el fragor de la guerra.
Fui un espíritu de viento,
de lluvia fundida en lagos
y de lágrimas de ausencia.
Soy misterio, soy recuerdos,
soy olvido y oraciones.
En mi tumba duermen sueños
y amor en mudas canciones.
3 comentarios:
Precioso...
Sole
Pero que bonito, Sol, lo de "trenzar con sus manos
la nostalgia de la espera", y todo el poema en general. Muy original, además, un arpa muerta...
¡Besos, poetisa!
Nostálgico, pero muy bello, me encantó.
Un abrazo.
HD
Publicar un comentario