¿Y como sigue House? me preguntan las titas. ¿Tan guapo, tan bueno y tan cariñoso como siempre? Se lo digo a House y se ríe, aunque sabe que comparto esa opinión, según él porque el amor me ciega, aunque se plantea si esa ceguera no depende de algún gen familiar.
Lo cierto es que pasan los años y House gana en porte y atractivo. Carisma nunca le ha faltado, y es un carisma que inspira confianza. Con él los pacientes se sienten seguros y también, en cierto modo, privilegiados, no es que haya pocos médicos como él, es que no hay nadie como él. ¿Perfecto? Se supone que nadie lo es, pero House se acerca mucho, al menos en los valores fundamentales, que son los que cuentan. Se esmera en superarse cada día, es buenísimo y sus principios son admirables, transmite una inmensa entereza, que buena falta me ha hecho. Es uno de esos seres maravillosos que contribuyen a convertir a una en mejor persona. Salvo a primera hora de la mañana, es sociable y cariñoso, y aún entonces me soporta cuando insisto en darle los buenos días, aunque tenga que recurrir a todo su autocontrol para no gruñirme. Tiene un sentido del humor afilado con el que se ríe incluso de sí mismo. No obstante es muy reservado, no le gusta alardear, y es más que posible que le abrume con este post (como cada año).
3 comentarios:
Efectivamente, el amor te ciega y la entrada me abruma. Pero gracias, me hace sentir bien y por alguna razón hoy me hace falta.
Pues aquí va un buen abrazo para apoyar. Muchas felicidades.
Jajajajaja, House no te quejarás de las cosas tan bonitas que te ha puesto tu costilla.
Muchos besos a los dos
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