domingo, 27 de septiembre de 2020

La vida es bella, por hermanita

La vida es bella. Es bella y fácil o difícil y dura, tiene de todo pero el instinto de supervivencia nos hace agarrarnos a lo que merece la pena. La vida es un viaje en el tiempo con momentos eternos e instantes que nos gustaría que nunca acabaran. En cualquier caso, las cosas malas nos enseñan a valorar las buenas y descubrimos reacciones que nunca habríamos imaginado, aunque en ocasiones seguir en la ignorancia no parece tan malo. El caso es que para su aniversario en solitario, hermanita ha escrito la entrada de hoy. 

 

Me resulta muy complicado elegir una película o una canción favorita. Mi estado de ánimo, el tiempo que lleve sin verla o escucharla… todo ello puede influir en inclinar la balanza hacía una u otra opción. Sin embargo, si tuviera que quedarme con una, solo una, creo que sería la Vida es Bella. 

 

La primera vez que la vi en el cine salí completamente desconcertada, obsesionada por encontrar alguna fórmula que hubiera permitido a ese maravilloso personaje salvarse del soldado alemán y reencontrase con su familia. Las siguientes veces la vi en Italia. Contagiada por la fascinación compatriota que la imaginación y simpatía que aquel fantástico director inspiraba, me fui enamorando de cada detalle de la película, de su positividad y humanidad, hasta terminar aceptando el final como el mejor de todos los posibles. 

 

Recuerdo verla con Jorge muchísimas veces. A los dos nos encantaba la gracia y elocuencia del proceso de conquistay llorábamos juntos al final. Era para ambos tan inspiradora que fue la única pieza musical que elegimos conscientemente como melodía de entrada en la ceremonia de nuestra boda. Era tan importante que pedimos a las dos intérpretes que tocaron ese día que la prepararan, porque no la tenían en su repertorio.  

 

Las últimas veces que la vimos juntos, sin embargo, yo no la vi entera. Ese momento de ruptura en el que la película pasa de comedia a drama se convirtió en un punto de inflexión para mí y generalmente me dormía o, si estaba sola, la apagaba. Para Jorge era algo desconcertante, puesto que realmente la segunda parte de la película, a pesar de la tristeza, heredaba el poso de amor y positividad sembrado en la primera mitad, manteniendo la atmósfera casi mágica. 

 

En muchos momentos de estos últimos meses he pensado en la película y en mi vida, en ese corte penetrante y en esa segunda mitad contra el que ingenuamente me rebelaba y que ahora me toca protagonizar. Este segundo aniversario que no puedo compartir con Jorge recuerdo esa melodía al entrar en el salón de Cádiz, la felicidad con la que vivimos ese día pienso en la estela de amor,viendo cómo continúa, sobre todo, a través de mis pequeños.

3 comentarios:

Patricia dijo...

Elvira, a mí también me encanta esa película, fue una revelación inesperada de esas que a veces te regala el cine. Me identifico con esa situación de no querer ver ciertas películas, si bien en mi caso no fue premonitorio sino a raíz de perder a Jorge. Hice mía la frase de la canción, “no quiero más dramas en mi vida, sólo comedias entretenidas”. Y ahora poco a poco voy viendo de todo y no me importa llorar al final

Carmen dijo...

Qué bonita reflexión, qué sensibilidad. La Vida es Bella es también una de mis películas preferidas, la he visto con Rafa en el cine y más tarde con mis hijas. La verdad es que siempre acepté la película como era porque pensaba que toda la magia del protagonista sobreviviría en su hijo. Supongo que eso es lo que nos consuela a todos cuando los pensamientos tristes y la rebelión interna nos dominan. Hay mucho por lo que seguir viviendo y esa actitud positiva con la que afrontas el resto de tu vida es herencia directa de la manera de pensar de Jorge y tuya, estoy segura de que Raquel y Jaime te lo agradecerán el resto de su vida; eres un ejemplo para todos.

Carmen dijo...

Qué bonita reflexión, qué sensibilidad. La Vida es Bella es también una de mis películas preferidas, la he visto con Rafa en el cine y más tarde con mis hijas. La verdad es que siempre acepté la película como era porque pensaba que toda la magia del protagonista sobreviviría en su hijo. Supongo que eso es lo que nos consuela a todos cuando los pensamientos tristes y la rebelión interna nos dominan. Hay mucho por lo que seguir viviendo y esa actitud positiva con la que afrontas el resto de tu vida es herencia directa de la manera de pensar de Jorge y tuya, estoy segura de que Raquel y Jaime te lo agradecerán el resto de su vida; eres un ejemplo para todos.