lunes, 19 de diciembre de 2011

¡Feliz cumpleaños Titón!


La naturaleza utiliza un truco para asegurar la perpetuación de la especie. Consiste en que el primer retoño suele ser un niño tranquilo y bueno para así engañar a los incautos y primerizos padres y provocarles el deseo de ir a por otro churumbel de similares características. ¡Ja! Lo que se suelen encontrar habitualmente es con la otra cara de la moneda: un pequeño movido y travieso que revoluciona sus vidas y las de su, hasta entonces, tranquilo hermano.

En el caso de mi primo Titón, la que la naturaleza había preparado era tan gorda que, previamente, mi tía tuvo no sólo uno, sino dos bebés dulces, tranquilos y adorables. ¿Qué mejor idea que ir a por el trío? No sabían la que se les avecinaba con el nuevo "angelito". De los adjetivos anteriores el único que se podía aplicar con justicia era el de adorable, al que se añadieron, con mucho peligro, los de listo, gracioso y cariñoso. En realidad, esas deseables cualidades referidas a mi genial primo constituían un arma de doble filo porque, tras presenciar alguna de las brillantes ocurrencias del niño, uno tenía muchas más papeletas de reírse, y mucho, de la trastada y de abrazar, antes que regañar, al pilluelo.

En vista de la dificultad que suponía la labor educadora del chiquillo, tarea en la que colaboró en gran medida la tita Chan-Lee, según la bautizó el crío, sus padres buscaron la manera de canalizar su rebosante energía. La terapia utilizada fue la del deporte: karate, fútbol, baloncesto, natación y atletismo, además de los juegos, tejados y caballos de la granja. Mis tíos pensaron que un cuarto hijo, Posti, ayudaría a mantener entretenido al tercero. Efectivamente así fue: el cuarto se hizo inseparable del tercero y le secundaba en todos y cada uno de sus innovadores planes. Tampoco creo que sus padres contaran con los daños colaterales de esa asociación sobre el resto de la familia y allegados. Así, los dos niños se limitaban a jugar al béisbol exclusivamente durante las visitas de los Manolos, en las que ambos, despertaban a mi cuñadísimo por las mañanas a golpe de bate, con lo que el pobre no sabía si lo que tenía era resaca o algún tipo de contusión.

Tanto deporte le labró una carrera como profesor de gimnasia. Su primer trabajo fue en Canena donde, independientemente de sus orígenes, consiguió que todo el pueblo le adorase. Fue agasajado hasta la saciedad para que se sintiese como en casa. Tuvo que abandonar el puesto al año siguiente, con algunos problemas digestivos.

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES TITÓN! (y dale muchos besos a Posti)
(Pincha en la imagen para aumentarla)

5 comentarios:

José Miguel Díaz dijo...

Muchas gracias por esta entrada Grumpy, confieso que después de haber leido el 90% del blog ( excluyendo los post sobre pintalabios y derivados) me hacía mucha ilusión contar con una entrada propia y sobre todo tan bonita como esta. Cierto es que de pequeño fui un niño con "mala suerte" pues casi siempre me pillaban en mis intentos de hacer travesuras...algunas no llegaron a ver la luz.
No obstante mi futura podrá comunicar que me hallo reformado y tengo un comportamiento perfecto.
Un besazo muy grande Grumpy y otro para Dr. Hause.
PD: Por alusiones, no entiendo por qué Manolo no ha hecho referencia al servicio despertador...supongo que estará perdiendo facultades.

Anónimo dijo...

Esto de leeros es genial!! Menudo entretenimiento q he encontrado!

Anónimo dijo...

Esta felicitación es de muchos kilates ¡bravo por la autora!

Tomo nota de los tres ingredientes de vuestra pócima de la felicidad.
Efectivamente llegar a ser bueno un día es relativamente fácil, lo difícil es conseguirlo todos los días.
La tita Chani y el tito Antonio rezuman bondad. Mis felicitaciones.

Anónimo dijo...

Me sorprende la capacidad de la autora de este blog a pesar del poco tiempo, me costa, que le queda libre después de trabajar.

Con Titón lo has clavado. Lo describes exactamente como era de pequeño, un auténtico trasto pero con un encanto especial capaz de enamorar a cualquiera.

Te ha faltado decir que atesora infinidad de cicatrices producto de sus barrabasadas, especialmente en cara, frente y cejas. Por si no lo sabías, para hacerle las fotos de la primera comunión, el fotógrafo le recomendó a su madre que lo maquillase.

Felicidades con retraso Titón.

Anónimo dijo...

Sin saber como el tercer comentario se ha colado ya que corresponde a la carta publicada a continuación de esta. Mis disculpas.