domingo, 25 de diciembre de 2011

¡FELIZ NAVIDAD!


Ayer por la noche tuvimos la cena de Nochebuena en casa de mis padres. Como siempre, la cocina materna fue excelente y, aunque abundante, ningún plato era pesado con lo que se pudo probar un poco de cada cosa y dejarle hueco al postre.

El copioso menú consistió en aperitivos de gambas, langostinos con piña, jamón y lomo ibérico. De primero una crema de marisco, muy suave, con tropezones de rape y gambón. Estaba aún más rica de lo que uno se imagina. El plato fuerte fue solomillo asado, poco hecho como nos gusta a todos, acompañado de patatas con nata gratinadas al horno. La carne era tan tierna que se deshacía en la boca, deliciosa.

El Dr. House y yo nos encargábamos de los postres y de los vinos. Llevamos un Mirto, que me pareció genial, y un Viña Real Reserva que también estaba muy bien, aunque no tanto como el Mirto. Además mi madre había decantado un Marques de Riscal, aunque ese es un vino que, aunque no está mal, aún no le he descubierto el encanto.

Para los postres preparé una tarta Tatin de manzana y compré de acompañamiento nada menos que 2 litros (sobró uno) de yogur helado en Llaollao (es un sitio nuevo que han abierto hace poco en La Vaguada y que es, con diferencia, el que tiene el mejor yogur helado de Madrid, mucho mejor que el de Danone, también en la Vaguada) y del "Ö! my God" de la Plza Santa Bárbara. El de Llaollao es igual al de Pinocchio de Linares que tanto me gusta. Espero que, como afirman, sea semidesnatado y bajo en azúcar porque su descubrimiento puede ser muy peligroso. Además mi madre tenía una tarta de Santiago casera hecha por mi tía, que había comido allí al mediodía y, por supuesto, no podían faltar las tradicionales bandejas de dulces navideños.

Las sobrinas habían preparado exhaustivamente su función de aguinaldo. Claro que hermanísima no debió de comprender en su momento el verdadero propósito del numerito, que no era otro que el de mantenernos entretenidos y lejos de su vista durante las horas y horas de ensayo. Aunque las niñas se prepararon el atrezzo, fue su madre la encargada de elaborarles el variado vestuario. Se pasó la mañana pegada a la maquina de coser y aún le cundió porque hizo un vestido a cada una de sus hijas para la cena, y otro para ella, también les cosió a cada una otro de lentejuelas para la representación y, como le debía de sobrar tiempo, decoró camisetas para alguno de los gags. Los frecuentes cambios de vestuario supusieron algún que otro traspiés en el ritmo del espectáculo, con improvisación incluida, al no estar preparada alguna de las actrices principales cuando debían.

La gala se podría clasificar como un variado cómico-musical. Antes de la cena, a modo de entremés, la Pitonisa Ciclón, con un pañuelo de monedas en la cabeza, se ofreció a leernos las líneas de la mano. No esta muy ducha en estos temas por lo que la adivinación la realizó con una chuleta de Internet que consultaba continuamente. A la vista de sus capacidades no dispuso de muchos voluntarios a los que leer. Durante la cena hicieron varios amagos de pretender amenizarnos la comida pero resistimos el embite. Una vez servidos los postres, el acto era indemorable. El Dr. House se sirvió una copa de vino, a falta de algo más fuerte a mano, y todos nos colocamos alrededor de la sala para contemplar el espectáculo. Empezaron con un villancico subidas a unos paraguas con cabeza de caballo, en el que Ciclón cantaba primero, por desgracia tiene el mismo oído musical que su tía, y Sobrinísima hacía el "da capo", más bajito pero con la entonación correcta. Después Ciclón Chistenovich contó un par de chistes viejunos en 3 idiomas que teníamos que averiguar. El ganador se llevaba una foto de la protagonista, motivo por el que su padre ha decidido desconectar la impresora del ordenador,  con autógrafo incluido. Finalmente hubo que sortearla y fue para mi abuela. Le siguió otro chiste, que además era una pista, antes de volver a deleitar nuestros oídos con un villancico en "italiani" para desearnos Buon Natale. Amenazaron con uno en francés, pero como era el intermedio, se trataba de una grabación (no propia) que apenas se oía de fondo y de la que ni siquiera hicieron play-back sino que se retiraron para un cambio de vestuario. Con nuevo modelo, interpretaron otra canción en inglés sobre Blitzen y el resto de los renos de Papá Noel. Mi padre, acostumbrado al inglés de Texas, le costó entender lo de "reindeer" (aunque puede que se deba a que, por allí, lo que abundan son los caballos). Reírnos nos reímos aunque yo voto que, en las próximas funciones, sea sobrinísima la que se encargue de la parte cantada y ciclón se decante por perfeccionar los chistes y aprenderse bien el papel de pitonisa. Eso sí, ambas actrices estuvieron muy pendientes del comportamiento del público al que mandaron callar con frecuencia. Pasaron la gorra, literalmente, con bastante éxito para sus expectativas. Creo que el resultado nos garantiza una función anual hasta los 30 (como mínimo).


Al terminar la exhibición, se oyeron unos ruidos en la terraza. Allá que fueron las crías a mirar y ¡se la encontraron llena de bolsas! Como no había chimenea a Papá Noel le había resultado muy fácil lanzar los paquetes desde su trineo hasta el balcón. Abrimos los regalos, que no habían sufrido ningún desperfecto y, después, terminamos de recoger los platos antes de hacer lo propio los comensales.

¡FELIZ NAVIDAD!

4 comentarios:

Carmen dijo...

La verdad es que la cena fue genial, la comida inmejorable, la abuela sigue "genio y figura" y los titos y abuelos se portaron muchiiiiiisimo mejor de lo esperado. Os puedo asegurar que lo de la función vais a padecerlo por muchos años si la cosa sigue igual. La verdad es que me gusta mucho que "sobrinísima" se meta tanto en el papel y deje su timidez a un lado por un rato: ella dice que hay que ser profesional.
¡Gracias a todos por vuestra paciencia y generosidad y un aplauso a mamá por esa cena.

José Miguel Díaz dijo...

Como me alegro que las Periquitas sigan manteniendo esta tradición. Espero que algún año se junten con los Merluzos y hagan algo grande. Yo en la última función que hice me llevé un compromiso matrimonial por lo que para los próximos años me limitaré a ser un espectador y dar mi "donativo".
Algunos consejos de perro viejo para el conjunto formado por las Periquitas:
Dentro de la magia debéis abandonar el campo de la adivinación y centraros en el ilusionismo; más concretamente en el arte de hacer desaparecer billetes, salga o no salga, el truco siempre reporta beneficios.
Otra recomendación es dejar los concursos, lo de sortear la foto está bien, pero es mucho mejor una subasta...el beneficio esta asegurado.
Me alegro de que la Periquita mayor haya abandonado su timidez por "profesionalidad" aunque no hay que olvidar que uno de los lemas de la Fundación es: "Todo por la pasta"...jajaja.

sole "chica" dijo...

Hola a todos!!!!!Lo primero de todo FELIZ NAVIDAD!!!!!Aquí estamos en el salón la familia al completo (Tito Anto, Tita Chani, Palomita, Anto y Salut!!!!!!Hemos leído tu entrada Sol y seguimos pensando lo mismo está genial, nos ha encantado todo desde el menú hasta la súper actuación de las periquitas,estoy segura que esta fue única y maravillosa(han tenido grandes maestros jejejejejejejeje). Os deseamos lo mejor para todos.
Besos Grumpy and D.House

Pacuelo dijo...

Crítica en su justa medida hermana, poco a poco nuestras sobrinas irán puliendo esas actuaciones hasta límites ya conocidos.
De verdad que se deshacía el solomillo en la boca, impresionante, me gustó más que el de mis barbacoas.
Besosss y ¡¡¡Feliz Navidad!!!