La luna se ha puesto de Steinbeck es una novela corta, de lo mejor que he leído últimamente. Es lo que tiene Steinbeck, que es un grandísimo escritor y, con unas pinceladas, dota de humanidad a los personajes y te traslada al ambiente de su historia. Su estilo es precioso, leerlo es un placer. Es la crónica de una ocupación. La primera reacción de un pueblo al verse invadido es de estupor, poco después la confusión se transforma en resistencia y los conquistadores comienzan a sentir la inseguridad y el miedo. Cada movimiento de defensa o de castigo se vuelve en su contra, el rechazo crece como una bola de nieve en una ladera hasta que se ven atrapados en el nuevo territorio que, con el paso del tiempo, se asemeja más a un papel cazamoscas que a un país sometido. Un ejercito tiene un líder, no así un hombre libre, cada uno es su propio adalid, no hay nadie al que descabezar para controlar su ansia de libertad. Esta pequeña novela está llena de frases brillantes: "La guerra es traición y odio, y torpezas de generales ineptos, tortura y muerte, y náuseas, y cansancio, y que cuando todo ha pasado, lo único que queda son nuevos desalientos y nuevos odios". Es un estudio humano de la desesperación y la esperanza, de que en la guerra no hay vencedores ni vencidos, y sí recuerdos que no deberían guardarse.
Sangre a borbotones de Rafael Reig es una novela algo rara, imaginativa, surrealista, medio policiaca y con conflictos éticos. Tiene un ritmo ágil, es ligera e, incluso en los momentos de tensión, no llega a producir inquietud. Se sigue bien y se lee con facilidad aunque me dejó la impresión de estar algo deslavazada. Me vino muy bien una noche de guardia que me llamaron por una hemorragia postamigdalectomía y tuve que ir al hospital (con semejante título... ¿acaso auguraba algo así? Por si acaso tendré más cuidado con lo que escojo los días de guardia). Por fortuna, el tema parecía haberse resuelto a mi llegada, no me pareció buena idea regresar a casa, era confiar demasiado en la suerte, con los sangrados siempre existe el riesgo de que se caiga la escara y vuelvan a las andadas. Me quedé en el sofá-cama del despacho totalmente desvelada, es lo que tiene la adrenalina, y me puse a leer; casi me la terminé antes de recuperar el sueño (aunque la paciente no volvió a sangrar esa noche, la comodidad del sofá no contribuyó al descanso).
The Ginger Tree de Oswald Wynd es un relato lento, escrito en forma de monólogo que, a pesar de que lo que narra no está exento de interés, no llega a transmitir emociones, le falta pasión y se hace pesado en ocasiones, con saltos y descripciones que afectan al hilo de la historia. La protagonista relata su vida en forma de diario, con algunas cartas entremezcladas. Su historia comienza cuando se embarca hacia China, a los 20 años de edad, para casarse con su prometido, destinado en Peking. Su matrimonio no resulta ser lo que esperaba. Embarazada de un militar japonés, huye a Japón donde se instala bajo su protección. Allí se enfrenta a las rígidas costumbres niponas y busca su independencia en un medio hostil. Quizá me esperaba más tras leer las buenas críticas de otros lectores de amazon.
The Pettibone name de Margaret Sidney es una historia algo anticuada, de mentalidad cristiana y devota y, en ocasiones, un poco ñoña, rasgo que no es del gusto de todos pero que tampoco disgusta en esta novela que, por su bondad y sencillez, resulta amable y tierna (sin pretender nada más). Antes de morir, Mr. Pettibone le confiesa a su hija Judith que ha hecho un nuevo testamento a su favor. Sin embargo, en el momento de la lectura del mismo, la herencia es para su hermano John y su familia. Judith se instala en casa de una amiga (la única persona que conoce su secreto) y cuida de sus sobrinos, les inculca aspiraciones y valores para que lleguen a ser personas de provecho. Cuando en su hogar surge un malentendido entre dos miembros respetables de la comunidad, Judith se siente responsable pero, a pesar de su prudencia y su diplomacia, se ve impotente a la hora de arreglarlo.
Something Rich and Strange de Patricia A McKillip guarda un cierto paralelismo con la Reina de las Nieves. En este caso la Reina del mar seduce con su canto de sirena a un humano que no puede resistirse a su llamada y está dispuesto a sacrificar cualquier cosa con tal de llegar hasta ella, aunque para ello tenga que enfrentarse a la muerte. Su amante va a rescatarlo por la escalera que une el mar y la tierra y busca la manera de liberarle de su promesa, aún a costa de sí misma. La historia es bonita, aunque lenta, porque McKillip se recrea en el preciosismo poético de sus descripciones. Su lenguaje está lleno de encanto y contribuye a la atmósfera onírica de la narración, aunque te tiene que gustar la prosa poética para disfrutarlo.
5 comentarios:
Veo que es muy variada la temática de las últimas novelas que te has leído. No sé si la de Steinbeck te la has bajado o la tienes en formato de papel. Si fuera esto último me gustaría que me la pasaras. Steinbeck es un autor que me gustaba mucho y del que hace tiempo no leo nada porque lo tenía un poco olvidado, pero esa reseña tuya me ha despertado las ganas de retomarlo, así que ha sido un buen recordatorio. Los otros autores y títulos ya no me han resultado tan sugerentes.
Tienes razón, el resto de las novelas son bastante prescindibles, sin embargo la de Steinbeck es estupenda. Ya te la pasaré. Muchos besos.
Gracias por compartir tus críticas. Sangre a borbotones, será uno de los primeros libros que desfilen cuando me decida a hacer limpieza de libros. Me apunto el de Steinbeck –me quedé en La perla–.
Besos
¡Hola Sol! Me complace leer eso de “siempre he sido inasequible al desaliento y tiendo a hacer lo que me parece, sin supeditarme a la opinión o a los gustos de los demás” ojala no cambies ya que debería ser una máxima para muchas personas que publican infinidad de escritos o blogs hay ciertos temas que jamás serán de masas así que mi niña comparto tú máxima plenamente. Sobre los libros no sé últimamente tengo poco tiempo para la lectura por temas personales pero tomo nota del primero ya en tu opinión nos lo indicas y eso no quiere decir que nos guste ya que los libros son como las obras de arte unas te hablan y te trasmiten infinidad de sensaciones y otras como que permanecen mudas al menos para mí y eso no le resta valor al libro u obra ya que a otros les pasara lo contrario.
Un besote
La perla de Steinbeck no es de mis favoritas, tiene demasiadas connotaciones negativas. Sin embargo nunca me canso de recomendar Cannery Row, rebosa sentido del humor y los personajes llevan a gala el disfrutar de la vida sin depender de nada material para ello. La luna se ha puesto no es tan optimista pero sí comparte algo de esa cualidad entrañable que hace a Cannery Row inolvidable. Steinbeck sabe hablarle al lector, de hecho es de los escritores que mejor lo hacen.
Besos y mil gracias por comentar: Sol
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