Un buen abrazo es una de las mejores cosas de la vida. Es una muestra compartida de cariño llena de cálida ternura que va acompañado de una sensación de fuerza, de seguridad y de protección sin parangón. Siempre se necesita, siempre es bien recibido, ya sea en los momentos de intimidad, o en los de alegría compartida. Sirve para celebrar los reencuentros y los triunfos y también para paliar las desilusiones y hacer más llevaderas las despedidas. Se entrega un trozo de uno mismo en un abrazo, la huella del contacto permanece en la piel incluso después de separarse, y perdura más o menos tiempo en el recuerdo. Abrazan los amigos, la familia y, muy especialmente y de una manera diferente y profunda, los amantes.
Hay abrazos inolvidables, llenos de significado. Están los abrazos de amor sin medida en los que se desea llegar a fundirse con el cuerpo del otro y se pierde la noción de las horas. Otros son abrazos dulces de consuelo en los peores momentos. Hay abrazos explosivos fruto del entusiasmo ante una buena noticia y también los hay que estimulan el coraje y que proporcionan el apoyo que faltaba para enfrentarse a los temores y a las dudas. Están los abrazos firmes, los que ayudan a levantarse tras flaquear, a mantenerse en pie, o los que respaldan las decisiones difíciles. Hay abrazos tímidos, los que arreglan malentendidos o los de disculpa después de un enfrentamiento y hay abrazos de alivio, tras un susto, o un fracaso. También existen los dulces abrazos sin orgullo de la reconciliación y del perdón.
No hay nada comparable a la confianza y al generosidad que se desprende de este gesto. Un abrazo de verdad es un regalo que se entrega sin reservas y se recibe con abandono, sin barreras, para permitir que llegue a lo más hondo. Es un intercambio en el que cada uno gana un poco, o un mucho más, de felicidad.
6 comentarios:
¡Te vas a enterar del abrazo que daré la próxima semana en la comida! ¡Un achuchón que no podrás respirar...ni comer! MJ
En el capítulo de los abrazos inolvidables, o mejor, de los que no debemos olvidar, está el de los políticos, que aprovechan para robarte el voto y además te meten la mano en la cartera.
El abrazo que nunca se debe aceptar es el del oso pero después de ver la ternura de la ilustración, me he quedado sin argumentos.
Muy buena y acertada la descripción de lo que es y significa un abrazo. Me quedo con el párrafo final “Es un intercambio en el que cada uno gana un poco, o un mucho más, de felicidad”.
Como no podía ser de otra forma, hoy me despido con un fuerte abrazo para ti, JMD.
Me encanta como los describes...y cuando se da un abrazo de corazón, entregas fuerza, cariño y consuelo...un abrazo, prima.
Sole.
Cuantos abrazos no debemos perdernos y descritos así menos.
No nos podemos perder ningún abrazo ,de los auténticos .
Un texto lleno de contenido, con el que estoy totalmente de acuerdo. sabes expresar perfectamente sus sentimiento y describir admirablemente tus sensaciones. Saludos, manolo.
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