La sopa de cebolla es una de mis favoritas. No era un plato que formase parte del repertorio de la cocina linarense y, pese a no profesar una especial afición por los caldos tradicionales, sentía curiosidad por probarla. Me atraía tanto la idea de su costra de pan tostado, cubierto por una sabrosa capa de queso gratinado y fundido, que olvidé mis prejuicios contra este tipo de guisos. Ésta era una sopa distinta al resto.
Recuerdo en concreto una que tomé en Estocolmo, donde a pesar de estar a mediados de Septiembre se agradecía cualquier cosa que calentase las tripas (y el resto del cuerpo). En ese restaurante, una barcaza amarrada al muelle, también tomamos (mejor dicho pedimos, pero no tomamos) unos bígaros vivos (y con tan pocas ganas de morir devorados por nosotros que se escondían en las profundidades de su concha cada vez que intentábamos extraerlos armados con un alfiler). Nos lo pasamos como los indios luchando contra aquellos bichos, sólo por las risas mereció la pena el rato. El camarero nos informó que ese era el punto de cocción en el que los grandes gourmets franceses se los toman habitualmente. Nos reímos aún más, aunque mucho más discretamente, cuando le pedimos al camarero que nos demostrase cómo se las apañaban los hábiles franceses para conseguir comerse los bichos. Tras fracasar en la prueba, a pesar de que le justificaba el no ser francés sino sueco, nos sustituyó aquellos bígaros por unas almejas. No recuerdo el segundo pero sí el postre: una de las mejores crème brulée que he probado nunca, tan buena que la tengo de referente.
Aquella sopa no fue lo mejor del menú, pero las circunstancias la convirtieron en parte de la anécdota. Más que calentar, abrasaba, tenía mucha, muchísima cebolla y una generosa porción de queso. Estaba bastante rica, aunque personalmente la prefiero más ligera. Mis recetas son muy sencillas, la segunda versión (tan rápida que es casi instantánea) es una modificación de la manera de prepararla de Pepa, una de mis grandes, y más queridas maestras, durante la residencia.
SOPA DE CEBOLLA
Ingredientes (para 4 personas)
Versión tradicional
1 hermosa cebolla (cortada y picada)
Aceite (para rehogarla)
1 brick de caldo de carne Gallina Blanca (es el que mejor sale, está tan rico que no hace falta prepararlo ex profeso para la sopa)
1 vaso de vino de Oporto (este es el vino más adecuado para este tipo de sopa, no tiene que ser un vintage, yo suelo usar un Ruby Porto que es barato y que también combina muy bien con las carnes)
Queso curado y rallado manualmente (parmesano, gruyere o manchego según gustos y despensa).
1 rebanada de pan tostado por comensal
Versión rápida ( casi instantánea)
1 brick de caldo de carne Gallina Blanca (no es publicidad, sólo preferencia)
1 vaso de vino de oporto
1 bote de cebolla frita crujiente (son trocitos de cebolla rebozados y fritos. En el IKEA los venden en bolsas pero se encuentran también en supermercados y yo los compro en mi carnicería habitual)
Queso curado y rallado.
Preparación
Versión tradicional
Calentar el horno mientras se prepara la sopa.
Poner las rebanadas de pan en el tostador.
Rehogar la cebolla hasta que esté transparente. Añadirle el vaso de vino de oporto. Esperar que humee unos segundos mientras se evapora el alcohol y verter el caldo. Dejar hervir unos minutos.
Poner en boles resistentes al horno. Colocar encima de cada uno una rebanada de pan tostado y cubrirla bien con el queso.
Gratinar durante un par de minutos en el horno, hasta que se funda el queso.
Servir muy caliente.
Versión rápida
Calentar el caldo con el oporto.
Mientras tanto repartir en el fondo de cada plato la cebolla crujiente y el queso rallado.
Verter directamente en cada plato, por encima de la cebolla y el queso, el caldo hirviendo.
Servir inmediatamente.
2 comentarios:
Buena receta, como bien sabes soy muy sopero-cebollero...así que la pondré en práctica en breve. Se agradece que pongas versiones xpress, todavia recuerdo una receta xpress de arroz blanco y lata de sardinas con tomate que me diste...cuando todavia no eras tan aficionada a la alta cocina....uhmmmmm rico rico!!!
Tiene una pinta muy buena. ¿pero, es proteina? Me lo salto.
un beso
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