Cuando era pequeña, una de las cosas que había que hacer en las vacaciones era acompañar a mi madre a su visita a Canena, el pueblo de mi abuela. El emplazamiento es muy bonito, rodeado de olivos, en la falda de una colina, con un castillo, aún en uso, coronando su cima. Tiene dos mil habitantes y, de ellos, unos mil novecientos deben de ser familia mía (sinceramente no sé de dónde han salido los cien restantes). Por supuesto, para que nadie se ofendiera por omisión, era obligado visitar a los dos mil. También resultaba ineludible tomar algo del aperitivo o de la merienda, en función de la hora, con los que te agasajaban en cada casa. Siempre he tenido buen diente y, un estómago insondable aunque, con los años, se ha vuelto más delicado. Sin necesidad de ayunar previamente, tan sólo el estímulo de imaginar aquellos manjares era suficiente preparación, empezaba la turné con apetito y me relamía, primero con anticipación y después con deleite, con las especialidades de cada hogar. Una de ellas era la "magdalena", como la llamaban por allí, que consistía en una plancha de delicioso bizcocho del que, recientemente, he conseguido la receta. Aún recuerdo una de esas tardes en las que empecé la visita con gazuza y me tomé tres pedazos de aquel bollo en la primera casa, demostrando con ello una falta absoluta tanto de moderación como de previsión. Casa tras casa nos fueron obsequiando con nuevos tentempiés, la mayoría en forma de la susodicha magdalena, aunque también probamos pericones y rosquillas. Tras haberme tomado cerca de una docena de aquellos generosos trozos, en una de las últimas visitas que realizamos, nos ofrecieron un poco de pan de pueblo con Tulipán (que, por aquel entonces, era algo novedoso, especialmente por esos lares). No pude darle más que un bocado y me pareció un mejunje incomible. Desde entonces, no he vuelto a probar esa marca. Pero la famosa magdalena que preparó, no hace mucho, uno de mis tíos en una reunión familiar, según la receta original, sigue siendo mi favorita. En la mencionada celebración, el resto tuvo que darse prisa para catarla ya que, al hecho de llevar años saboreando nada más que su recuerdo, se sumó el de que me pillase en muy buena posición en la mesa.
Aquí dejo la receta:
BIZCOCHO-MAGDALENA DE CANENA
Ingredientes
3
huevos
100
gr azúcar
50
gr harina
ralladura
limón
2
cucharadas aceite desahumado (de oliva, lógicamente, que para algo es oriundo de Jaén)
Elaboración
Separar
claras y yemas.
Batir las yemas con el azúcar.
Añadir la harina y la ralladura
limón. A continuación mezclar el aceite.
Por último, juntar las claras montadas a punto de nieve con instrumentos que no sean de metal y con movimientos suaves (para evitar que bajen).
Verter en un molde engrasado.
Cocer en horno precalentado a unos 190-200º aprox 30 min (pinchar para comprobar que sale limpio)
4 comentarios:
Engrasaremos el molde con un poquito de Tulipán.
Besosss
las claras se baten primero a punto de nieve?
Se me había olvidado ponerlo. Ya lo he corregido.
Interesante esta preparación y muy bonito el introito de la receta.
La receta la paso a mi bloc de cosas pendientes.
Saludos
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