miércoles, 16 de enero de 2013

Claudia di Paolo en Jorge Juan

Hace tiempo, en uno de mis paseos por el barrio de Salamanca, movida por la curiosidad, entré en el precioso salón de belleza de Claudia di Paolo: luminoso, elegante, lujoso, con ese tipo de lujo que invita, no el que abruma y te hace sentirte cohibida y fuera de lugar. Me recibieron con una sonrisa que derrochaba simpatía y encanto y me pasé allí un buen rato mientras me explicaban los detalles de algunos de sus innovadores productos. Entre otras cosas compré una original pulsera de neopreno que pensé que a hermanita le gustaría lucir en las playas brasileñas.

La pulsera no sólo gozó de éxito con su nueva dueña sino que también le entusiasmó a sobrinísima y, como se acerca su santo, le pidió a su madre una igual para esas fechas. Hermanísima, con su previsión habitual, no tuvo a bien informarme hasta que mis vacaciones llegaron a su fin y mi disponibilidad se vio limitada por el horario laboral. No sé si es que hasta ese momento había contado con que el influjo de las ondas cerebrales de sobrinísima, con sus reiteradas preguntas sobre cómo iba lo de su regalo, me alcanzase de algún otro modo. En vista del estrepitoso fracaso de mis dotes de clarividente, finalmente se decidió a darme alguna pista. Por si acaso, me  dio una última oportunidad y prolongó el plazo hasta el  cierre de las tiendas. El lunes por la noche fue el momento escogido para informarme de la noticia y el martes regresé a toda prisa a la tienda para comprobar si les quedaban más pulseras de ese estilo. Son un bien escaso, la casa francesa que las hacía las ha dejado de fabricar, lo que ha convertido esos brazaletes en piezas casi únicas y exclusivas.

En esta visita he aprovechado para tomar notas de los interesantes productos que una de las solícitas esteticistas, y la propia Claudia di Paolo, me han mostrado. El secreto de su filosofía de belleza está en conseguir el bienestar general de la persona, hacer que se sienta especial para que salga de allí relajada y con un aspecto radiante. Se usan productos especialmente seleccionados por su agradable textura y su eficacia, que se aplican con esmero, tiempo y dedicación para obtener los resultados deseados. Se cuida la piel, el cuerpo y el cabello. Uno es tan joven como se siente, al tiempo que mantiene la personalidad de sus rasgos y sus gestos permiten traslucir sus emociones. Para tener una imagen realmente atractiva no se necesita recurrir a botox, a estiramientos, a infiltraciones y a implantes que borren años y expresividad. Es una filosofía con la que estoy muy de acuerdo: cuidarse para sentirse mejor y que eso sea lo que se refleje en el exterior.

Si se escarabajea en su web se descubre que hay mucho donde elegir, todo igualmente tentador para darse un pequeño homenaje que refuerce el ego. Claudia se siente especialmente orgullosa de sus tratamientos con la marca "Evidens de Beauté", la joya de la casa, el equivalente a la alta costura de la cosmética. Es una línea creada por un francés en honor a su esposa, natural de Japón y adicta a los cosméticos como la mayoría de las japonesas, y de las mujeres en general, y decepcionada por la mayoría de sus promesas. Decidió hacer una firma de confianza, que sólo prometiese aquello que podía cumplir, y lo hizo tan bien que sus productos se utilizan incluso para ayudar a regenerar la piel en algunas unidades de quemados hospitalarias. Es el único centro en Madrid con este tratamiento tan exclusivo. Me han dado un vale descuento que usaré para poder informar de los resultados en otro post.

Entre la mercancía de la tienda hay cosas muy interesantes, como el concepto de Guante Líquido de La Ric, para aplicar tras la crema de manos y prolongar su duración, muy útil en una profesión como la mía. Me encantaron los preciosos jabones con aspecto de auténticas rosas, y por supuesto los millones de cremas maravillosas entre las que resulta difícil escoger. Es como encontrarse en la Gruta de los Deseos de Aladino. También hay productos en los que el cuidado y la belleza se aúnan con la diversión, como sucede con la sofisticada cosmética sexual de "Yes for Love" para jugar, dar besos tan ardientes que te dejen helado, hacer cosquillas, brillar en la oscuridad, inspirar, estimular la imaginación y, a modo de Valmont, escribir mensajes  secretos sobre el cuerpo con tinta invisible que se revela bajo la luz de una linterna, o bajo la luz de una vela que se derrite en un cálido aceite de masaje. ¡Todo para seducir, despacio y uno a uno, cada uno de los cinco sentidos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre miaaaa!! Para mi esto es mejor que una pastelería. La verdad es que con lo caprichosa que soy tendré que plantearme mucho el poder ir...
(esto lo digo sólo para convencerme porque seguro que cualquier día voy a echar un vistazo)
Eso Sí!!.. Pienso decirles que es que lo he leido en un blog dondehablan maravillas y ponen los dientes largos ;P

Carmen dijo...

Yo también tendré que darme un paseo por allí contigo y con Palomilla. Habrá que esperar a que nos devuelva la Administración el dinero que nos ha robado impunemente porque si no...sólo vamos a poder irnos con la bolsa.