Me encontré con este pequeño libro en mis zapatos de Reyes. Fue un regalo inesperado y ha resultado ser una maravillosa sorpresa. Llama la atención su sencillez, reflejo de la inocencia de su protagonista. Es una preciosidad. Cada palabra está perfectamente engarzada en su sitio, sin excesos, para crear esta joya. A través de su lenguaje poético, fluido y conciso, el lector se introduce en la vida del barrio napolitano de Montedidio. La historia está narrada con la ingenua naturalidad de un adolescente que deja atrás la infancia para empezar a ser adulto. Los personajes son corpóreos, entrañables, humanos. Las relaciones entre ellos evolucionan a lo largo de los párrafos sin necesidad de más explicaciones. Es un libro que se lee de un tirón y, al mismo tiempo, es una obra para recrearse en cada página. Posee frases con reflexiones maravillosas, reveladas de un modo sobrio, directo y muy sincero. Me gustó tanto que, según lo terminé, fui a comprarme
otro del mismo autor.
Esta cita lo resume: "El bumerán procede del mar, tiene que volar, mientras hace crecer los músculos de un chaval que aún apesta a tinta de colegio, trabaja desde junio para un carpintero y escribe sobre su nueva vida con un lápiz en un rollo que le regaló el tipógrafo de Montedidio, un resto de bobina."
Mi madre y yo coincidimos en marcar la página 110; inolvidable: "Lo que siento no es nostalgia, sino presencia." "Sentir nostalgia no es echar de menos. Es tener una presencia, una visita." "Sí, de ese modo cada vez que eches de menos darás la bienvenida, acogerás"
1 comentario:
Pues nada, tendré que descargarme algunos libros de este autor en mi Kindle y ya os iré contando. Voy a empezar por el que nos has recomendado a ver qué tal.
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