lunes, 9 de enero de 2012

"El Paraguas"


El Restaurante "El Paraguas" se situa en el nº 16 de la C/ Jorge Juan del Barrio de Salamanca de  Madrid (Tfno: 91 431 58 40). Es un restaurante asturiano en el que las recetas tradicionales de esa región son elaboradas a la perfección. La carta es amplísima: entradas con oricios, croquetas, zamburiñas, rollitos de carabineros, ensaladas entre las que se incluye la de bogavante, platos de verduras, variedades de arroces (para compartir), guisos que van desde las clásicas fabes a las suaves alcachofas con almejas, carnes como el tartar bravo vuelta y vuelta, el cochinillo confitado y el contundente rabo de toro y por supuesto, pescados, con el típico pixín al que le dan el punto justo de consistencia y jugosidad.

La entrada está decorada a modo de bodegón con fuentes de productos frescos y cazuelas colgadas de la barandilla de una escalera de madera. Si se baja, hay una barra en la que esperar mientras preparan la mesa. En nuestro caso, tardaron tan poco, que ni siquiera llegaron a ponernos una cerveza. Subimos y nos la tomamos cómodamente sentados, en las amplias habitaciones dispuestas de comedores. Los techos altos y los balcones a la calle contribuyen a crear un ambiente acogedor y luminoso. Los tonos crema de las paredes adornadas con sencillas molduras, la amplitud de la sala y de las mesas, van acorde con la ubicación señorial del local.


El servicio fue impecable en cada momento. No se demoraron en tomar nota como en otros sitios que se olvidan del comensal durante casi media hora, nos aconsejaron en lo que les preguntamos y también nos ayudaron a la elección del vino según nuestros gustos. Nos sugirieron un Malleoulus 2008 (Ribera del Duero) de bodegas Emilio Moro, tan bueno que tendremos que hacernos con algunas botellas para casa.




Los entrantes nos los trajeron directamente servidos en dos platos para compartir. Pedimos las zamburiñas gratinadas (la foto es de media ración, el fondo es sal verde para la presentación). Además de bonitas, estaban de muerte: suaves, cremosas. Una auténtica delicia. También nos repartieron los rollitos de carabineros, que son una versión mejorada de los rollitos asiáticos, con un poco de salsa de marisco de esas que no se perdonan, aunque no quede muy elegante lo de mojar pan.
En los segundos yo me decanté por las alcachofas guisadas con almejas y House se fue al Pixin a la Asturiana. El rape es su pescado favorito, y este reunía todos los requisitos: carne blanda, fresca y firme con una salsa ligera que no destacaba sobre el sabor del pescado ni lo convertía en algo pesado o indigesto. Mis alcachofas también estaban estupendas, todo corazón, sin incómodas fibras, y la almejas eran grandes y muy sabrosas. Aún así, me inclino por el pixin, que era realmente excelente.

Estaba todo tan bueno que  nos pareció un crimen irnos de allí sin probar los postres. ¡Ya cabría por algún hueco! Nos comentaron que la tarta fina de manzana goza de mucho éxito, aunque la guardaremos  para otra ocasión. House se decidió por las torrijas con crema de canela. El pan se deshacía en la boca, que no en el plato, y estaban cubiertas por una fina costra un poco tostada-caramelizada de azúcar con canela sobre un fondo de natillas. La canela no predominaba sobre el resto de los sabores y, eso, pese a la suavidad de las torrijas.


A mí me habían llamado las natillas con merengue tostado (foto). La crema tenía la consistencia perfecta y el merengue era muy ligero y sin exceso de dulzor. Estaban aún más ricas de lo que uno se imagina por la foto.

Junto con los cafés unas tejas finísimas, casi una red de caramelo tostado con láminas de almendra, tan crujientes y delicadas que se partían al tocarlas. Deliciosas.

En resumen, da gusto salir a comer y hacer eso, comer de verdad, y no degustar un precioso tentempié en dosis perceptible para extasiar a  las papilas gustativas pero insuficiente para calmar el centro del apetito hipotalámico. La presentación de los platos estaba tan cuidada como su elaboración y la atención y el dinamismo del servicio, intachable.  Repetiremos.





1 comentario:

Sole dijo...

Así da gusto,verdad?Desde luego si hay que lucirse comiendo en algún sitio solo hay que preguntarte. Supongo que este fin de semana has estado disfrutando y me parece genial, aunque nos dejaras sin entrada en el blog ;-)
Besos, prima