El ajado tomo del Año Viejo
ha cerrado sus cubiertas,
y cobija en su interior
los recuerdos imborrables
de estos últimos doce meses.
Las hojas relucientes de un nuevo libro,
abierto sobre la mesa del tiempo,
aguardan inquietas a ser escritas.
Sueñan con las letras que se engarzarán en ellas,
y grabarán cada día,
un sinfín de líneas hechas
con ilusiones cumplidas
¡Feliz 2012!
un sinfín de líneas hechas
con ilusiones cumplidas
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