Inteligencia

Dicen que el CI de Marilyn era superior al del mismo Einstein. Dentro de que el genial físico no era una persona precisamente integrada en la sociedad y tuvo conocidos problemas escolares, sus desventuras distan mucho de ser comparables a las desgracias que persiguieron a la actriz desde su infancia y que la marcaron, de tal modo, que llegaron a bloquear todo su potencial. Sus inseguridades y complejos, así como sus mecanismos de autodefensa para olvidar los abusos de los que había sido víctima, contribuyeron a hacer de ella el paradigma de "rubia tonta".

En mi opinión no le encuentro sentido al dicho de pasarse de listo, salvo para marcar la envidia del que realiza el estúpido comentario en cuestión. Nunca dar muestras de inteligencia supone un motivo para provocar una mala impresión.  Por el contrario, se queda mal si el exceso es de tontería. Aunque existen los "destellos de lucidez", por desgracia son mucho más frecuentes los alardes de estupidez. Estos siguen además una regla inversamente proporcional con la humildad, por lo que, el idiota, aprovecha más las ocasiones de recalcar su virtud que el afortunado dueño de un cerebro funcionante.

Es evidente que la distribución de la inteligencia no es homogénea en la población y que, por desgracia, el equilibrio de la excelencia en algunas facetas de esta deseada cualidad se suele conseguir a expensas de casi anular el resto. Incluso los que presumen de una gran inteligencia académica no alcanzan nunca la omniscencia y su dedicación al estudio relega con frecuencia lo relacionado con temas sociales y emocionales.

Una buena inteligencia emocional puede suponer un comportamiento demasiado racional y dar la impresión de un carácter frío, secundario al buen control de las pasiones. En ocasiones, no se reconoce el mérito de estas personas hasta que no se las conoce más a fondo. Poseen una gran sensibilidad debajo de la costra de sensatez. Son grandes amigos y sus cualidades siempre hace que sea más que recomendable el tenerlos cerca.

Por otro lado, un exceso de sensibilidad suele conllevar comportamientos impulsivos. No es algo malo para la humanidad en general, ya que da lugar a grandes genios del arte: Caravaggio, Mozart, Picasso, por poner un ejemplo evidente, sin embargo la vida de los que les rodea puede resultar complicada. No obstante, en muchos casos, la admiración que despiertan con su don compensa las dificultades que entraña el formar parte de su círculo.

El equilibrio no está en la mediocridad en cada uno de los aspectos sino que lo que realmente indica una mente privilegiada es la que consigue destacar en todos ellos: académico, social, juicio, sensibilidad y que, además, no exhiba su superioridad y la emplee para manipular al resto de torpes que le rodean, sino que suponga siempre un apoyo para el resto. Tengo la suerte de estar rodeada de algunas de estas personas, entre las que incluyo por supuesto a House. Hoy es el cumpleaños de una de estas grandes amigas, que rompe los tópicos sobre las rubias, salvo en lo que a belleza se refiere.

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES!