Cuando bajo a Linares, Lucky suele hacerme una, de la que Lalu y yo damos buena cuenta. Ambas estamos aún decidiendo si nos gusta más templada o fría, así que, mientras resolvemos nuestro dilema, la probamos de ambas formas para ayudarnos a salir de dudas. Aunque ponemos en ello todo nuestro empeño, no logramos llegar a una conclusión definitiva, así que tendremos que seguir con nuestra cata hasta entonces. Nos sacrificaremos con mucho gusto. Lamento informar que el cupo de jurados está completo. Sólo hay plazas para el puesto de juez sustituto en el caso de que las titulares no puedan estar presentes para oficiar los honores. Se recogen solicitudes en los comentarios.
Ni que decir tiene que, además, está asociada a un millón de agradables recuerdos de los momentos pasados en casa de los titos. Aquellas tardes en la cocina mientras ayudaba a la tita a montar las claras o a extender la base de galletas sobre el molde. Luego había que estar muy pendiente para controlar la cocción en el viejo horno con dos posiciones (alta y baja). Recuerdo que había que jugar constantemente con la temperatura para darle el punto perfecto, cosa que, por supuesto, Lucky siempre conseguía. Durante la deliciosa espera rebañábamos los restos de la masa pegados al recipiente en el que la habíamos preparado. Recién hecho, en la merienda, está deliciosa, aunque conviene esperar a que se temple un poco para que no se desmorone al partirla. Tiene una costra exterior finísima, del grosor mínimo necesario para contener el relleno de queso de su interior. El relleno adquiere diferentes texturas, a cual más apetecible: en la zona inferior se deposita una pequeña franja de sabrosa crema, de la parte más pesada del preparado, que se deshace en la boca, por encima de esta, queda un espumoso soufflé que le aporta ligereza al conjunto, de modo que se come sin sentir, y se hace imprescindible repetir. Está igual de buena templada que en la tertulia tras la cena, del tiempo, y a la mañana siguiente, en el desayuno, tras pasar la noche en la nevera, está tan rica que no hay mejor manera de empezar el día. Siempre aparecían unos cuantos convidados que parecían oler lo que se cocía, por lo que el pastel nunca pasaba de ese desayuno.
En vista de que aún nos queda por tomar la importante decisión de si la tarta está mejor templada o fría, aprovecho para recordar desde el blog a las artistas de este pastel que cualquier momento es propicio para saborear una muestra del producto a estudio.
TARTA DE QUESO DE LUCKY
Ingredientes
Para la base:
Galletas María
Mantequilla (una cucharada)
1 cucharada de Whisky
1 cucharada de leche condensada
Para el relleno:
500 gr de leche condensada La Lechera
6 huevos: separar claras y yemas
Un par de cucharadas de maicena disueltas en un vaso de leche
Ralladura de 1 limón
Zumo de limón
2 paquetes de Philadelphia Light (sirven otros quesos pero con este queda muy sabrosa)
Elaboración:
Base: Ablandar la mantequilla y mezclarla con la leche condensada y el whisky y un poco de agua. Remojar las galletas y cubrir con ellas un molde desmontable, aplastándolas y juntándolas entre sí. Dejar enfriar en la nevera mientras se prepara el relleno.
Relleno: Batir el queso con la leche condensada, la maicena con la leche, el zumo de limón, la ralladura y las yemas.
Montar las claras a punto de nieve.
Con cuidado, incorporar las claras a la crema de queso.
Verter la preparación sobre el molde de galleta.
Cocción: Hornear a unos 180º unos 35 minutos (si se tuesta demasiado por arriba se puede cubrir con papel de plata pasados unos 20 min). Estará hecha cuando al moverla no ondee la superficie. Conviene pasar un cuchillo por el borde para separarla del molde y evitar que, al enfriarse, tire al retraerse y se agriete la superficie. Dejarla un rato en el horno apagado, con la puerta entreabierta, para que no se baje del todo el soufflé.
Instrucciones para el correcto consumo:
- Pasar por la cocina para aspirar los aromas mientras se espera con impaciencia a que se temple lo suficiente como para cortarla.
- No empezarla hasta que al menos uno de los miembros del jurado esté presente. Se nombrará a un sustituto, preferiblemente con algo de experiencia, cuando no estén ambos. En caso de que la tarta haya sido elaborada por otra cocinera de la familia, debe avisar a alguno de ellos para así evitar sesgos en el estudio.
- Esperar su valoración (a veces es necesario que repitan para apreciar bien todos los matices)
- Repartir la tarta con cuidado de dejar un pedazo para el desayuno de los jueces a la mañana siguiente de modo que pueda completarse el juicio.
- Repetir el experimento, cuantas veces sean precisas, para cotejar los datos (éste es uno de los pasos básicos del método científico cartesiano).
2 comentarios:
Hola primi!!!!!! Me alegro muchísimo de que pasaras ayer un día mágico,por supuesto que te lo merecías. Este viaje no voy a poder estar ahí para acompañarte como "experta" jurado pero se que tú lo harás genial jijijiji, te cedo mi trocito de tarta para que puedas desayunar al día siguiente. ummmmmmmm!!!!!! jejejejeje. Mil besos y disfruta de ese día en familia, hasta muy prontito. Hermana confío en ti ehh!!!!!
Besos. Lalu
Me parece a mí que el puesto de juez sustituto ya está ocupado Rigolilla, jeje, por cierto Palomilla, acuérdate de echarle un poco de "pince" a la tarta, es un ingrediente que he echado en falta en la receta, y le da un toque...
Besosss
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