viernes, 7 de diciembre de 2012

"Galletas de mantequilla" de hermanísima

Hermanísima es como una gallina clueca que disfruta cuidando de sus polluelos, y, por supuesto, sus polluelos se dejan cuidar encantados. Siempre le ha gustado tener la casa perfecta y cuando ejerce de anfitriona se esmera en cada detalle, no ya sólo en los más tradicionales sino que suele añadir unos cuantos extras, generalmente de su propia cosecha (y nunca le faltan ideas). 

Sus primeras navidades de casada, aún sin niñas de las que ocuparse, se entregó con ahínco a la decoración de la casa y puso lazos hasta en los picaportes de las puertas (para diversión del resto y desesperación de cuñadísimo que, pese a todo, la dejó hacer). No eran unos lacitos finos y lacios de espumillón, de esos que cuelgan con un simple nudo para aportar un detalle de brillo. No se trataba de nada de eso. Consistían en unas enormes lazadas de una cinta tiesa con un estampado de tartán escocés a las que, para más inri, les había añadido un motivo navideño variado (bolas de cristal y otros adornos del árbol). Por supuesto tampoco faltaba el correspondiente árbol, el Belén completo y unos cuantos lazos más, de la cinta que había sobrado, sobre cada una de las baldas de la estantería.

Previamente, ya había intentado perpetrar atentados similares a la estética en el dormitorio que compartíamos. Claro que mi disposición estaba bastante alejada a la de su complaciente marido y, finalmente, se tuvo que limitar a poner unas cenefas, que yo siempre miraba con el ojo aún más torcido que las líneas que ella había pintado, sobre la caja de la persiana. Su sirena de papier maché demostró ser indestructible, y eso que no era yo la única en tirarla, por supuesto accidentalmente, en cuanto se ponía por delante. En vista de todos los percances de los que era víctima la desgraciada figura, la Señora optó por ponerla a salvo en lo más alto de una estantería. Lástima que con todos los libros que dejábamos delante, la pobre escultura terminase decentemente enterrada bajo los volúmenes y sin posibilidad alguna de exhibir ante el público ninguna parte de su extraordinaria anatomía. 

Hermanísima no sólo disfruta con lo de embellecer su hogar sino que también es terriblemente hacendosa (otra cualidad de la que también hizo acopio de mis genes correspondientes. De las cosas caseras, para exasperación de la tita Mercedes, creo que sólo me tocó lo de ser "cocinicas"). Esta receta, y el texto que la acompaña, es toda suya (las fotos se veían regular así que he optado por mis ilustraciones habituales)

GALLETAS DE MANTEQUILLA
(Para dos bandejas de galletas: unas 30 galletas o más)
Muy importante, la masa debe enfriarse un mínimo de dos horas antes de hacer las galletas pero salen mejor si se hace la mas un día y las galletas otro. Son muy fáciles si se siguen los pasos y a los niños les chiflan. Os aconsejo que os compréis un corta pastas chulo en los chinos o en alguna tienda de internet y el fondant también lo venden en internet, es una pasta de azúcar muy fácil de trabajar (igual que la plastilina se ablanda con al amasarla) y está riquísima. Os dejo este enlace donde podéis comprarla por Internet a buen precio.

Ingredientes:
250 gr. de harina
175 gr. de mantequilla en pomada (NO puede estar fría, esto es muy importante para que salgan bien).
75 gr. de azucar glas.
1 cucharadita de azúcar avainillado o esencia de vainilla.
1 huevo pequeño.
Fondant de colores o blanco (yo lo compro blanco y como tengo en casa colorante líquido rojo amarillo y azúl, me hago el color que quiero, hay gente que prefiere comprarlo directamente de colores y/o sabores).
Adornos de pastelería (opcional)
Un pellizquito de sal.

Elaboración:
Mezclar la mantequilla, el azúcar avainillado y el azúcar glas con unas varillas, con a montadora de claras o con la Thermomix y sus mariposa en velocidad tres. Cuando la mezcla blanquee, añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que se mezcle bien. Añadimos la harina y el pellizquito de sal y mezclamos poco y rapidito ya que no tiene que quedar una mezcla muy homogénea. Lo metemos en la nevera envuelto en film transparente y lo dejamos reposar hasta que esté bien duro.

Al día siguiente:
Sacamos la bandeja del horno y lo precalentamos a 180 grados.
Espolvoreamos la superficie de trabajo con azúcar glas y estiramos la masa con un rodillo de 3 mm de espesor aproximadamente (es importante que todas las galletas sean del mismo grosor para que no se nos queden unas crudas y otras se pasen).
Cortamos las galletas con el cortapastas que más nos guste y las ponemos en la bandeja encima de un papel de horno (lo venden en mercadona muy barato).

Las horneamos entre 10 y 12 minutos y NUNCA abrimos el horno antes de que pasen al menos 8 minutos.
Las sacamos y las dejamos enfriar antes de separarlas del papel porque si las sacamos en caliente se parten.

Una vez frías, amasamos el fondant (truco: meterlo unos segundos en el micro para que se ablande antes y no cueste amasarlo), lo estiramos, lo cortamos con el cortapastas de las galletas y lo untamos con agua por el lado de dentro para que se pegue a la galleta. ¡RIQUIIIIIIISIMAS!

Os he dado todos mis trucos para que salgan perfectas. Si no os salen es que sois manazas, manazas ¡jejeje!

TIP PARA TIEMPOS DE CRISIS: yo voy a comprar unas cajitas bonitas, las voy a rellenar con las galletas de motivos navideños y se las voy a regalar a los profes de mis hijas por Navidad. Es un detalle muy bonito y sale muy bien de precio. Si ponéis una tarjetita mona, ya queda perfecto.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Jejeje. Qué cursi soy. No se da uno cuenta de como es hasta que no se ve desde otro punto de vista. La verdad es que muchas veces he pensado que nací en la época equivocada y que (aunque me encanta mi trabajo y disfruto un montón con él) habría sido tan feliz en mi casa con un montón de críos e ingeniándomelas todo el día para hacer cosas chulas con ellos. También es verdad que tendría que ser rica porque si no entre lavar la ropa, limpiar y cocinar no tendría tiempo para coser, decorar y hacer monerías en la cocina.

Elvis dijo...

Grumpy, como se nota que no compartiste habitación con ella cuando puso el papel sobre la caja de la persiana: a las cenefas les puso unas líneas uniendo la de arriba con la de abajo y, por sí aquello era un poco soso, en el centro pintó una flor verde, bien grande!!! Recuerdo que el día que salió por la puerta fue lo primero que cambie!! Todavía tengo pesadillas......