En otoño, invierno y primavera unas buenas medias con las que cubrir las piernas son una prenda esencial. Tengo un cajón ocupado por gurruños anudados entre los que nunca encuentro el adecuado. Saco unas, no, demasiado finas y me voy a congelar. Tiro de otras, ¡uff! tienen brillos, tampoco me van. Las siguientes son de un color similar al yodo, la luz de las tiendas engaña y el tono cambia. Prosigo la búsqueda. Salen las de compresión, muy útiles para el quirófano pero no para lucirlas. ¡Oh, sí! ¡Al fin! Pues no, esas tampoco, tienen una carrera que podría describirse como una pista de maratón ¿Para qué las guardé? Creo que para los pantalones ¿Es que llevo alguna vez medias bajo el pantalón? Se puede decir que no. No me acuerdo nunca de ellas hasta que me los he puesto. Para entonces no me los voy a quitar y opto por los calcetines. Definitivamente tendré que tirarlas en algún momento. Ahora no me sobra tiempo. Me apresuro a sacar otras. Las rotas las dejo fuera... y ahí se quedan. Se me olvidan y regresarán al cajón sin que me dé cuenta (las colocará allí la asistenta). Tras diez minutos de indecisión me acuerdo de haber comprado unas nuevas. Estrenar siempre está bien ¿Dónde las dejé? Aún siguen en la bolsa. Las encuentro, me las pruebo, me decido: son perfectas.
"Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que cada uno pueda encontrar la suya." El Principito.
jueves, 21 de marzo de 2013
Trajín matutino
En otoño, invierno y primavera unas buenas medias con las que cubrir las piernas son una prenda esencial. Tengo un cajón ocupado por gurruños anudados entre los que nunca encuentro el adecuado. Saco unas, no, demasiado finas y me voy a congelar. Tiro de otras, ¡uff! tienen brillos, tampoco me van. Las siguientes son de un color similar al yodo, la luz de las tiendas engaña y el tono cambia. Prosigo la búsqueda. Salen las de compresión, muy útiles para el quirófano pero no para lucirlas. ¡Oh, sí! ¡Al fin! Pues no, esas tampoco, tienen una carrera que podría describirse como una pista de maratón ¿Para qué las guardé? Creo que para los pantalones ¿Es que llevo alguna vez medias bajo el pantalón? Se puede decir que no. No me acuerdo nunca de ellas hasta que me los he puesto. Para entonces no me los voy a quitar y opto por los calcetines. Definitivamente tendré que tirarlas en algún momento. Ahora no me sobra tiempo. Me apresuro a sacar otras. Las rotas las dejo fuera... y ahí se quedan. Se me olvidan y regresarán al cajón sin que me dé cuenta (las colocará allí la asistenta). Tras diez minutos de indecisión me acuerdo de haber comprado unas nuevas. Estrenar siempre está bien ¿Dónde las dejé? Aún siguen en la bolsa. Las encuentro, me las pruebo, me decido: son perfectas.
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4 comentarios:
¡Uff, qué tensión!Lo que no sé es cómo con tanto dilema llegas todos los días puntual al trabajo. (Tendrás que explicarlo en otra entrada)
Son unas preocupaciones cuya ausencia me preocupa. Me doy cuenta de que no me pasa nada de eso por la mañana.
Con dos hijas, poca asistenta, los hijos de la vecina, el marido que sale a la misma hora y un armario enano (y un zapatero más enano todavía) te aseguro que no me da tiempo a tanta cosa jeje. Tiro de vaqueros, camiseta, chaqueta y botines y ¡A correr!
Ay, Sol, como me haces reír! Y lo mejor es que me veo igual que tu la mayoría de las mañanas. Pero si podemos con todo!
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