domingo, 28 de julio de 2013

Presencia

Sunday morning- Lauri Blank
Ya lo dice Erri de Lucca, hay nostalgias que no son nostalgias sino presencias. No se alejan, no se olvidan, no se desvanecen con el tiempo sino que están siempre ahí, a nuestro lado, en nuestros recuerdos, permanentes en un rincón de nuestra mente. Cualquier lugar, cualquier olor, cualquier detalle nos hace retroceder en el tiempo, en ese momento se vuelven corpóreos, inmediatos y regresan por un instante a nuestro lado. Son instantes dulces que dejan un poso agridulce, pero que no se cambiarían por nada del mundo y mucho menos por el olvido.

Esther va en el coche cuando paso por la cuesta al volver de casa de mis padres. Tengo grabadas las escaleras del infantil y los pasos desde el descansillo hasta el fondo del pasillo donde estaba su habitación. Los saludos a las enfermeras del turno de noche, y también a las de la mañana y la tarde, que con frecuencia se convertían en conversaciones. Es el recuerdo del sabor harinoso de las croquetas de la guardia del hospital, que la cocinera me guardaba para llevarle a Sole porque sabía que le gustaban. Es parte de la historia de un saco de dormir guardado en el maletero de mi coche, o extendido durante meses, noche tras noche, sobre el suelo del hospital para que hiciese de cama a mi prima. Pienso en las madres que, llenas de esperanza, se reunían a desayunar después de maldormir y compartir el baño de la sala de espera, y que se animaban unas a otras hasta que no podían más.

Esther tiene su hueco en las reuniones de los primos, que nunca quería perderse. En realidad nunca quiso perderse nada y por eso dejó un poco de ella en todo, aunque la mayoría la guardó para su adorada mami. Juntas agotaron hasta su último cartucho de felicidad.

3 comentarios:

Carmen dijo...

Un privilegio para todos fue el tiempo compartido. Mi prima fue una madre diez ya que es una persona 10, no tiene dobleces, es transparente desde pequeña y así ha seguido. Un abrazo muy fuerte para mi Sole desde el otro lado del Atlántico, ya sabes que te quiero y que nuestra Esther está muy bien acompañada y cuidada por tanta gente buena que tenemos al otro lado.

Anónimo dijo...

Gracias, primas...Se que me queréis, no tengo ninguna duda, igual que todos queríais a mi hija.
Hace 20 años, a las 8:15 de la tarde nació la persona mas importante de mi vida.Le encantaba celebrar su cumpleaños, y alguno que otro lo celebramos en Madrid...
Hoy, como todos los días, se agolpan los recuerdos y me cuesta trabajo escribir...Felicidades, mi niña
Sole

Anónimo dijo...

Felicidades querida Esther; sabes que siempre, en todas nuestras reuniones, conversaciones, fiestas, risas, penas, sueños y pensamientos estás. Muchas gracias Groumpy por compartir tus palabras y experiencias q también son las de nuestra Sole.
Prima Sole tengo que decirte que aunque lo veas como un imposible seguirá habiendo buenos momentos y tú siempre has sido una luchadora de los buenos momento, lo eras para tu hija y lo eres para unirnos a todos. Estoy muy orgullosa de tí,siempre das una lección de entereza y esticismo aunque agonices en ello.
Ahora te envío todo el animo del mundo para esta nueva meta que has comenzado y deseo que sea muy fructífera. Mil bs para Hermanísia, Grumpy y mi Sole.
Pal