lunes, 7 de octubre de 2013

¿Tanques?

Un coche de lujo, mejor y más grande, se ha convertido en muchos casos no en una comodidad sino en un símbolo de riqueza que ratifica la presencia de su propietario en la élite de la sociedad. Por desgracia la urbanidad que debería acompañar las aspiraciones de nobleza no se vende junto con el mastodonte, sino que más bien se lleva a gala lo contrario. Si uno tiene un vehículo de esas características: ¿cómo va a resistirse a exhibir sus cualidades? Hay que hacer una demostración de poderío sólo equiparable al comportamiento de un hombre de las cavernas montado sobre un dinosaurio (valga el anacronismo). Conducir entre esa panda de homo erectus transformados en fieras se convierte en una atracción similar a la de una visita a Jurassic Park en plena estampida de Tiranosaurios rex.

Las marcas se aprovechan de las pretensiones de aparentar de estos individuos para sacar "verdaderos" tanques al mercado. Carros de combate de ciudad que avasallan, ya desde el retrovisor, al pobre conductor de un utilitario clásico y querido. Sin embargo están engañados. Aunque lo parezcan, no son tanques. Ya lo demostraron en Top Gear. ¿Cómo? Los enfrentaron.

¿Queréis verlo? (es buenísimo).



La conclusión final del episodio: "Si planeas invadir otro país, usa un tanque". 

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