Hermanísima me ha enviado la entrada de hoy. Es la continuación de sus desventuras texanas.
He decidido hacer una lista de pros y contras de nuestro viaje para que vosotros juzguéis:
Hoy voy a ir sólo con los pros. Después de unos días en Houston he vuelto a mi jornada de ocho clases al día, más dos tutorías con media hora de descanso para que no me despiste y si además de esto escribo los contras, me muero ahora mismito sin escribir ni una letra más.
Después de años de crianza de nuestras hijas, me he vuelto a dar cuenta de que mi marido es la persona más estupenda que conozco, que me quiere más de lo que me merezco, que es un super padrazo y que sabe estar en su sitio cuando la situación lo requiere. Si no hubiera sido por él, mi viaje ya habría terminado porque físicamente y psicológicamente no lo habría resistido. Ya sé que muchos os estaréis llevando las manos a la cabeza pero tengo que deciros que Rafa es el primero para unas risas y unas copas pero también lava, limpia, hace camas, almuerzos, juega con el gato, hace deberes, compra, organiza casa...como el mejor. Aunque todos creéis que yo soy una persona más centrada y equilibrada que él, eso no es cierto, cuando se me rompe el equilibrio (y os juro que aquí se me ha roto unas cuantas veces) mi marido es el que sabe hacer o decir lo justo para que sea capaz de seguir adelante. A veces simplemente me ignora durante el tiempo necesario para que recupere la cordura.
Otra gran ventaja de esta aventura ha sido reconocer lo dependientes que somos de las personas a las que queremos y lo que las necesitamos: yo puedo estar sin jamón, queso o chorizo, pero sin mi Linares y todo lo que Linares supone a nivel humano para mi, el resto de mi familia, mis amigas del cole, mis amigas de la casa, mi Palomilla, María, Oscar, los peques y sobre todo sin mis hermanos y mi madre, no puedo estar. Es durísimo. Mis sobrinos, mi cuñada, la abuela, mi suegra y la abuela Carmina, pienso en todos todos los días. Como la memoria es selectiva, pues además uno recuerda lo mismo que en los programas de Fin de Año: ¡Los mejores momentos de..!
Seguimos. Es estupendo hacer nuevos amigos: gente maravillosa que trabaja en condiciones lamentables y que encima tiene tiempo para ayudarte. También puedo visitar a viejos amigos que viven aquí: los García, el hermano de Jacobo, su mujer, su hija y sobre todo cuento con la posibilidad de que mis hijas estén cerca de su abuelo y de que puedan tener una relación más cercana con él. Mis abuelos y la abuela de Rafa han sido pilares fundamentales en mi vida y quiero que las "aborrescentes" disfruten todo lo que puedan de los suyos ¡Es una lástima que no se los valore del todo hasta que no tiene uno una cierta edad!
Creo que para mis hijas también va a haber un antes y un después de esta experiencia. Aunque las dos quieren irse YA (a ciertas edades hay cosas que no pueden esperar) yo me alegro de que esto esté siendo un tanto duro para ellas. Estaban acostumbradas a la burbuja de Tres Cantos, a estar muy protegidas, a tenerlo todo bajo control. Ahora tienen que sobrevivir en un medio hostil donde nadie las conoce y donde no encajan: no son mejicanas, no son americanas, ni asiáticas ni afro-americanas y encima son unas pavas de padre y muy señor mío. Las niñas de aquí les dan mil vueltas en superficialidad, tontería, manipulación, nivel de maquillaje por centímetro cuadrado y otras cuantas asignaturas imprescindibles para sobrevivir en el instituto americano. Eso sí, ya sabéis lo bien amueblada que tienen estas dos la cabeza y no dan su brazo a torcer. ¡Paloma!: ya tienen una buena lista de "enemigos", jejeje. Como madre tengo que pensar en su futuro y un año no traumatiza a nadie. Al volver, espero que besen el suelo de Tres Cantos, que valoren a sus amigas como se merecen, que estudien a tope y que se den cuenta de que no todos los niños podrían irse a vivir a otro país y sacar todo con sobresalientes. La base que ellas traían de España nos la hemos trabajado muchas personas con muchas horas de trabajo (mi madre, mi amiga Mar y mis compañeros del Columbia entre ellas).
Hay muchas más cosas buenas: la experiencia, el paisaje, la zona en la que vivimos, la casa, los supermercados donde hay casi de todo, los precios de la gasolina y de la comida (estupendos y la gasolina tirada), la anchura de las carreteras, el verano- otoño- primavera eternos y que sólo se rompe por unos mesecillos de infierno infiernoso que hay que intentar evitar; los medios de las escuelas de las niñas, la comida casera de las profes de mi cole, las risas de complicidad entre compañeras, el cariño de muchos niños y la forma tan divertida que tienen de pedírtelo, los muy frescos te dicen: "Mrs. Marcos, parece que necesitas un abrazo", y todo para que los achuches un poquillo porque para ellos la experiencia americana (igual que para muchos niños españoles la española) sí que es muy dura desde que se levantan hasta que se acuestan.
Os quiero a todos y os recuerdo todos los días. Sé que mi profesora y maestra "amiga de madre" lee este blog. Un cariño especial para ella. No voy a nombrar a nadie más porque no quiero ofender a nadie pero os garantizo que todos tenéis un lugar en mi corazón.
8 comentarios:
Leer esta entrada tuya, Carmen, nada más despertarme ha sido muy emocionante.Sé de tí, de tus aventuras y desvelos, de tus pesares y no puedo por menos de pensar: ¿cómo ha sucedido que aquella simpática, lozana y "atrevida" alumna de COU del Fortuny que explicaba a sus compañeros la Historia de USA con tanto encanto y maestría esté ahora protagonizando un trozito de lo que será mañana Historia de EEUU?. Ya entonces estabas abocada a ser profesora por encima de todo y a involucrarte en la vida del país cuya historia acababas de descubrir y que con tanto brio contabas. ¡Coraje, fé y esperanza! querida Carmen. Que tu experiencia te sea tan positiva como ya intuyes. Besos a tu estupenda familia.
Ainss mi prima querida.... no quiero ni ver la lista de contras, esta entrada ya me ha emocionado enormemente.
Sé, gracias a Sol y Señora q tu situación física es muy delicada, seguro que esa angustia de trabajo y nivel de extrés tiene mucho que ver.
De Rafa yo no tengo ninguna duda sobre lo q me dices, aunque casi todos nos juntamos y estamos para las fiestas los primeros, Rafa siempre ha luchado se ha responsabilizado de su familia por encima de todo y ha dado muestras de ello muchas veces. Es muy bonito viestro amor y apoyo incondicional.
Las niñas lo vivirán quejándose ahora ( normal) y luego quedará con el tiempo la experiencia y el recuerdo...
Pero prima tú no solo tienes que cuidarte, también debes pensar que no podemos cambiar el mundo de nuestros alumnos...ni salvarlos de su situación, ni siquiera volver a nuestros alcornoques a meloneros si con ello nos va la salud. Nos esforzamos al máximo con esa millonada de horas q tienes que dar clase al día y en casi todas las ocasiones con este tipo de alumnado no vemos resultado eso es muyy muy frustrante y agotador psicológica y físicamente.
Pero prima, como bien has dicho, con los años las cosas se ven de otra manera y este esfuerzo tan bestial perdurará en tus alumnos...,tal vez no de la forma que tú intentas, tal vez ellos lo adaptarán a sus necesidades q en nada se parecerán a la finalidad que tú pretendía, tal vez....puufff...cualquier cosa...
Pero les servirá. Lo q tú les transmites y enseñas les ayudará, o les abrirá nuevos canales en su forma de pensar, o actuar, o .....Dios sabe! Pero un maestro jamás debe pensar que su esfuerzo caerá en saco roto aunque así quueran demostrarnoslo.
Eres un luchadora y hay que saber que el sistema puede medio funcionar para la gran mayoría, no está enfocado a tu minoría. Haces más de lo que puedes y en el cole se hace más de lo que nadie ha hecho por ellos.
Tú cuídate, no te angusties y no sacrifiques tu salud, si no es más, es menos, les servirá.
Te quiere muchísimo tu prima Paloma
Querida hermanísima,
como te conozco muy bien, sé que tienes una capacidad de superación y olvido enorme y, aunque todavía parece que queda mucho, una vez pasado el ecuador todo irá muy rápido. Las niñas volverán con un buen nivel de inglés, cuñadísimo de inglés y de cuidado de casa y tú de profesorado en condiciones extremas. Sé que una vez superado solo serás capaz de ver los pros del viaje y te reirás de muchas de estas cosas.
Un beso muy fuerte de tu hermanita
Manola que sepas que todos los profes/maestros de la familia, yo el primero, admiramos muchísimo tu valentía y profesionalidad.
Soy de los que piensa que los grandes esfuerzos merecen la pena y que, a la larga, la recompensa es proporcional al sacrificio realizado.
Después de leer tus aventuras y desventuras solo puedo augurar un gran futuro para los "Manolos"
Un fuerte abrazo para todos.
PD: En Linares se os echa mucho de menos... y los bares lloran vuestro "exilio".
Como es natural, he esperado algunas horas antes de añadir mi reflexión.
Personalmente, este texto me ha hecho ver algunas de esas cosas que tienes delante toda tu vida y que, aunque las mires, no las ves. Hay personas que dependen mucho de su medio humano y otras que dependemos mucho menos. Supongo que se trata de distintas manifestaciones afectivas con ese medio y no de distintas relaciones afectivas. Amamos lo mismo, de maneras diferentes. Habría mucho que pensar sobre ello; pero no es éste el momento, para mí al menos.
Dejando lo personal lo más de lado posible, sí me gustaría concentrarme en otras cosas que me parecen igualmente importantes.
La primera (y es algo a lo que me he referido muchas veces) deriva de la tendencia humana a confundir el espacio con el tiempo. No quiero ponerme kantiano; pero ambos tienen que ver con nuestra sensibilidad o, más husserliano, nuestra capacidad de enfrentarnos con el fenómeno, es decir, nuestra percepción de la realidad. La mayoría de la gente, me parece, une espacio y tiempo y, cuando se desplaza y añora, aunque piense que añora un espacio, en realidad añora un tiempo. He tenido muchas conversaciones con españoles o italianos que ya no resistían más lo que para ellos era "la distancia" y concentraban sus esfuerzos en "el regreso". Nunca se puede regresar al punto de partida, porque, aunque exista el espacio, el tiempo ya se ha ido. Así, cuando vuelven, se produce la decepción: los amigos y familiares han seguido haciendo sus vidas, sus tiempos no son los mismos, como tampoco es el mismo el tiempo el que regresa. il paese con il più bel cel del mondo (cito textualmente) ya no tiene ese cielo. No es el cambio climático, sino, si se me permite la broma, el climatérico. En el espacio nos movemos pluridimensionalmente, en el tiempo sólo nos movemos hacia adelante. "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos" es simplemente una hermosa manera de malinterpretar lo ocurrido: somos los mismos, pero en un tiempo diferente. Heráclito y Parménides tenían razón, los dos.
(sigue)
(continuación)
En otro orden de cosas, ya no personal, sino social, varias opiniones que me han precedido en los comentarios han señalado cómo el educador siempre deja una huella. A la luz de lo dicho antes es evidente: ocupamos un tiempo de la vida de nuestros alumnos, un tiempo al que no podrán regresar y que pasará a sus añoranzas. Contribuimos, inevitablemente, al cambio de sus vidas. Pocas profesiones tienen tanto peso en el tiempo de otras personas, porque nadie comparte tanto tiempo con un niño o un joven como sus profesores y, desde luego, nadie con tanta intensidad.
Los desastres, pues, no se suelen producir en los planos personales y sociales anteriores, se producen en otra dimensión, la política o administrativa. Nuestra sociedad actual es demasiado compleja para poder ser administrada por los políticos y administradores incompetentes que padece(mos). El trabajador (incluyo estudiantes) se tiene que mover en una línea de continua adaptación, el administrador-político se fosiliza. El caso Zapatiesta es uno de los más representativos: un individuo que desde los 22 o 24 años está al servicio de un partido sufre un proceso de fosilización político-administrativa que le impide plantearse siquiera la necesidad de aprender algún otro idioma, por ejemplo el inglés, que siempre sirve para algo (y no era la única carencia, ni es la única persona a la que se le puede reprochar).
Esos político-administradores fosilizados, expertos sólo en su propio beneficio, en la conservación de sus prebendas, necesariamente conservadores, son los que deciden cómo hay que preparar a los ciudadanos, de todas las edades, para enfrentarse a una sociedad dinámica y cambiante que desconocen hasta en detalles tan mínimos como qué cuesta un café en cualquier bar de la calle.
No es el mal de Tejas, es el mal de casi todo el mundo (las excepciones, como Finlandia, se conocen por su nombre; pero hace un frío que pela y medio año de oscuridad). Los incompetentes funcionarios del distrito escolar que padece la hermanísima de Grumpy son el equivalente de los incompetentes funcionarios españoles que son incapaces de saber cómo apoyar a los docentes de su país en San Antonio o en otros muchos lugares.
Hay, por supuesto, excepciones y, sobre todo, distintos niveles. Todos acertamos a veces y fallamos a veces; pero hay un diferente nivel de exigencia. El ciudadano normal tiene que adaptarse a una vida cambiante, perpetuum mobile. El pinchaposos sólo tiene que aguantar y mover los hilos para ser reelegido.
Las familias desfavorecidas, los niños torpes y sin futuro, carentes de ilusión y de estímulo, no son privativos de ciertos distritos de San Antonio. También están en Madrid o en Roma y estoy seguro de que incluso en Finlandia. Paloma lo sabe muy bien, como su madre o su primo. Es lo que Malraux llamó "la condición humana", el resultado de lo que Marx llamó la alienación de la superestructura y los judeo-cristianos el pecado original.
Cuando hoy decimos "sí, "se puede", estamos refraseando el "no hay que tener miedo" paulino.
Se trata, por tanto, de algo diferente: sabemos lo que hay que hacer y lo hacemos, pese a administraciones malas, hasta corruptas. La cuestión es el precio, lo que pagamos por ello.
(sigue)
(final)
Ahí tengo que volver a la reflexión personal de entrada. Cuando la construcción de nuestro tiempo, nuestra historia, en suma, sólo se percibe en relación con la construcción del tiempo en nuestro medio habitual, salirse de ese medio tendrá un precio excesivo, porque supondrá una desincronización o, para no decirlo en griego, una destemporización. Son decisiones muy personales, que hay que saber ver y respetar y que, como todo en la vida, llevan componentes de dolor y de alegría. Descartes dijo que el hombre está entre Dios y la nada y tiene que elegir. Además de esa decisión conformadora de la vida de cada uno, hay otras muchas que conforman esa existencia precaria en el tiempo. El hombre, frente a lo que dijo Camus en "Calígula" no es un ser para morir y no ser feliz. Todo lo contrario, es un ser, es decir, un viviente, dueño de una vida que es su camino a la felicidad. Se puede ir practicando. Mucho ánimo y mucho cariño.
Sigo.....planchando
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