Cuando se detenga el último reloj el Tiempo dejará de existir. Su ausencia borrará el pasado, junto a él desaparecerá el presente y se sellarán todos los caminos hacia el futuro. Cesará el movimiento: el desplazamiento del universo, la oscilación de la luz, la vibración del sonido. El reposo, la oscuridad y el silencio perpetuos arrasarán la vida.
Tras el tañido final la larga espera de la Muerte concluirá aunque, esta vez, no recogerá en su barca ningún alma. No habrá una tumba, ni siquiera el recuerdo de una lápida. No la acompañarán ni la sangre derramada, ni el miedo, ni la rabia, ni la tristeza de las lágrimas. Tampoco viajarán con ella la memoria, la soledad o la nostalgia.
Cuando el último reloj se detenga, el instante se convertirá en eterno. En esa eternidad, el Tiempo se extinguirá y, junto a él, la Muerte morirá.
1 comentario:
Hola, Sol, buenos días. Un auténtico cuento de terror. Me parece. Ese reloj que se para...
Un abrazo y hasta pronto.
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