"The Symbol of Welcome is Light" Norman Rockwell |
En alguna ocasión se le ha dado al blog la denominación de Granja virtual, por el papel aglutinador que ejerce en la actualidad, como en su momento desempeñó nuestra granja real. Sin embargo, la generación mediana, la gran protagonista del blog, vivió aquella granja real en sus años de infancia, mientras que la generación mayor nos abrimos a la vida y nos hicimos adultos en ella. Por esta razón nuestros recuerdos tienen otros matices y toda la amalgama de sentimientos que ofrece la vida, en los momentos en los que uno quiere abrirse camino en ella. En ese tramo el papel de nuestros padres -de vuestros abuelos- fue tan decisivo e importante que para muchos de nosotros la mejor cosa que nos pueden decir es que hacemos algo como ellos. Los medianos ya percibíais el aplomo, el cariño, la buena disposición, la paciencia, la autoridad del abuelo Andrés, pero era difícil que pudierais llegar a su acierto en el trabajo y en las decisiones, a su firmeza de espíritu, a su sentido de la generosidad, pues su casa, su dinero (que no siempre tuvo) y su tiempo estaban a disposición del que lo precisara; desde muy joven se convirtió en el eje de su familia (fue el referente de sus hermanos y hasta que murió lo siguió siendo) y en su casa compartió esa tarea con la Señora Baronesa. Ella, de la que recordaréis su genio y ciertas lamentaciones de impotencia cuando erais pequeños, llevó la generosidad hasta extremos increíbles a la hora de acoger gente, de preocuparse por ella, de dar a manos llenas. Su tremenda humanidad se fue agrandando con el tiempo y todo le era posible. Por supuesto la familia siempre tenía las puertas abiertas y a esa situación se acogió la Tita Mercedes, para beneficio de todos. Pero fueron muchos más los que en beneficio propio acudieron a la granja y encontraron lo que necesitaban.
Al margen de la gran fiesta familiar de noviembre, recuerdo agosto como el mes de la granja por antonomasia, a pesar del problema del calor, que se agravaba con el hecho de que era el momento en que había que vacunar a las gallinas; pero estaba la alberca y allí venían tíos, primos, amigos, atraídos por el calor humano, por alguno de los cumpleaños, por la feria o por cualquier otra razón. Era el mes que mejor reflejaba el sentido lúdico de la vida, que como herencia hemos recibido. Con todos los jóvenes pululando al atardecer preparándonos para salir y con todos (no se sabía cuántos, pero el número se había incrementado) rotos del poco dormir dispuestos a afrontar el día. Y no nos cansábamos........
"Starlight" Rico Tomaso |
4 comentarios:
Recuerdo las noches de Agosto en las que el abuelo se sentaba con nosotros en la era y nos contaba historias de su vida con su voz grave y tranquila. Mientras le escuchábamos en silencio, mirábamos el cielo y pedíamos deseos a las estrellas fugaces que lo cruzaban con frecuencia durante ese mes. Era un momento especial.
En una juventud en la que no tuve oportunidad de escoger, en la que mis raíces estaban rotas y en la que rara vez se producía un hecho digno de guardar en la memoria, la Granja fue mi refugio y el punto de inicio de una nueva vida que hasta hoy, casi cuarenta y dos años después, ha sido la que puedo llamar mi autentica vida.
El amor que emanaba de aquellas dos maravillosas personas, la calidad humana de sus hijos y la familiaridad con la que fui acogido y tratado como un hijo más, cambiaron el rumbo de mi vida dándome una razón para formar mi propia familia y tratar de educar a mis hijos en ese mismo amor y ese mismo respeto.
Pocas cosas quiero recordar de aquella etapa, pero nunca olvidaré aquella casa ni a las personas que me permitieron convivir con ellas en los cortos periodos que pude gozar de su compañía.
Son muchos los recuerdo de aquella época: las historias del abuelo por la noche en la era matando mosquitos con un trapo (preciosa la ilustración grumpy); las funciones veraniegas; las horas de digestión jugando al tute en el porche a 45 grados riéndonos del culebrón y mil anécdotas más. Sin embrago, lo mas importante fue ese espíritu de alegría por poder compartir y disfrutar de estar todos juntos. Mi madre y mis tíos lo han mantenido y, a pesar de no tener el espacio físico para juntarnos todos como entonces, las reuniones en casa de la tita Chani, gemela, terraza de Pacuelo, etc. mantienen ese recuerdo y ese poso de alegría y amor. Gracias a todos por habernos enseñado a disfrutar tanto de nuestra familia.
¡Qué bonito Señora! Es muy emocionante ver otro punto de vista diferente al que poseemos los "plimates" más jovenzuelos. Cuando llega este época son muchos recuerdos los que vienen a mi memoria de mis días en la granja: recoger a la prima Patos a media tarde para bajarnos juntos, los bocatas de salchichas del tito Aurelio, nuestros planes para hacer cabañas, los partidos de baloncesto con JMD, las cenas improvisadas en las que nos juntabamos el ciento y la madre, el olor a tierra mojada después de regar mezclado con rastrojo quemado. Lo cierto que después de desmantelar la casa de los abuelos, aquel lugar siguió siendo el punto de reunión de la familia durante muchos años, por suerte el espiritu de la granja quedó en las personas y no en los ladrillos.
Un beso.
PD: Grummpy tengo que reconocer que tu labor de investigación con las imágenes es genial. Yo me he visto en la situación de tener que buscar en la web imagenes para ilustrar historias o relatos escritos por otras personas y es dificilísimo, sobre todo si eres perfeccionista. En este caso has dado en el clavo, al ver de refilón la primera imagén me parecía estar viendo la puerta de entrada a la casa y el porche desde un punto situado en la palmera.
Publicar un comentario