martes, 9 de octubre de 2012

"Spam" familiar

Franco Matticchio
Suena el ping que indica que hay un nuevo mensaje de correo. El programa se vuelve loco y, de repente, suelta seguidos toda una ristra de esos ping. Parece la versión pesadilla de la película "Tienes un e-mail". La bandeja de entrada se satura, pasa de pantalla. El mensaje es el mismo "¡Felicidades!" ¿Cómo? - se pregunta la desprevenida víctima, extrañada - No es mi cumpleaños. ¡Ah, no es para mí! No conozco al remitente. Debe de tratarse de un error.

Al día siguiente, y tres pantallas después, todavía se cuela algún mensaje de los que se enteraron tarde. Ese mismo día, o puede que al siguiente, pero en esa misma semana aparece un nuevo mensaje. Es muy similar al previo, pero con un nombre diferente en el título. Durante el siguiente mes, gracias al correo, se entera del santoral y de todas las onomásticas del/los homenajeado/s del día. El texto no admite muchas variaciones, no hay muchas opciones de felicitación: ¡Feliz día! (cumpleaños, santo), !Felicidades! (muchas o muchísimas), en algunas ocasiones deseos de buen viaje, buena suerte o anuncios de próximos eventos. De repente lee el título de "próxima primada" o "primada sorpresa" ¿En qué consistirá eso? Un mes más tarde habría deseado no saberlo. Cada vez que aparece la palabra "primada" le entran todo tipo de temblores, picores y sudores de todos los colores. Poco a poco, aunque no en pocos mensajes, recibe todos los detalles del evento, con sugerencias y cambios, y al final podrá ojear incluso las novecientas fotos de todos los asistentes.

Un año más tarde, y según el blog más de 70 cumpleaños después (y sus santos correspondientes), una despedida de solteros, una comida de cuatro generaciones y una boda, el "error" continúa. Cada vez se añaden más miembros a la cadena de correos con los correspondientes mensajes del resto para darle la bienvenida al "nuevo". Desesperado, nuestro destinario accidental tiembla cada mañana al abrir su navegador. Impotente trata de poner freno al alud que inunda su ordenador. No comprende cómo puede querer nadie entrar a formar parte de semejante cadena. ¿No se dan cuenta de que es un callejón sin salida? Una vez que se ha entrado en ella, es imposible escapar. Además, por mucho que uno se esfuerce, nunca se consigue limpiar la bandeja. Borrarlos todos es una quimera inalcanzable.

Aún no sabe cómo ha entrado allí. Mira su dirección, cuando la escogió estaba disponible y cumplía todos los requisitos de seguridad, incluso con números. Esos hackers deben de ser brillantes para conseguir infiltrarse así en su ordenador. Sin embargo parecen bien intencionados, sus mensajes siempre están llenos de buenos deseos y nunca faltan los besos a Posti (sin conocerle, compadece al pobre muchacho, con tanto abrazo no podrá ni respirar, sin duda debe de tener una paciencia infinita y ser tremendamente cariñoso). Los comienzos son siempre inocentes, pero según progresan las horas el tema degenera, especialmente cuando el cuñadísimo y el hermano organizan una competición entre ellos para ver quién encuentra la foto o el vídeo de la futura ganadora del título de Miss Universo Halloween sin necesidad de disfraz.

Como último recurso opta por enviar él mismo un mensaje de socorro a la cadena. Suplica que se le saque de allí. Confía en que así se solucione todo. Al revisar la lista de destinatarios, no impresiona de que haya nada extraño. ¡Ah, sí! una de las gemelas tiene dos direcciones. ¡Vaya! Al parecer esa "g" no es una abreviatura de "gemela".
Con la excelente disposición familiar se corrige el error. ¡Listo!

Pasan unos días. ¡No hay mensajes! ¡Parece que ha funcionado! ¡Qué alivio! no va a tener que abrirse una nueva cuenta de correo (si es que no se la había abierto ya).

Una semana después se da cuenta de que ha cantado victoria demasiado pronto. Aparece un mensaje de nuevo. Casi inmediatamente después llega una disculpa reconociendo el error y explicándolo: por comodidad, y para no olvidarse de nadie en el grupo, se recurre a editar mensajes antiguos que se reenvían de nuevo a todo el mundo. Para evitar que la cosa progrese, se publica un aviso en la cadena "buena" del que, desgraciadamente, no se entera la mitad. Aunque no se soluciona del todo sí se logra minimizar los daños. Sin embargo, unos días más tarde, al mandar el siguiente mensaje, no se puede evitar la sensación de haber perdido a uno de nuestros miembros más antiguos y asiduos. Muchos pensamos que las cosas ya no serán iguales sin él.

2 comentarios:

José Miguel Díaz dijo...

Una anecdota bastante graciosa que entra a fomar parte de la historia de las "primadas eléctronicas" y el blog de Grummpy.
Un abrazo para GPaloma...y para Posti ¡Qué lechuga!
PD: Creo que cuñadisimo y Gonca pretenden decidir cual será la próxima ganadora de miss Mordor...esos sí que hacen spam.

Carmen dijo...

Buenísima. Me encanta el estilo y el tempo de esta anécdota. ¡Te has superado!