jueves, 13 de diciembre de 2012

30 libros

La idea de escribir esta entrada surgió cuando House encontró casualmente un reto en el que había que escoger 30 libros en función de los enunciados de cada punto. La verdad es que lo rellené hace tiempo pero, a la hora de transcribir al blog la lista completa con los 30 libros de una tacada me entraron las dudas. Quizás, para mis pobres lectores desprevenidos encontrarse con semejante ladrillo les supondría un maquiavélico estilo de maltrato del que les costaría recuperarse. No terminaba de decidir si sería mejor tratar cada punto individualmente y escribir 30 post sobre libros (lo que simplemente dosificaba la tortura). No sé si he acertado pero el caso es que aquí va todo: los 30 puntos con los 30 libros, y sus correspondientes comentarios y, por si fuera poco, he incluido alguno más. Aviso aquí por si alguien prefiere desistir en este punto (aunque puede que alguien se anime a comentar alguno de los puntos, entre 30 seguro que hay opiniones). No sé si está bien diseñado, porque hay algunos puntos por el centro que pueden hacer que uno no llegue al final, pero he seguido el orden. Empecemos:

1. Uno que leyó de una sentada: Pride and Prejudice de Jane Austen. Lo terminé a las 4 de la mañana, de un día de diario. No soy trasnochadora, nunca he sido capaz de estudiar para los exámenes por la noche, me dormía sobre los apuntes. Claro que una cosa es estudiar y otra leer. ¿Remordimientos por tener que madrugar al día siguiente para ir a clase? Los postergué hasta estar en clase y sentir que necesitaba sujetarme los párpados con palillos. Fue mi primer libro de Austen que, desde ese instante se convirtió en una de mis escritoras favoritas. Eso sí, para saborearla en condiciones es fundamental leerla en inglés. Su encanto reside en su maravilloso lenguaje, que generalmente se pierde en las traducciones, hay algunas infames que convierten sus argumentos en una mera novela rosa, agradable pero sin maestría. Aunque sean historias románticas se hacen muy amenas porque mantiene un ritmo moderado y constante al que el lector se adapta con facilidad, sin incómodos altibajos. En esta línea de novelas de costumbres, divertidas y sutilmente irónicas, aunque menos femeninas y con menos romanticismo, se encuentran también las de Anthony Trollope. Tanto Austen como Trollope son escritores que, además, presentan la enorme ventaja de poderse descargar por Internet.

2. Uno que se haya demorado mucho en leer: Portrait of a Lady de Henry James. Henry James se toma su tiempo para escribir y sus libros son lentos, e incluso pueden resultar pesados al principio. Lo empezaba y lo soltaba. Al cabo del tiempo, lo volvía a empezar. Cuesta engancharse, aunque hay que darles una oportunidad porque según progresan la trama gana ritmo e interés. Retrato de una dama es, posiblemente, el que más me gusta. También es cierto que lo del ritmo es relativo: Mr. James, comparado con otros escritores, es el dinamismo en persona. Como ejemplo confieso que abandoné Bomarzo de Múgica Lainez. Me superó el hecho de pasar las primeras 80 páginas, con una letra ridículamente pequeña y apretada, en el jardín del Palacio de los Orsini, descrito hasta en sus más nimios detalles. Sé que es un escritor fantástico, uno de los favoritos de mi padre, pero opino que aún no estoy preparada para sus obras.

3. Uno que sea un placer culposo: Las amistades peligrosas de Choderlos Laclos. Aunque la película está bien, la novela es infinitamente mejor. Nunca pensé que el estilo epistolar, sin más, pudiese reflejar una trama tan compleja con tantos matices en los personajes. Para muchos El amante de Lady Chatterley sería la obra escogida en esta categoría pero, desgraciadamente, a mí me decepcionó. Supongo que  hay que situarla en su contexto e, indudablemente, para aquella época, su argumento era polémico y sus escenas más que atrevidas.

4. Uno que le gusta a todos menos a usted: Millenium. A House sí que le gustó, pero a mí, y es una opinión personal, no me va la cruda violencia de la trama y la discutible calidad de su escritura no me compensaba pasar por el mal trago. En general el sadismo nórdico no es lo mío. Me leí varios del famoso inspector Wallender pero me harté de ellos (y los otros libros de Mankell me resultaron infumables: tendenciosos y aburridos). Eso no significa que me gusten los escritores nórdicos introspectivos, con esa tendencia tan característica a dejarse llevar por el negativismo. Nórdico+introspección=huida. Debe de ser que el frío y la falta de luz repercuten en la forma de pensar de algunos autores y les hace engendrar obras oscuras y deprimentes. Incluso el libro infantil del "Viaje del pequeño Nils", que sí que me gustó en su momento, da muestras de esa oscura tendencia en el impactante capítulo en el que habla de la peste con su escoba y su rastrillo.

5. Uno de viajes: El Abisinio de Jean Christophe Rufin. Narra el viaje por el norte de África del joven y soñador médico Jean Baptiste Poncet durante la época de Luis XIV, enamorado de la hija del embajador francés en el revuelto Cairo, una joven muy por encima de su situación social. Desde allí parte hacia el reino del Negus, el emperador de Etiopía, al que salva la vida. Es un libro genial, histórico (basado en un hecho real), romántico, aunque sin abusar, entretenido, dinámico, con muchas aventuras en las que se respira un ansia de libertad y, además, bien narrado, con una prosa fácil y elegante. Un libro en el que el lector acompaña en cada paso al protagonista durante sus periplos. De este mismo autor, y también muy recomendables, El cerco de Ispahan y Rojo Brasil.

6. Uno de un Nobel: Me quedo con El amor en los tiempos del cólera de García Márquez. El estilo de García Marquez es sencillamente impecable. Esta historia de amor y desamor, con la progresión en el tiempo de ese primer romance casi infantil, los desencuentros posteriores y el transcurso paralelo y divergente de la vida de sus protagonistas, es realmente amena. Crónica de una muerte anunciada también me gustó mucho, engancha desde la primera frase, es breve y me la leí en un suspiro.

7. Uno muy divertido: Mi familia y otros animales de Gerald Durrel. Además de estar bien escrito, este libro, junto con su continuación de Bichos y demás parientes es, posiblemente, el libro con el que más me he reído. Recuerdo haber llorado de risa, tirada en el sofá, mientras House me miraba como si estuviera loca (hasta que a él le sucedió lo mismo unos días después). Cuando era pequeña me chiflaba un antiguo libro de mi padre que se llamaba ¡Ayayay! sobre las disparatadas ocurrencias de un par de abuelos, amigos entre sí, para inmensa desesperación de sus familias que, en ocasiones, incluso les castigaban sin verse.

8. Uno para leer por fragmentos: Suite francesa de Nemirovski. Es una novela coral que se puede leer poco a poco, o todo seguido. Lo mejor: disfrutarla de ambos modos. Sus personajes son palpables, corpóreos, de carne, hueso y alma. De esta escritora también me dejó una gran huella David Golder. Me marcó la manera en la que los sentimientos y la humanidad del protagonista calan en el lector. Su final me sobrecogió.

9. Uno con una excelente versión cinematográfica: No sé si influye en que es además una de mis películas favoritas pero la elegida es Cyrano de Bergerac de Rostand. Según se lee el libro no sólo se ve, sino que también se puede escuchar a Gerard Depardieu mientras declama los versos. No me canso de ver la escena de la lectura de la carta en el jardín del convento.

10. Uno con una pésima versión cinematográfica: Los tres mosqueteros de Dumas. La novela es estupenda, me la leí en el instituto por recomendación de la profesora de historia. Era una edición anotada, cuyas notas aumentaban el interés del libro. Ese mismo verano, en Alemania, me leí 20 años después. Estábamos en casa de unos amigos de mi padre, en Hamburgo, en donde íbamos a pasar 4 días, por lo que tuve que terminarme los dos tomos en ese tiempo. Lógicamente eso no contribuyó a procurarme fama de sociable, pero como eso no es algo que me haya preocupado nunca, especialmente si debía sacrificar un libro para lograrlo, ni siquiera fui consciente de la impresión que les causé. Al ver las infames películas, sinceramente no comprendo cómo es posible destrozar tantísimo un material tan bueno. Eso sí, siempre que me imagino a Milady tiene el aspecto de Lana Turner (ella era la única que daba la talla en aquella adaptación)

11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar. En este caso me tengo que decantar no por un libro, sino por un conjunto de ellos. Me refiero a las novelas de Alexander McCall Smith que transcurren en Edimburgo . McCall Smith tiene una escritura sencilla pero fluida y muy bien redactada. En nuestro último viaje a Edimburgo me dediqué a recorrer las céntricas calles en las que se desarrollan algunas de sus obras. La serie de libros de "La primera detective de Botswana" en la que refleja la vida cotidiana y la cultura tradiciona de ese país africano también me hacen desear conocerlo.

12. Una biografía: La de Marie Curie. Esta mujer genial tuvo una vida muy interesante. Su infancia en Polonia estuvo marcada por su inteligencia, heredada de su padre, un profesor de matemáticas al que la pequeña Manya admiraba y adoraba, la enfermedad pulmonar de su madre y la muerte de una de sus hermanas. Durante su época escolar destaca su implicación política contra el yugo del zar Nicolas y su alegría ante la caída de éste y el inicio del comunismo. Trabajo como institutriz en su adolescencia antes de marcharse, con toda la ilusión del mundo, a París a estudiar, a la Sorbonne. Su vida de estudiante transcurrió en la biblioteca, porque en su habitación en una buhardilla no tenía ni luz ni calefacción. Luego llegó su matrimonio y sus investigaciones hasta descubrir el radio. Cuando todo parecía progresar bien sobrevino la muerte de Pierre, arrollado por un coche de caballos. A partir de ahí continuó su trabajo, reconocido con un doble premio Nobel, uno en Física y otro en Química.

13. El primer libro que leyó en su vida. Recomendación paterna, lo que conociendo a mi padre implica que el libro es bueno, aunque por desgracia no todo lo bueno es aceptado por el cerebro infantil. En este caso acertó. La novela fue:  "A través del desierto y de la selva" de HENRYK SIENKIEWICZ. La verdad es que no es el primer libro que leí (antes habían pasado por mis manos, además de los del colegio, el comentado Ayayay y los de Cuchifritín, el hermano de Celia a la que descubrí más tarde). Lo incluyo aquí porque sí es el primer libro bueno que leí. El autor fue premio Nobel pero, como ya he dicho, el lenguaje no es denso y complicado, sino todo lo contrario. En esta historia se relata el viaje a través del desierto de dos niños. Me lo leí con unos 8 años y me enganchó tanto, que incluso lo guardaba debajo de las sábanas para disfrutar a escondidas con aquellas aventuras.

14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira. Los papeles póstumos del Club Pickwick de Dickens. Las desventuras de los miembros de este club son divertidísimas. Ya explico en otra entrada porque "odié" esta obra, lógicamente antes de leerla.

15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega: Sissi. Todavía soy cursi pero creo que algo menos que las empalagosas historias idealizadas de esos libros. Angeles Caso publicó la biografía de la emperatriz muchos años después y destruyó el romántico mito de mi infancia con su versión.

16. Uno ruso que sí haya leído: He leído varios. Además de los cuentos de autores rusos que me acompañaron un verano en el chalet de mis abuelos, el primer libro "ruso", es decir contundente en tamaño y complejidad, fue Guerra y Paz de Tolstoi. Casi hay que hacerse una lista con los personajes y sus tres nombres, pero, pese a la dificultad de recordarlos a todos, es una preciosidad. En Vida y Destino de Grossman descubrí tarde que la lista con los diferentes protagonistas estaba al final. Me costó sudores recordar quién era quién y dónde se situaba cada uno. Me encanta Chejov, es de esos autores en los que lo relevante de la historia es la manera de contarla. Me agobia Dostoievski.

17. Uno de este año. No suelo tirarme e lo último publicado, aunque en el caso de McCall-Smith si suelo encargar sus libros a Amazon en la preventa. Hermanísima me recomendó el famoso Criadas y Señoras (The Help), que había visto entre los más vendidos, siempre con buenas críticas, aunque lo de las críticas hay que tomárselo con reticencias. Personalmente opino que algunas obras las comentan sin ni siquiera habérselas leído: afirman de manera contundente que son divertidos, originales o inteligentes y en realidad son estúpidos, su originalidad radica en hacer una mala versión de algún libro conocido y carecen de gracia (algunos ni siquiera tienen pretensiones al humor y, salvo por un título engañoso, nadie en su sano juicio los catalogaría dentro de ese grupo. Eso es lo que me hace pensar que para hacer una reseña de recomendación, cualquier cosa vale. Una crítica en serio requiere mucho más análisis). En este caso no me esperaba que me enganchase tanto. Las novelas sobre la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos no suelen resultar precisamente entretenidas y ésta me sorprendió muy favorablemente. No he visto la película pero el argumento permitía una buena adaptación.

18. El que más veces ha leído: He releído muchos libros, en eso soy como los niños: si algo me gusta no me veo harta. El que se lleva la palma es Mujercitas de L.M. Alcott. Durante mucho tiempo me sentía completamente identificada con Jo.

19. Uno que le haya sorprendido por bueno. "El filo de la navaja" de Sommerset Maugham. No había leído aún nada suyo y me impresionó la manera en la que logra definir el carácter de sus personajes a través de las relaciones y el trato entre unos y otros. Servidumbre humana fue el siguiente, me costó, me resultó dura, me agobiaba el mal trato psicológico al que se sometía, voluntariamente, su protagonista. De este mismo autor me encantaron El velo pintado, con su magnífica adaptación cinematográfica, y El Mago cuyo temible poder residía en su capacidad para influir sobre otros.

20. Uno que le haya sorprendido por malo. Por desgracia aquí se podría hacer una lista interminable, posiblemente encabezada por Julia Navarro. El estilo pedante de Pérez Reverte tampoco me tira, aunque sólo he empezado alguno de sus libros, no he sido capaz de progresar. La catedral del Mar es otra infamia de malos malísimos, absolutamente infumable, que dejé a 4 páginas del final porque quise, no me dio la gana terminármelo. Si algo no me convence, lo dejo. He llegado a la conclusión de que es una pena perder el tiempo con  libros malos cuando hay tantísimos buenos que no da tiempo a leer.

21. Uno de cuentos (no valen antologías): Alfabeto de espinas de Patricia McKillip. Es una escritora de fantasía con una prosa poética preciosa, en la que fluyen las escenas. De fantasía, aunque en otra línea, con más acción, me parece genial Pierre Bottero (un escritor francés con una gran imaginación que, por desgracia, falleció hace un par de años en un accidente). También me encantó North Child (East of the Sun and West of the Moon) de Edith Pattou, basado en la leyendas nórdica clásica (no deprimente) del mismo nombre. Soy una adicta a la fantasía, sobre todo tipo cuento, y otro que me apetece incluir en este grupo es The Seer and the Sword de Victoria Hanley.

22. Uno de poemas (no valen antologías). Me chocó Golden Gate de Vikram Seth. No es una sucesión de poemas sino una historia narrada en verso. Tiene el aliciente añadido de que sucede en San Francisco. Merece la pena. Su obra más conocida es "A suitable boy" (no sé si lo tradujeron como "Un buen partido")

23. Uno que no le prestaría a nadie. No tengo ningún libro tan valioso como para no prestarlo. No soy una coleccionista a la busca y captura de primeras ediciones, de hecho suelo decantarme por los de bolsillo para poderlos llevar comodamente encima. Si por algo lo presto y se pierde, ya buscaría otro (y si está descatalogado, seguramente aparezca en Iberlibro).

24. Uno para aprender a perder. El último encuentro de Sandor Marai. Las reflexiones de este pequeño libro son de las que hacen pensar, aunque posiblemente aún trate más este tema en La Herencia de Esther. De hecho, en este último la resignación de la protagonista es el tema de la novela (aunque no sé si se puede tomar como modelo a la hora de aceptar la pérdida, por eso prefiero el primero).


25. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez. Los abuelos cuentan batallitas, por lo que supongo que entonces me gustará más que nunca recordar, soñar y revivir una infancia feliz como la de Anne of Green Gables de L. M. Montgomery. Todas sus historias tienen en común que resultan a la vez divertidas y entrañables. Evocan un Canadá rural, de pequeñas aldeas, de granjas en el campo o de pueblos a la orilla del mar, y siempre incluye preciosas descripciones de los paisajes.


26. Uno que asocie con la música que le gusta. Me encanta La Traviatta, pero aún me gusta más La dama de las Camelias de Dumas (en la que se basa). Una joya romántica.

27. Un libro que le regalaron y no le gustó. Desde siempre me gusta que me regalen libros, en los cumpleaños, cuando me preguntaban qué quería, nombraba el título del libro que me faltaba y que me apetecía leer (mi madre me explicó que eso no se hacía). Mi padre me trajo "The Kite Runner" (Cometas en el cielo) de Khaled Hoseini. Lo empecé bien hasta llegar a un determinado punto en el que me detuve bloqueada. Durante una temporada no pude seguir con él, no quería seguir con él. Lo empecé de nuevo y lo terminé. No lo disfruté, lo que no significa que sea un mal libro, aunque tampoco tan bueno como se dice. Me gustó más el de Mil soles espléndidos (aunque tampoco es para cogerlo en un momento de bajón, salvo que se sea de esos a los que les consuelan las comparaciones)

28. Uno que le haya asustado. No leo, ni veo, novelas ni películas de terror. Durante mi primera adolescencia devoré las leyendas de Bécquer. Recuerdo que La Cruz del Diablo me aterraba, pero aún así reincidía en su lectura una y otra vez. También leí algunas historias de miedo de Daphne Du Maurier, que me produjeron verdadero pavor, y que nunca más he vuelto a coger. Me quedo con Ensayo sobre la ceguera de Saramago. En mi opinión es la obra más sobrecogedora y aterradora de este autor, que tiene títulos geniales. El miedo que produce es porque parte de una situación creíble, claro que esa es una de las características de la buena ficción: convertir lo imposible en real. La que me encanta es su continuación: Ensayo sobre la lucidez, a lo largo de la cual el escritor hace gala de la cualidad del título. Saramago no empezó a escribir hasta los 60 años porque, hasta entonces, consideró que no tenía nada interesante que contar.

29. Uno que se haya robado. Quizás no se pueda considerar un robo ya que lo descargué legalmente de la página de Gutenberg de Internet. Daddy Long Legs de Jean Webster.  Esa página es un arsenal fantástico en el que encontrar material descatalogado que, para conseguir de otro modo, habría que buscar hasta debajo de las piedras. Daddy Long Legs es tierno, romántico, ingenuo y muy, muy divertido. Lo he releído varias veces y, por descontado, me descargué a continuación todo lo que encontré de Jean Webster (su autora).

30. Uno que pueda salvar vidas. Morfina de Bulgakov (otro ruso aunque no en el sentido de la gran epopeya rusa). Bulgakov narra en una serie de breves e interesantes anécdotas su difícil experiencia como médico rural. Describe su propia adicción a la morfina en un relato final estremecedor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como lectora, reconozco que me asombra la cantidad de libros que lees o has leído; yo tengo periodos de 'desgana', que no me apetece leer apenas o solo algún libro determinado...
He leído unos cuantos de los que mencionas (me encanta la dama de las camelias, mujercitas, orgullo y prejuicio...y tampoco me gusta Julia Navarro.
La catedral del mar sí me gusto, porque era entretenido y poco más, y de rusos he leído poco.
La biografía de Isabel la Católica me resulto bastante entretenida...Un beso.
Sole

Anónimo dijo...

Niágara:
Los tres mosqueteros sí que tiene una buena adaptación cinematográfica, la de los años 70 de Richard Lester con guión de un magnífico novelista George Macdonald Fraser. No creo que sea plato de tu agrado (es demasiado cruda, muy en la línea de la novela original, a mi Maestro sí que le gustará) pero tiene el tono pícaro y cruel tan propio de Dumas. Y Milady es Faye Dunaway.
La de los años 40 lo mejor que tiene es Gene Kelly como D'Artagnan y las luchas coreografiadas como si fueran bailes.
Julia Navarro no sabe escribir. Tiene unos personajes de puro cartón piedra.
Pérez Reverte sí que me hace gracia a pesar de su tendencia a los finales apresurados y chapuceros.
El Abisinio me pareció muy aburrido.
Comparto tu opinión de Mankell. La serie de TV sin embargo está muy bien (la de Brannagh). Millenium era un rollete entretenido aunque muy mal escrito. Como con Pérez Reverte el prota era una versión de lo que al escritor le gustaría ser en la vida real.
Y por último una recomendación. Un libro de ensayos: Better de Atul Gawande. Toda una serie de pequeñas reflexiones acerca de qué significa ser médico (y no todas son buenas). El final del capítulo de las vacunas en India es impagable.