Si hay Doctores dioses, que se adoran a sí mismos de tal modo que no requieren devotos, es lógico que también haya ángeles en las filas de los facultativos, aunque no correspondan al Olimpo sino a un reino diferente. Me temo que tampoco pertenezco a ese reino. No creo que existan ángeles tan patosos como yo, que tropiecen y caigan continuamente. Puede que aún no me haya ganado mis alas, si acaso sólo una pluma, y mi torpeza sea debida a que aún me las he de apañar con una escoba que, por desgracia, no sé usar (o me ahorraría muchos atascos).
Si hay dioses y ángeles también debería de haber diosas y, efectivamente, las hay, aunque su origen no tiene nada en común con el de los dioses. A diferencia de estos no es diosa quien quiere sino quien puede, y eso es gracias a compartir rasgos con la mismísima Venus. Recuerdo un paciente durante la residencia que, tras acudir a urgencias, decidió que el hospital le ofrecía oportunidades mucho más interesantes a la hora de ligar que la discoteca (dada su franqueza estoy convencida de que, independientemente del sitio, jamás se comía una rosca). No sé si regresó el resto de las noches del fin de semana para tentar su suerte pero habría recibido más atenciones si se hubiese tratado de un caso clínico interesante, y no digamos si susceptible de publicación. Quizás en psiquiatría le habrían aceptado con placer, pero asumo que los enfermos de esa planta no eran el tipo de compañía que le interesaba (o quizás sí, dado que una de las psiquiatras formaba parte del elenco de diosas).
Al igual que con los ángeles, sólo me han confundido una vez con una diosa (y es halagador, aunque se trate de un error). En aquella ocasión la culpa fue de la distancia y de mi pelo. El adorador de turno abandonó su puesto y corrió hacia mí como alma que lleva el diablo. Al alcanzarme exclamó decepcionado "¡Ah! ¡Si eres tú!" No me sentí ninguneada por ello, efectivamente era yo.
3 comentarios:
cuando se recupere una inerconsulta en oftalmologia creo que no le vendria mal.....la diosa que llevo dentro . jijiji.
Si es la dermatóloga que yo creo, su estado civil era accesorio como demostró sobradamente a lo largo de su gloriosa estancia en cierto Hospital...
Os recomiendo el libro Las diosas de cada mujer de Jean Shinoda Bolen. Impresionante lo que llevamos dentro...sí estamos en la categoría de diosas...pero hay que querer estar...
http://api.ning.com/files/hCVmli1YB3AKY317Ky1NOHELT0If-0w4QImJRv*-AEP8V-ppgKB0Z9xOAFQto85ArlkYEU6b2sHP7dP96kTC2kzDI9zF9M*i/LasDiosasdeCadaMujer.pdf
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