Mousse de chocolate

Alfons Mucha

Como buena chocolate adicta soy fanática de la mousse y según le corresponde a mi fanatismo, no me sirve cualquier mousse. Hay muchas, muchísimas cosas insípidas que no tienen ninguna gracia y de las que se afirma que son mousses (tengo mis serias dudas de que puedan considerarse así). También las hay densas, indigestas y pesadas, que para colmo de males suelen ser dulzonas, algunas casi parecen un sirope de chocolate. Incluso, en ocasiones, por si no fuesen lo suficientemente empalagosas de por sí, le añaden el susodicho sirope para rematarlas. Las hay que son simplemente nata manchada con cacao, y aquí debo aclarar que no me gusta la nata. En el Thai Gardens tienen una versión propia, con leche de coco, bastante conseguida. No es que sea la más tradicional pero la combinación le sienta bien y además la dejan en un punto delicioso.

No obstante, la mejor mousse de chocolate es la que prepara hermanita. Es una mousse sin mantequilla ni nata. Su suave textura se logra tan sólo a base de chocolate y huevo, el secreto reside en batir bien las claras a punto de nieve. Es todo lo que una mousse debe ser: esponjosa, ligera y con un intenso sabor a chocolate. Reitero lo dicho: es mi receta favorita (y además es fácil si se dispone de una buena batidora de varillas). Tiene mucho peligro porque es tan cremosa que se deshace al meterla en la boca y, poco a poco, antes de que una se dé cuenta, ha dado buena cuenta de la fuente.

MOUSSE DE CHOCOLATE

Ingredientes
200 gramos de chocolate negro (preferiblemente 70%), en trozos
3 cucharadas de agua
4 huevos grandes a temperatura ambiente: separar yemas y claras
Una pizca de sal

Elaboración
Poner el chocolate con el agua al baño maría, sin dejar que el recipiente toque el agua hirviendo. Calentar hasta que se disuelva casi por completo. Retirar del calor y remover hasta que adquiera una aspecto liso.
Dejar enfriar un poco antes de añadirle las yemas de huevo.
Batir las claras a punto de nieve muy fuerte, con una pizca de sal para reforzarlas.
Incorporar un tercio de las claras a la crema de chocolate. Una vez bien mezcladas, añadir el resto despacio y con suavidad.
Distribuir en las copas donde se servirá y enfriar de 3 a 4 horas como mínimo.