jueves, 10 de octubre de 2013

Oktoberfest

Con la excusa de la Oktoberfest han puesto un stand de cervezas en la Plaza Central de la Vaguada y, con la excusa de hacer la compra, he pasado por allí y me han invitado a una cata. ¿Necesito más excusas? Pues tengo otra. He aceptado para así poder ilustrar a los lectores del blog, no he pensado sólo en mí. ¿Más justificaciones? No suelo beber cerveza, aunque no me resisto a una Grimbergen Dubbel, a una Negra Modelo o a una Alhambra 1925, y para desesperación de House lo que sí suelo hacer es probar un traguito de su vaso.

Como buena alumna he sacado mi libreta para coger apuntes, otra cosa es que ahora entienda mi propia letra para transcribirlos aquí. He sido tan aplicada que he conseguido el título de Experto Cervecero Junior y tengo un diploma que lo atestigua. Conozco a la mayoría de mis lectores, no son otros que mi hermosa familia, y sé que todos sabéis de cervezas mucho más que yo, pero ninguno posee un título que certifique sus conocimientos.

Nuestro maestro cervecero del día, Gonzalo, ha comenzado con una introducción. Nos ha hablado de la historia de la cerveza, cuyo origen se remonta a hace más de 6000 años, en concreto a la civilización sumeria (los mismos que introdujeron la escritura) que empleaban nada menos que el 40% de su producción de cereales en la elaboración de cerveza. Los egipcios incluso mencionan la cerveza en su Libro de los Muertos. Su introducción en Europa se debe a los griegos y su popularidad a los romanos, especialmente en el centro y norte del continente. El cultivo de la cebada se adaptaba mejor a los climas fríos y la uva a los países mediterráneos. La cerveza no sólo se extendió por Europa. Los chinos elaboraban una bebida similar a base de arroz. En América los aztecas e incas partían del maíz.

Fue la Revolución Industrial lo que hizo posible su comercialización gracias al uso de máquinas de vapor para su elaboración, la posibilidad de conservación y refrigeración y su embotellado en vidrio. La cerveza cruzó fronteras tras Pasteur y su pasteurización, que destruía las bacterias que crecían junto con las levaduras y corrompían la cerveza.

El ingrediente principal de la cerveza es el agua (un 92%) a la que se le añade la malta germinada de cebada, tostada o sin tostar, (aunque ya he comentado que también se utilizan otros cereales) que fermenta por la acción de levaduras. Luego se cuela y se le añade la flor hembra sin polinizar del lúpulo, una planta aromática que le proporciona su característico amargor.

Hay 2 tipos de cerveza en función de su fermentación:
1. Ale o de fermentación alta: El proceso de fermentación se realiza a temperatura ambiente y las levaduras quedan en la parte superior del líquido. Se obtiene una cerveza con más cuerpo.
2. Lager o de fermentación baja: Fermenta a baja temperatura y las levaduras se depositan en el fondo. Es una cerveza más libera.

Dentro de estos 2 tipos encontramos diferentes estilos: Pilser, Pale, Abadía, Porter, Stout, Lambic...

Tras la parte cultural pasamos a la cata en la que debíamos evaluar las características organolépticas (visuales, olfativas y gustativas) de 3 cervezas diferentes.

La primera fue la Guinness Draught. Es de fermentación ale. Se sirve en vaso de pinta en dos tiempos. ¿Por qué dos tiempos? Porque es una cerveza nitrogenada y precisa un periodo de "swirling" en el que el nitrógeno se sustituye por carbónico (la otra versión de Guinness, la original, es carbonatada y no necesita esperar). Hay que inclinar el vaso 45º y verter la cerveza hacia el arpa dorada dibujada en el cristal del vaso original. Al llegar a la altura del arpa en cuestión es cuando hay que esperar los 60 segundos antes de añadir el resto de la cerveza (se supone que el tiempo ideal de servicio son 119,5 seg).
Visualmente presenta un color rojizo oscuro con una espuma espesa de tono marfil y burbuja muy fina y persistente. Conviene tomarla a una temperatura de 4-5º. Emite aromas de café, regaliz, ahumado y un matiz aceitunado del lúpulo. Para catarla hay que tomar un primer sorbo que inunde las papilas gustativas y un segundo sorbo en el que analizar los sabores. En boca el tostado le da un ligero dulzor en la punta de la lengua, muy poca acidez (en los laterales) y un amargor característico que se percibe en la región posterior de la lengua.

La segunda cata correspondió a una Paulaner. Es una cerveza ale que contiene un 40% de malta de cebada y un 60% de trigo malteado sin tostar (en la dorada) o tostado (en la Dunkel). ¿Sabíais que el 50% de la cerveza que se consume en la Oktober Fest alemana es Paulaner? Se sirve en vasos alargados de flauta que hay que inclinar hasta una posición casi horizontal porque produce mucha espuma. Es una espuma de burbuja grande y poco persistente, muy blanca y ligera. Contiene levaduras y hay que guardarla en posición vertical. Es turbia y debe servirse en dos tiempos. En el primero se vierte un 70% del líquido. El contenido restante se mueve ligeramente en círculo para recoger las levaduras y se añade entonces.

La Paulaner Dunkel presenta un aroma muy frutal, de plátano, piña y manzana, con olor ahumado por el proceso de tostado y especia de clavo que resulta muy refrescante. En cata es más cítrica que la Guinness, lo que se percibe como mayor acidez en los laterales de la lengua y con regusto frutal.

La última fue la Afflingem. Es una cerveza de belga de abadía, de tipo ale que además sufre una segunda fermentación en botella (se le añaden levaduras al embotellarla y eso le suma unos 0.3º de alcohol y algo de carbónico). Es una cerveza muy vivaz, con mucha actividad en el vaso. Hay varias versiones: Blond, Dubbel (tostada), Tripple (rubia con más graduación).
Se sirve en copa de caliz. Se vierte con una inclinación de 45º y se deja el 10 % final en la botella, que contiene las levaduras. Este 10% se puede servir en una pequeña copa aparte o junto con el resto de la cerveza. Debe almacenarse en vertical.
Es una cerveza turbia, con espuma blanca de burbuja pequeña. La Dubbel es ámbar con espuma ligeramente más oscura. En nariz es dulce con aromas tostados de caramelo y regaliz. En boca posee un amargor característico que recuerda a la cáscara de naranja con matices muy reconocibles de regaliz.

La cata duró casi una hora y fue tan entretenida que se me pasó volando. Os recomiendo que releáis este post cuando probéis alguna de las cervezas comentadas para valorar mejor sus propiedades.

Os añado una recetilla por si alguien se anima a intentar preparar su propia cerveza: 

CERVEZA CASERA
Ingredientes (para 10 personas)
10 litros de agua
500 gramos de cebada
500 gramos de azúcar rubia
250 gramos de maíz amarillo
13 gramos de lúpulo
13 gramos de levadura de cerveza

Elaboración
En una olla grande se pone el agua, la cebada y el maíz amarillo y se deja en remojo unas 4 horas. Luego se le agrega el azúcar y el lúpulo y se hierve durante 2 horas. Se retira del fuego.
Estando aún tibio se mezcla con la levadura, bien diluida en un poco de agua. Se tapa la olla y se deja reposar 48 horas en un lugar fresco para que fermente.
Al terminar, se filtra el líquido a través de un tejido de malla de hilo espeso y se envasa en botellas que han de cerrarse herméticamente.
Se guarda en lugar fresco y a la sombra. A los 6 días estarán listas para beber.

Si se desea hacer cerveza negra sólo es preciso tostar la mitad de la cebada y mezclarla con la segunda mitad sin tostar. El resto del proceso de elaboración es idéntico.

4 comentarios:

Javier Medina dijo...

¡Qué ganas de tomarme esa Guinness!
¡Con lo que alimenta, puede que sea un buen sustituto del desayuno!
Besos

Señora dijo...

No sé si invitar a la tita Chani a hacer ese curso sobre la cerveza. Si hay alguien en la familia que merezca el título, en este caso de catador y bebedor de cerveza, es sin lugar a dudas ella.
Lo mismo se anima una vez que haya leído tu experiencia.

el tito Paco dijo...

Entre la familia, sin duda, éste va a ser tu artículo más comentado. Es estupendo: una excusa magnífica para hacer una investigación. Estoy seguro de que el Manolo se apuntará, entre otros. ¡Muy bien!
Ahora toca el de la cata de coñac, cuando se te pasen los efectos. Duerme tranquila.

Sol Elarien dijo...

El stand de cerveza estará hasta el martes, por si alguno se apunta a la cata. No me importa acompañarle y repetir, así afianzo conocimientos. Para la de coñac debo ir con House, no me perdonaría que no le avisara (salvo si le llevase una muestra de todo). Además, al terminar, necesitaré a alguien que me acompañe a casa.