lunes, 24 de febrero de 2014

Fuerza de voluntad

A los 96 años a mi abuela le queda poca fuerza física, muy poca, y muchas molestias en las articulaciones. Caminar, a pesar de la ayuda del andador, le supone un esfuerzo agotador. Ya se ha caído en alguna ocasión y se siente insegura. Consigue bajar de su habitación al comedor gracias a realizar el trayecto por etapas, con paradas cada dos o tres pasos. Termina agotada pero no se rinde. Se niega a resignarse a una silla de ruedas. Necesita ayuda para muchas tareas, incluido su aseo personal, pero se resiste a perder la poca independencia que aún conserva. Se mantiene gracias a su fuerza de voluntad.

Cada nuevo bajón la angustia y la debilita. Del último sobresalto se ha recuperado con rapidez, gracias al cariño y los cuidados de mi padrino, sin más secuelas que la de notar un aumento en su fragilidad. Eso la trastorna, le disgusta dar una imagen achacosa. Ella, que siempre ha sido un modelo de entereza, con lo que ello conlleva asociado de carácter, firmeza, genio, franqueza y determinación, lucha por no convertirse en vieja. Son esos rasgos, que nunca le han granjeado popularidad, de los que saca fuerzas de flaqueza y los que la hacen digna de mi admiración.

1 comentario:

el tito Paco dijo...

Gracias, Grumpy. Firmeza, genio, franqueza y determinación no son rasgos que esta sociedad, que favorece la mediocridad, aprecie; pero son los que han forjado el mundo y hecho posible el progreso.