Aplicar el principio de Arquímedes, aunque resulte preciso, no siempre es una solución factible. ¿No estáis de acuerdo? A ver qué opináis después de leer este cuento de mi amiga Lavanda.
El controvertido caso de la vaca ahogada en el pilón
Sucedió mientras el imperio Austro-húngaro daba los últimos coletazos, en un pueblecito cerca de Bohemia. Coincidió con el asesinato del Archiduque Francisco Fernando, pero ese hecho funesto no restó protagonismo al caso, cuya vista pública llenó a rebosar el juzgado del pueblo.
—¿Sabe cuáles son los cargos?
—Eso creo, señoría.
—Su vecino, Alexej Sudboda, le acusa de haber ahogado a una de sus vacas en el pilón. ¿Es esto cierto?
—Sí, señoría.
—¿Reconoce su culpabilidad, entonces?
—No, señoría. Me declaro inocente del todo.
—Vamos a ver… Cyril Poznatky. Ahogó usted a la vaca de su vecino, ¿sí o no?
—La vaca se ahogó, señor juez, pero fue un accidente.
—¿Pretende decir que la vaca saltó sola dentro de un pilón de más de un metro de altura?
—No, señoría, ni mucho menos. Alexej me ayudó a meterla dentro.
—Explíquese, por favor.
—Mi vecino quiso venderme una vaca, pero yo le había prestado la báscula al molinero. No teníamos cómo pesarla, así que, después de mucho pensar, acordamos valorar la vaca a tanto el metro cúbico.
—Vaya al grano, por favor.
—Perdón, señoría. Como no teníamos un barril grande para meter a la vaca dentro, decidimos meterla en el pilón, que estaba lleno a rebosar. Cuando la sacáramos, solo había que medir el agua que faltaba, rellenándolo a baldes. Pero el pilón resultó demasiado hondo. No hubo forma de sacar a la vaca y se ahogó.
—¿Qué pasó con la vaca?
—Alexej se la llevó con el tractor, señoría.
—¿No compartió la carne con usted?
—Ni siquiera una célula, señor juez.
El acusado fue puesto en libertad sin cargos y el demandante condenado a una sanción de 200 coronas por el uso de pesaje fraudulento en la venta de ganado y a otras 200 por mentir al tribunal de justicia.
1 comentario:
jajajaja! Muy bueno.
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