jueves, 9 de febrero de 2012

La cara oculta



¡Hasta la luna tiene una cara oculta que nunca enseña!

¿Quién no tiene recuerdos de los que se avergüenza y que lo único que le provocan al rememorarlos es un reflejo, que a imitación del de las avestruces, le obliga a taparse la cara con las manos o a cubrirse con las sábanas? ¿Quién no es asaltado por temores que no se atreve a reconocer?  A veces estos son, simplemente, delirios absurdos, y por ello fáciles de desestimar. No obstante, en otras ocasiones, lo que le estremece contiene un poso de realidad y resulta, por tanto, mucho más preocupante. Una lo entierra en lo más profundo de sí y cree que, por ello, desaparecerá. No suele ser así. Por el contrario, lo que hace es consolidarse, por mucho que, el atribulado en cuestión, se esfuerce en superar sus miedos. Se intenta que los demás no se den cuenta del grado de desasosiego suscitado por esa neurosis, sin darse cuenta de que ésta aprovecha para avivarse la soledad y las crisis personales de frustración o inseguridad. Eso sí, un simple destello de felicidad, un mero abrazo, es suficiente para calmar esa desazón irracional.

No penséis que voy a desvelar aquí mis más íntimos secretos, ni que voy a revelar las facetas más oscuras de mi personalidad.  Habrá que esperar a que el astro nocturno muestre su otro lado y espero que lo haga en una imagen tan bonita como la de la luna polar que ilustra esta entrada. Sólo mirarla es terapéutica.


4 comentarios:

M Carmen dijo...

La cara oculta de la luna... la cara oculta de cada uno. No hay por qué pensar que esa parte oscura ha de permanecer siempre escondida para todos. Si produce sufrimiento, un buen psicoanálisis puede ayudar a entenderla, a liberarla y a reconducirla.
Al menos eso es lo que piensan los Psicoanalistas oficiales. Un beso

Javier Comas dijo...

¡Vaya! me quedo sin ver tu lado oscuro... tendremos que seguir leyendo tu blog por si algún día nos sorprendes y la iluminas. Seguro que tiene mucha luz!Un abrazo

Anónimo dijo...

Simplemente.... Bello!!. Recuperate

Anónimo dijo...

El paisaje que aparece en la foto, con la reflexión sobre los temores ocultos, me parece de una belleza extraordinaria al tiempo que resulta bastante inquietante. Es como si la mezcla de astros en el mar y en el cielo te invitara a acercarte a ellos, te los presentara accesibles en su cercanía, para luego descubrirse en su condición inalcanzable. Se podría ampliar a muchas cosas de la vida, pero que solo muestran su cara en el reflejo sobre el mar. De Señora