Los Toneti vienen a Brasil
Aunque suele ser Hermanísima quien se encarga de contar estas historias; en esta ocasión, y cumpliendo con mi papel de actriz de reparto, voy a permitirme el lujo de pasar mi versión de los hechos.
El viaje comenzó como se esperaba: un palizón de coche para llegar a Miami de madrugada, unas cuantas horas en el aeropuerto tratando de dormir y otras tantas horas de avión con escala en medio del Amazonas para que a su llegada a Brasil uno entienda perfectamente el concepto "en vías de desarrollo", aunque en este caso concreto todavía no se han puesto ni las vías. De todo ello tuvimos fotos y testimonios que los protagonistas nos enviaban vía "guasap" para que no perdiéramos detalle: cuñadísimo conduciendo con fuertes dosis de cafeína en el cuerpo, hermanísima y sobrinísimas durmiendo en el aeropuerto de Miami, carreteras y ciudades americanas que se iban dejando atrás...todo ello envuelto de una gran emoción por nuestra parte ya que estábamos deseando compartir las navidades con esa pequeña parte de la familia.
Al día siguiente seguimos el viaje hacia la playa. Aprovechamos para hacer las últimas compras mientras los pobres viajeros descansaban un poco y, tras un delicioso desayuno, divididos en dos coches, cogimos camino a la costa. Cuñadísimo tuvo que vivir en su propia piel las carreteras y el tráfico brasileño para entender por qué se tarda 3 horas en recorrer 150 kilómetros; 20 minutos en pasar un peaje (el tiempo que tardan en comprobar que los coches oficiales están exentos de pago) o 15 minutos en que te traigan agua (o cualquier plato) en un bar. El viaje fue de lo más ameno, ya que los Toneti no pararon de contarnos cosas sobre su experiencia texana, hasta tal punto que el Principito, a pesar de caerse de sueño, hacía todo lo posible por no dormirse, atento a las palabras de sus tíos.
Por otro lado, Hermanísima iba poco a poco recuperando el sueño atrasado y hacía tentativas para salir de compras en el último lugar del mundo en el que alguien podría comprar algo. Ella y Sobrinísima consiguieron encaminarse hacia la zona "civilizada" más cercana al pueblo (una de esas zonas pendientes de que lleguen las vías del desarrollo) y, aprovechando una compra de comida, se hicieron con unos trapos playeros para esos días. Entendí por qué, al contrario que Hermanísima, nunca encuentro nada en un mercadillo o compro la ropa de nueva temporada en las rebajas... creo imposible haber podido encontrar una sola tienda de trapos ¡allí! Menos mal que tengo talla de muestra en zapatos y compenso gastos.
Si tuviera que destacar algo de esos días, sin duda diría que fue el Principito quien más disfrutó. Sus primas hicieron bastante de niñeras, a pesar de sus quejas ante los continuos movimientos, idas y venidas, subidas y bajadas, que caracterizan al gran cotilla de la familia que todo lo tiene que ver, tocar, probar y tirar. Jugaban con él, le daban de comer y no hubo consecuencias graves en los pequeños percances que tuvieron que afrontar. Aprendió a tocar la guitarra, a comer Nutella, a matar mosquitos y trató de dominar las olas.
Lo cierto es que fueron unas navidades bien divertidas, y tras su marcha el día 1, el Principito y yo nos quedamos vagando por la casa como alma en pena echando de menos esos ruidos, charlas, gritos o juegos a los que nos habíamos ido acostumbrando esos días. Por suerte, volvimos a compartir testimonios y fotos del viaje de vuelta y no se nos hizo tan grande la distancia.
2 comentarios:
Creo que vuestra Navidad fue muy especial por muchas cosas. Para nosotros lo fue también, pero en sentido contrario; sin embargo se hizo llevadera gracias a los vídeos y fotos que nos hicieron compartir algunos de esos momentos tan divertidos y entrañables de los que nos hablas. De todos modos eso de no tener niños alrededor creaba una sensación muy rara, como de vacío. Pero -aviso- pienso rellenar ese vacío a base de acuchones al Principito a partir de este sábado.
Que bonito revivir estas Navidades con vuesta experiencia. Seguro que han sido geniales y nunca la olvidaréis, el estar tan lejos y de la familia y haberos podido juntar habrá sido una magnífica experiencia. Aquí os hemos echado muchísimo de menos en todos los aspectos y fiestas de guardar pero este fin de semana ya podremos vernos y ver el cambio del pequeño principito. Bs Pal.
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