Ciprés- Javier Comas |
Me enteré de su existencia gracias a Javier Comas. El local se preocupa por su imagen, y han conseguido crear un ambiente realmente agradable: muy sencillo y acogedor. Por ese motivo le pidieron al artista si no le importaría exponer algunas de sus obras para la inauguración. Me invitaron pero no pude asistir porque coincidió con mi fin de semana de guardia. Aún así el plan quedó pendiente.
He aprovechado la mañana del sábado para acercarme. Los cuadros de Javier Comas, cada vez más bonitos, decoraban el lado derecho de la pared. El primero es un océano Atlántico grande, luminoso y sereno, de tonos azules celestes y turquesas en una playa de arena pálida. Al lado crecen unas exóticas orquídeas, vestidas de naranjas, rojos, verdes y violetas, listas para acudir a la fiesta del jardín de las maravillas de Alicia. Preciosas. La intensidad de sus colores contrasta con el camino de blancos, grises y negros de los árboles desnudos, apenas perfilados, alineados sobre la nieve, que componen el siguiente cuadro. Es una serie muy delicada y una de mis favoritas.
Una estantería devuelve la atención a los vinos. En este caso los protagonistas son unos vinos dulces de lo más tentadores. Un poco más allá hay un cuadro pequeño perteneciente a la misma serie de árboles invernales y que, para mi gusto, resulta aún más bonito que el anterior. La nieve y algunas copas verdosas se cubren de reflejos borrosos y azulados de niebla. Javier se lo ha regalado al dueño que espero lo deje en la tienda para contemplarlo. Junto a él, unos árboles amanecen entre el arcoiris. A ambos cuadros les acompaña una muestra del desierto de Fósiles, que sustituye al Ciprés (de la ilustración) que ha vendido. Al fondo de la sala, en solitario, ruge la fuerza del mar Egeo.
Por supuesto, además de ver arte, me he dejado aconsejar y me he surtido de vinos y vinazos. Con la comida del fin de semana probamos uno de estos últimos, un César Príncipe del 2010 de Cigales y certifico que está riquísimo. Para la próxima semana les llegará un PX excepcional con 100 puntos en la guía Parker. No me quiero ni imaginar lo buenísimo que estará aunque no sé si tanto como el Ximénez Spinola, mi favorito. Por cierto, para los abstemios, también disponen de café. A House le he comprado uno del Salvador que me ha llamado a voces desde el estante.
4 comentarios:
Hola, Sol, buenos días; me gusta mucho el vino, el vino tinto, pero soy un auténtico palurdo en la materia, de manera que me va muy bien con el vino peleón (dentro de un orden, claro) y, eso sí, disfruto mucho cuando tengo ocasión de catar algo más sofisticado (aunque sin abusos; para mí, pagar por un vino una cantidad desorbitada es ya una cuestión de moral). En cualquier caso, más allá de tales disquisiciones, la tienda pinta muy, muy bien, y vaya lujo el de contar con tus palabras para hacerle promoción.
¿Que he hecho yo para merecer esto? (tantos elogios) Gracias por tu comentario. Siempre es un placer leerte, y como siempre me has emocionado, pero hoy un poquito más. Te adoro... ¡con permiso de House!
Un sitio perfecto ...tengo que volver a probar ese exiquisito vermut,
uge
La mezcla entre Arte, Vino y Café que esta tienda ofrece apetece quedarte allí un buen rato charlando con Victor y su ilusión por el buen hacer.
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