miércoles, 5 de marzo de 2014

Inspiración

La inspiración surge sin avisar. A veces nace de la nada y en otras es la impresión de una frase, una imagen o una sensación lo que la despierta. Es una emoción embriagadora, irresistible, que impregna el aire y te hace cosquillas en el interior. La inspiración te enamora y, al igual que el amor, te cautiva. Perturba los sentidos, transforma la percepción. La luz cambia, se vuelve cristalina, ligera y brillante, se diría que salpicada de minúsculos destellos. Invade la mente y pone un nudo de felicidad en la garganta, una sonrisa en los labios e ilumina los ojos. Sientes ganas de reír, de flotar, de volar, de dejarte llevar. No importa cuando aparezca porque siempre es bienvenida y nunca inoportuna. Sí que lo es cualquier cosa que estés haciendo y que te impida entregarte a ella en ese momento. Aún así intentas retenerla, no la sueltas ¿quién en su sano juicio querría dejarla escapar?

Si se alarga la espera para sacar el cuaderno y apuntar las ideas la tensión deviene en insoportable. En el primer momento posible te detienes en mitad de la calle y escribes mientras caminas sin importarte un comino la impresión que provocas en los testigos de tu arrebato. Tomas notas en el metro, igual que una posesa, y te olvidas de estar atenta hasta de la estación. Es posible que tardes varias paradas en darte cuenta de que vas en otra línea o incluso de que viajas en sentido contrario. En el coche sabes que no puedes despistarte. Agarras el volante y te fijas en los que te rodean mientras guardas en un rincón de la mente la idea. En cuanto llegas al destino, aparcas y, antes de abrir la puerta, dejas salir, a través del bolígrafo, todo lo que has almacenado durante el camino. Sólo entonces respiras y te sientes con fuerzas para regresar a tierra firme.

3 comentarios:

comas dijo...

¡AY! Eso nos pasa a todos los creadores. El vacío y el miedo después de un buen "parto" Yo tengo una carpeta llena de proyectos titulada "no me gusta". Pero quien sabe... Como decía Picasso que cuando lleguen las musas me pillen trabajando y tu querida Gruuppy, el gen del trabajo lo llevas elevado a la enésima potencia. (igual que el de la creación) Un abrazo

Manuel Márquez dijo...

Hola, Sol, buenos días; vaya arrebatos, no imaginaba que los impulsos inspiratorios, más allá de toda la literatura que hay sobre ellos, pudieran provocar reacciones tan furibundas. Pero puedo entender esa euforia del 'eureka, la tengo' que, aunque a los escribientes no nos suele llegar, debe ser muy estimulante. Espero que te lleguen los suficientes como para proporcionarte material de escritura regular, pero no tantos como para hacerlos una rutina que ya no deslumbre. Por eso del equilibrio, vaya...

Un abrazo y hasta pronto.

Elvis dijo...

Ay que ver la cantidad de cosas que escapan de nuestro control pero que nos resultan casi fundamentales. A veces te viene la inspiración dando un paseo, en sueños, pero cuando la necesitas y no está ahí yo tiendo a buscarla en referencias más que inspiradas: música, poesía, pintura.... nunca se sabe dónde está la llave mágica.