La Belle Dame sans Merci- Waterhouse |
El primer error en su aplicación surge en la elección de "la sujeta". Está claro que estos entregados protectores se dejan llevar por el ideal de Dulcinea, que nada tiene que ver con la verdadera Aldonza, por lo cual son presa fácil de listas aprovechadas y engañabobos. La susodicha damisela en apuros no suele ser nunca una delicada e indefensa dama ni, por descontado, corre ningún peligro. El peligro reside en ella. Lo habitual es que se trate de una harpía, muy bien caracterizada, entregada a la caza de una víctima a la que embaucar. Estos desgraciados pánfilos emocionales no se le pueden ofrecer más en bandeja. La pérfida expondrá de manera novelada, digna de un óscar al mejor guión original, las desventuras de su vida ante los ojos de su paladín. Como buena damísela manifestará sus dudas y sus reticencias, preferiblemente de manera teatral aunque controlando el dramatismo (que el exceso vende poco) antes de encomendarse al esperanzado campeón. Explotará en él el poder de las emociones provocadas ante su situación de debilidad y lo reforzará al mostrar cierta desconfianza hacia su candidato a salvador, por supuesto consecuencia natural de las injusticias y los malos tratos padecidos. Paradójicamente, es el aspirante a héroe el que resulta patético. Si las cosas no salen según sus planes y su galante caballero duda, alegará dependencia, incluso de otro, lo que lejos de ahuyentarle reforzará en él el compromiso de defender a toda costa a la dama de sus demonios.
2 comentarios:
Si es que Disney ha hecho mucho daño.... Pero al igual que el héroe, hay mucha mujer pensando que será la doña Inés de algún don Juan y se pasa la vida esperando que cambie y viendo gestos y acciones donde no las hay! Ay cuanta complicación introducimos a las relaciones..... Besos que ya es martes!
Es que las mujeres lo ponen difícil: quieren un hombre que las divierta y al mismo tiempo las defienda. O sea, un payaso ninja.
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