El tiempo no se desvanece, está siempre ahí, revolotea a nuestro alrededor sin que nunca seamos capaces de atraparlo. Sin embargo no se va a ningún lado, se queda retenido entre la luz, aunque es aún más fugaz que ésta. La distancia lo retrasa y nos permite contemplarlo.
El tiempo es un bucle, un laberinto de origen perdido. Vemos el pasado de nuestro universo más lejano, pero no el presente porque tardará años en llegar hasta nosotros y ya será pasado cuando lo alcancemos, al fin, en el futuro de ahora que, entonces, será presente.
¿Qué es el tiempo? Si lo calculamos por la distancia que recorremos en nuestro viaje por el cosmos estaría, en ese caso, relacionado con el espacio. Si es por la sucesión de días y noches, por lo que podemos observar del universo, tendría que ver con la luz. Sin embargo en la vida lo medimos en función de nuestra memoria.
Sea lo que sea el tiempo no se pierde. Los grandes momentos quedarán ahí, colgados entre el infinito. En algún lugar será ahora, recalará en la luna en un segundo, en otros no sucederá hasta dentro de un minuto, en el sol tardará ocho y pasarán millones de años hasta que la escena de ese evento aparezca en el centro mismo del universo, donde nacen las galaxias y donde ya existía el tiempo. ¿Qué les sucede a los recuerdos que para nosotros conforman nuestro tiempo? ¿Viajan con él? ¿Adónde?
2 comentarios:
El TIEMPO, esas miguitas de vida que se nos escapan sin cesar. . . Vaya reflexión la de hoy que además es viernes y el "tiepo semanal" está a punto de rematar su fluir. . .
Un texto que invita a reflexionar y pararnos a pensar en el concepto del tiempo. Algo que al margen de planteamientos físicos y matemáticos que lo hacen real y constante, tiene connotaciones muy subjetivas, que nos inducen a pensar que el tiempo es lo que dura la memoria y los recuerdos. Algo que si se desvanece, nos despersonaliza y nos hace ser unas meras marionetas de lo que nos rodea. Te felicito por esta entrada. Saludos, Manolo.
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