viernes, 16 de mayo de 2014

Vida de perros

Me llegaron estos consejos a través de mi prima Pal, no he encontrado a su autor original. Son una filosofía de vida sencilla, de cosas tan básicas que se pasan por alto. Sin embargo los animalillos siempre se muestran dispuestos a recordárnoslas.

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

Cuando tus seres queridos lleguen a casa, correr siempre a saludarlos. (Reclamar un beso en el momento, sin dar tiempo a que dejen el correo o se quiten los cascos) 

Prestar atención al resto del mundo. (Mostrar verdadero interés, no simplemente esperar a que los demás terminen para meter baza)

Permitir el contacto con la gente. (El roce no es venenoso) 

Mostrarle a los demás cuando están invadiendo tu territorio. (Necesito un perro guardián bien entrenado en la puerta de la consulta, como no lo tengo, ladro, aunque no siempre con éxito)

Evitar morder cuando un simple gruñido baste para resolver la situación. (En otras palabras, nada de tormentas en un vaso de agua)

Sestear y estirarse antes de levantarse. (Los japoneses han hecho un estudio sobre los beneficios de la siesta, los españoles ya los intuíamos sin necesidad de tanta ciencia).

Recostarse sobre la espalda, en la hierba, en los días cálidos. (No es necesario irse hasta el Retiro para hacerlo).

Cuando haga mucho calor, tomar mucha agua y tumbarse a la sombra de un árbol. (La opción piscina es igual de válida). 

Nunca dejar pasar una oportunidad para salir a pasear. (Ejercicio, sol y aire, que para encierros ya existen las cárceles)

Correr, brincar y jugar a diario. (En el mundo adulto se denomina hacer deporte)

Que la experiencia del aire fresco y del viento en la cara sea de puro éxtasis. (Lo es a la orilla del mar, en la ciudad cuesta algo más, el aire puro es un bien raro)

Deleitarse con una larga caminata. (Aprender a contemplar la luz, el movimiento de los árboles, las formas de las sombras, los contrastes...)

Si se es feliz, no disimularlo. Dejarse llevar, bailar, saltar y mover el cuerpo entero. (La felicidad crece y rebosa por los poros cuando se la deja salir)

Si lo que se quiere está enterrado...escarbar hasta encontrarlo. (Ya sea por una cuestión de insistencia o por seguir el mapa de un tesoro pirata)

Guardar lealtad. (No sólo ser fiel a uno mismo, sino a los demás).

Nunca pretender ser algo que no se es. (Los aires de diva no gozan de popularidad, salvo en las películas).


Regresar y hacer las paces cada vez que sea necesario… sin culpar a nadie. (No guardar las rencillas para el futuro, no son un tesoro pero conviene enterrarlas y no sacarlas)

Cuando alguien tenga un mal día, sentarse cerca, quedarse en silencio y hacerle sentir, con suavidad, que estás ahí...

6 comentarios:

María José dijo...

Sabios los perros. Por algo los consideramos nuestros mejores amigos, aunque, habría que saber cuál es la opinión que ellos tienen sobre nosotros. Buenos consejos para empezar el día. Un beso, bella Sol.

Carmen dijo...

Me encantan los perros, siempre me han gustado y siempre creí que no me gustaban los gatos hasta que Mun llegó a nuestra vida. No puedo decir nada más que que le adoro, es un gato precioso, cariñoso, juguetón, cotilla, fiel, dormilón y ha sido un consuelo para mi muchiiiisimas veces cuando he tenido un mal día. No habla pero se hace entender: cuando rasca la puerta es para que le abras, después de que Rafa se marcha, se pasa más de una hora rascando la puerta de la calle cada 5 minutos para decirnos que su favorito no está, cuando alguno está enfermo, siempre se va a su cama a hacerle compañía. En cuanto me levanto, se pone panza arriba para que le rasque la tripita y se viene a mi lado esté dode esté. Es verdad que se sube a la mesa pero es porque la mesa es de cristal y está fresquita. No araña a nadie aunque sí que mordisquea jugando.
Cuando nos marchamos durante unos días, se queda tan triste que se le cae el pelo, pierde brillo y no come.
También le ha dado alguna lección a las marranas de sus pequeñas dueñas cuando no le han cuidado convenientemente. Recuerdo que una vez no le limpiaron la caja en varios días y como el pobre no podía entrar porque aquello parecía un campo de minas, se metió en la bañera de las dos descuidadas y se hizo caca dentro. Jejeje, yo también he pensado en hacer lo mismo en el suelo de su baño cuando no lo limpian o en echar una meadita encima de su ropa sucia cuando no la echan a lavar y la ponen en un rincón de la habitación a la que ellas llaman "la leonera".
!Cuánto tenemos que aprender de los animales. Ellos nunca nos dejarían tirados como hacen algunos!

Yo misma dijo...

Pues son unos consejos maravillosos!

Elvis dijo...

Pues si esa es la vida de perros....imagínate cómo vivirán los curas...

Anónimo dijo...

La mañana de la publicación ya estaba yo enviándote un mensaje con su PD: espero que este mensaje sí se envíe pero nada.
Los humanos nos empeñamos en hacer las cosas complicadas no somos tan sencillos como ellos.

Anónimo dijo...

Adorables lecciones de los peludos....como mngustan los comentarios también.bs pal