El concierto fue estupendo. Transmiten ritmo desde el primer instante en el que aparecen en el escenario. No sé por qué, se me vino a la mente la película de los Aristogatos. McBride me recordó al gato arrabalero y expansivo que toca el contrabajo en la banda de jazz y Sands a Berlioz, el pequeño y salado gato pianista. La complicidad entre los músicos era total y su interpretaciones tanto al tocar en conjunto, como en sus solos y en sus improvisaciones, impecables y llenas de vida. El Dr. House salió entusiasmado.
Os dejo un vídeo para que disfrutéis el finde con un poco de buena música.
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